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Merkel y Schröder mantienen el pulso por la cancillería en su primera reunión

Los líderes democristiana y socialdemócrata reiteran su intención de encabezar el Gobierno

La democracia cristiana (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) insisten en exigir para sus respectivos líderes, Angela Merkel (CDU), de 51 años, y Gerhard Schröder (SPD), de 61 años, el cargo de canciller federal en un futuro Gobierno tras la entrevista de una hora celebrada ayer en Berlín. Los dos grandes partidos alemanes acordaron volver a reunirse el miércoles en un segundo encuentro para sondear si existe una base programática común para iniciar negociaciones formales con vistas a formar un Gobierno de gran coalición entre la CDU/CSU y el SPD.

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Antes de la reunión de ayer con la cúpula del SPD, Merkel y el presidente de la Unión Social Cristiana (CSU) -el partido socialcristiano hermano de Baviera-, Edmund Stoiber (CSU), de 63 años, se habían reunido con los dirigentes del partido liberal (FDP) Guido Westerwelle, de 43 años, y Wolfgang Gerhardt, de 61 años, para sondear la posibilidad de formar juntos la llamada coalición Jamaica, negro-amarillo-verde, con el partido ecopacifista Los Verdes.

Merkel continuará hoy su ronda de sondeos con una entrevista con la cúpula directiva de Los Verdes. El FDP se niega a hablar con los socialdemócratas (SPD) y se mantiene en su posición, ya expresada durante la campaña y en la misma noche electoral, de no apoyar bajo ningún concepto la permanencia de la coalición SPD-Verdes en el Gobierno y la de Schröder como canciller.

Tras el encuentro de ayer en la tierra de nadie del club parlamentario de Berlín, los dos contendientes se presentaron por separado ante la prensa en una tarde soleada de un increíble buen tiempo a estas alturas en Alemania.

La comparecencia de Merkel y el primer ministro bávaro Stoiber duró algo menos de 10 minutos. La posterior de Schröder y el presidente del SPD, Franz Müntefering, no llegó al cuarto de hora. El lenguaje corporal de los dos gallitos dejaba entrever algunos matices. Merkel se presentó con el aire de eterno fastidio, como de alguien que cumple un penoso deber. Schröder tenía cara de pocos amigos, sin el gesto eufórico y jovial que mantuvo durante toda la campaña electoral.

Esbozó el canciller un conato de disculpa por su comportamiento en la noche de las elecciones en la televisión pública, pero se le nota tenso con los medios de comunicación, a los que acusó de orquestar una campaña en su contra. Cuando una periodista le preguntó si estaba dispuesto a renunciar a la cancillería, Schröder replicó: "¿Le ha planteado la pregunta usted también a la otra parte?".

Los dos partidos repitieron las cláusulas de estilo de que Alemania necesita un Gobierno estable, que los partidos políticos deben comportarse de forma responsable y calificaron de "constructiva" la entrevista. El otro punto en que coinciden la CDU/CSU y el SPD es en que ninguno renuncia a la cancillería para su líder. Lo primero que dijo Merkel es que la Unión ha recibido un mandato de los electores para formar Gobierno y de inmediato dejó claro que en este punto no hay acuerdo con el SPD. Merkel se refiere a su victoria por 0,9% y más de 425.000 votos, aunque las encuestas le llegaron a dar ventajas de dos dígitos. Müntefering declaró que el SPD quiere seguir en el Gobierno con Schröder de canciller.

En su intervención, Schröder realizó una interpretación del voto popular como una decisión a favor de su programa de reformas Agenda 2010 y contra los que la rechazan como los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS). Los socialdemócratas nunca hablan de Partido de la Izquierda, sino del PDS, uno de sus componentes.

Añadió Schröder que los electores votaron por un Gobierno estable que no ponga en peligro el Estado social, por las reformas del mercado laboral, del sistema de salud y por asegurar el seguro de jubilación. Según Schröder, Alemania votó no a los extremos y por afrontar los desafíos de la globalización y los problemas derivados de la demografía, eso significa "completar la Agenda 2010" y que sigan en el Gobierno aquellos a los que se asocia con ese programa de reformas, es decir él y el SPD. Concluyó el canciller que Alemania tiene que cumplir con su papel del país más poblado de la UE y tercera potencia económica mundial.

Stoiber precisó en su declaración: "Las conversaciones no pueden durar mucho porque no tenemos un tiempo ilimitado". Añadió Stoiber que tras los próximos encuentros se debe pasar a una negociación y dijo que la gran coalición CDU/CSU-SPD no tiene que ser un Gobierno transitorio, sino estable para cuatro años y no para romperlo cuando convenga. Aseguró Stoiber: "La señora Merkel ha recibido un mandato de los electores, aunque el SPD no lo vea así".

Müntefering constató que se encuentran lejos de las negociaciones, pero "hemos avanzado hacia unas conversaciones para ver si una gran coalición tiene perspectivas para nuestro país". Insistió Müntefering en mostrar el conejo que sacó días atrás de la chistera con la afirmación de que la CDU y la CSU son dos partidos diferentes y por lo tanto no se pueden sumar sus votos. Sostiene Müntefering que la CDU tuvo un 27,8% de los votos de los alemanes, la CSU, el 7,4% y el SPD, el 34,3% y por ello es la formación más votada.

Los democristianos afirman que lo que cuenta no es el partido sino que el grupo parlamentario CDU/CSU consiguió 35,2%. A pesar de estas diferencias, Müntefering reconoció que la atmósfera de la entrevista fue buena: "Había café y pastas; ha salido barato".

Gerhard Schröder y Angela Merkel salen por separado tras su reunión de ayer en Berlín.
Gerhard Schröder y Angela Merkel salen por separado tras su reunión de ayer en Berlín.REUTERS

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