Europa da por buena la jornada electoral en Afganistán

Las elecciones parlamentarias del domingo "constituyen un paso significativo hacia el desarrollo democrático de Afganistán", concluyó ayer la misión de observación electoral de la UE. El equipo, encabezado por la europarlamentaria Emma Bonino, ha resuelto que tanto el marco legal como la administración de los comicios fueron correctos a pesar de los defectos, entre los que destaca los "informes de intimidación, así como los deplorables asesinatos de candidatos, clérigos y personal electoral".

Por otra parte, el número dos de al Qaeda, Aiman al Zawahri, criticó ayer las elecciones parlamentarias de Afganistán y reiteró la participación de la organización en los atentados terroristas de Londres del pasado 7 de julio, en unas imágenes emitidas ayer por la cadena árabe al Yazira.

Antes de que se conocieran estas declaraciones, los observadores europeos celebraron la relativa paz con que se vivieron las elecciones del domingo. "La jornada transcurrió en relativa calma y el proceso de voto fue calificado de 'bueno' o 'muy bueno' en el 92,7% de las mesas electorales visitadas por los observadores de la Unión Europea", asegura el informe preliminar al que dio lectura Emma Bonino. La falta de seguridad en algunas zonas del país, los problemas prácticos que creó el sistema de votación y la ausencia de listas electorales son otros de los problemas que destacó.

El respaldo de los observadores europeos resultaba predecible dado que la Unión Europea ha financiado el 40% de los 159 millones de dólares (unos 130 millones de euros) que ha costado el ejercicio electoral afgano. "No podemos tirarnos piedras contra nuestro propio tejado, a menos que la jornada electoral se torne en un verdadero fiasco", confiaba la víspera uno de los europarlamentarios que ha participado en la misión. Y todos los miembros del equipo consultados reconocían ayer que el proceso había resultado "mejor de lo previsible".

No obstante, una fuente de la misión manifestó que el texto de las conclusiones preliminares fue "embellecido con un lenguaje diplomático" para evitar afectar negativamente el proceso. "No se ha censurado ni inventado nada, sólo se ha puesto más énfasis en lo positivo porque si no la comunidad internacional puede perder la confianza", explicó.

"La jornada electoral ampliamente tranquila, y en general la buena administración del proceso hasta este momento, constituyen un paso significativo para Afganistán, a pesar de los defectos que hubo y de los retos pendientes", declaró Bonino al presentar las conclusiones preliminares de la misión que ha dirigido en Kabul desde el pasado julio. El equipo de 13 expertos y 60 observadores (que se amplió hasta 159 en torno a la jornada electoral) ha trabajado en 29 de las 34 provincias afganas, y el domingo obtuvo datos en 900 de las 26.000 mesas electorales. Algunos de ellos permanecerán en el país hasta que se anuncien los resultados oficiales esperados para el 22 de octubre. Los primeros deberían conocerse el próximo 10 de octubre.

Mientras tanto, un portavoz de las Naciones Unidas reconoció ayer que la participación apenas supera el 50%, bastante por debajo del 76% que se alcanzó en las elecciones presidenciales del año pasado. Con datos de un 35% de las mesas electorales, el jefe de la misión electoral, Peter Erben, estimó que el número de votos rondaba los 6 millones, sobre un total de 12,5 millones de electores inscritos. "Varios elementos contribuyeron a esta baja participación", explica Neik Mohamed Kabuli, responsable del National Democratic Institute, una ONG de educación cívica. Kabuli cita como razones "el miedo a ataques, un escrutinio complicado por el gran número de candidatos y el cansancio de los afganos que no ven las cosas cambiar". "La presencia de los señores de la guerra entre los candidatos tampoco favoreció la participación", añade.