Un nuevo revés para Europa
Barroso pide un Gobierno alemán estable cuanto antes
La incertidumbre creada por la falta de un vencedor claro en las elecciones de Alemania ha pulverizado las esperanzas puestas en este país para sacar a Europa de su parálisis. Tras el no franco-holandés a la Constitución europea y el fracaso de la cumbre de junio, incapaz de aprobar las perspectivas presupuestarias para 2007-2013, la aparición de un líder fuerte en Alemania se vislumbraba como una palanca decisiva para desatascar el proyecto europeo.
La confusión y dificultades para formar Gobierno en el país más poderoso de la Unión presagian una nueva ralentización de todo el proyecto europeo, cuya principal carencia sigue siendo la falta de liderazgo.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ha sido el primero en poner el dedo en la llaga al alertar de los riesgos que corre el proyecto europeo tras el empate alemán. "Sin una Alemania dinámica y estable", manifestó ayer el presidente de la Comisión, "Europa no se puede enderezar". En su intervención en un simposio sobre acceso a los mercados y aspectos externos a la competitividad, Barroso instó, "como presidente de la Comisión Europea", a los dirigentes políticos alemanes a que "formen un Gobierno estable lo antes posible". El presidente de la Comisión evitó felicitar a ninguno de los dos principales candidatos, el líder socialdemócrata Gerhard Schröder, y la conservadora Angela Merkel a la espera del nombramiento de la nueva o nuevo canciller, según precisó su portavoz, Françoise le Bail.
El ajustado resultado electoral entre Schröder y Merkel, forzará la aplicación de políticas de compromiso entre los dos grandes partidos alemanes, lo cual tendrá repercusiones directas sobre los principales asuntos pendientes en la agenda europea: perspectivas presupuestarias, modelo social europeo, inicio de negociaciones con Turquía y ampliación. Aunque los grandes partidos alemanes acostumbran a pactar previamente sus posiciones sobre los temas fundamentales en la arena europea, el empate del domingo intensificará la política de acuerdos y compromisos. En esta línea, el líder del grupo socialista en el Parlamento Europeo, Martin Schulz, manifestó ayer que tras el resultado electoral "no se puede formar un Gobierno sin los socialdemócratas".
La posición de solidez de los socialdemócratas también supone una seria advertencia para el primer ministro británico Tony Blair, que desde su presidencia europea impulsa una profunda reflexión sobre el modelo social europeo, como asunto nuclear de su mandato. La mayoría de votantes alemanes ha expresado claramente su rechazo a desmantelar el Estado de bienestar. La cumbre europea de finales de octubre será el primer escenario para comprobar la influencia de las elecciones alemanas en el enfoque del debate sobre el modelo económico y social de la UE. El primer ministro británico no podrá contar con el soporte esperado de Angela Merkel, cuya posición ha quedado neutralizada por la resistencia electoral del dirigente socialdemócrata.
En el nuevo escenario europeo, España vuelve a tener una ocasión privilegiada para hacer valer sus resultados económicos, reconocidos por los grandes países. Frente a la división política en el Gobierno francés, las dificultades económicas de Italia y la incertidumbre política de Alemania, al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se le presenta una verdadera oportunidad para exponer con más ambición que hasta ahora su idea de Europa. Zapatero manifestó ayer su confianza en que el nuevo Gobierno que se forme en Alemania esté vinculado a un proyecto de respaldo europeísta.
Una de las repercusiones más inminentes de las elecciones del pasado domingo se visualizará en las relaciones entre la Unión Europea y Turquía, cuyas negociaciones sobre la adhesión deben empezar en principio el próximo 3 de octubre. Los Veinticinco siguen buscando una fórmula, "una contradeclaración", para responder al rechazo formal de Turquía al reconocimiento de Chipre.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, elogió ayer la campaña desarrollada por el canciller alemán Gerhard Schröder, partidario del inicio de negociaciones con Turquía, y criticó sin nombrarla, la efectuada por la candidata conservadora Merkel. Erdogan señaló que "la campaña ha demostrado hasta qué punto la propaganda dirigida contra los turcos (principal minoría extranjera en Alemania) y sobre todo sobre la cuestión de la adhesión o asociación privilegiada entre Turquía y la UE han tenido resultados negativos".
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