_
_
_
_

El bloqueo de la ayuda exterior de EE UU aboca a Ucrania a una crisis humanitaria y económica

Las operaciones de Naciones Unidas en el país invadido por Rusia también se ven severamente afectadas por la congelación de la asistencia internacional ordenada por Trump

Guerra de Rusia en Ucrania
Rescatistas ucranios junto a nuevos equipos proporcionados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, en Kiev, el 17 de julio de 2023.Alina Smutko (REUTERS)
Cristian Segura

Ucrania es el principal receptor internacional de ayuda humanitaria y económica de Estados Unidos. El país invadido ha recibido en los tres años de guerra más de 34.000 millones de euros en asistencia no militar a través de USAID, la agencia de la Casa Blanca para el desarrollo internacional. En 2023, el último año del que hay datos consolidados, fueron 16.500 millones de euros, cuando la media que reciben los Estados asistidos por USAID es de 545 millones. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el 24 de enero la orden de congelar toda la ayuda exterior no militar de su Gobierno. La decisión sitúa a Ucrania ante una inesperada crisis humanitaria y económica.

Desde el poder político en Kiev hubo una primera reacción de convicción de que con Ucrania se haría una excepción. Pero el paso de los días ha confirmado que Trump no ha hecho salvedades. Docenas de ONG, administraciones públicas, pequeñas empresas e incluso Naciones Unidas están ahora con el agua al cuello. Las nuevas autoridades estadounidenses se han dado tres meses para determinar qué ayuda exterior continuará.

La orden de Washington es de no aportar ninguna nueva asistencia durante este periodo de análisis. El multimillonario Elon Musk, a quien Trump ha encargado una reforma drástica de la administración pública estadounidense, ha asegurado este lunes en su red social (X) que tanto él como el presidente están de acuerdo en que USAID debe ser cerrada de forma definitiva.

El presidente, Volodímir Zelenski, ha comunicado que el Gobierno determinará qué proyectos son críticos para que el Estado los financie. La oficina del mandatario ha señalado que la prioridad serán los programas de rehabilitación de los soldados retornados de la guerra. Uno de los casos más citados en los medios de comunicación es el de la institución Veteran Hub, de referencia en el tratamiento de militares heridos, con secuelas psicológicas o con problemas de integración en la sociedad. Veteran Hub anunció que debía cerrar su centro en la provincia de Vinnitsia y que daba de baja su servicio de atención telefónica. Este servicio podrá recuperarse en los próximos días gracias a la nueva donación de una empresa de tecnología ucrania.

Go Global es una ONG que ofrece programas de educación a menores de edad y a maestros afectados por la invasión rusa, sobre todo a los que viven en zonas cercanas a las zonas de combate. Tetiana Kovriga, directora de la organización, confirma que tres de sus proyectos se han visto suspendidos por la decisión de Washington. El principal programa afectado ya había dado atención a 3.000 alumnos en los casi tres años de guerra.

“Hace tan solo unos días, 150 adolescentes que viven en zonas limítrofes al frente tenían que haber asistido a un campus educacional en los Transcárpatos [la región occidental de Ucrania más alejada de la guerra] con el apoyo de UCBI [un programa de USAID]”, explica Kovriga: “Allí esperábamos que por primera vez en tres años pudieran realizar clases presenciales [en zonas de alto riesgo, las clases solo se imparten telemáticamente], interactuar con sus compañeros y relajarse psicológicamente”. El viaje se ha suspendido.

“La ayuda que ha recibido Ucrania va desde cables USB y colchones para refugiados en un estadio a aportaciones millonarias para garantizar la red eléctrica. No somos conscientes de cómo ha determinado nuestras vidas esta ayuda estadounidense”, escribió el 28 de enero en sus redes sociales Vladislav Sodel, conocido fotógrafo ucranio que ha retratado durante ocho años el trabajo de USAID en su país.

Las administraciones públicas ucranias también se han visto afectadas, sobre todo a escala municipal. La ciudad de Izium, al este del país, quedó severamente dañada por los combates que se libraron en 2022 para liberarla de la ocupación rusa. Los carteles de USAID se pueden encontrar en numerosos edificios que están siendo reconstruidos en Izium, también en generadores industriales suministrados por esta agencia para suplir la dañada red eléctrica. En esa ciudad, y en muchas otras localidades ucranias, cajas de alimentación con el sello de USAID se distribuyen a diario entre la población más pobre. Esto también ha sido frenado temporalmente. El vicealcalde de Izium, Volodímir Matsokin, explicó a los informativos estatales que están pendientes de recibir cisternas de agua caliente móviles por parte de USAID. Matsokin no quiso aportar más detalles a este diario de qué asistencia ha sido puesto en cuarentena porque todavía confía en que haya una “buena voluntad” para cumplir el contrato.

Problemas en la ONU

Numerosos proyectos de la ONU se han visto perjudicados por la decisión de Trump, según revelan a EL PAÍS altas fuentes de la misión de la organización internacional en Ucrania. En algunos casos, como los vinculados a la protección de los derechos humanos, el 80% de la financiación era de USAID. Los organismos de la ONU en Ucrania han recibido un comunicado interno exigiendo que no se firme ningún nuevo documento que implique financiación estadounidense. Algunas ONG en Ucrania ya han avisado a Naciones Unidas de que han enviado a sus empleados a casa porque no podrán pagar sus salarios.

La misión de la ONU en Ucrania está analizando qué proyectos son “críticos”, de los que depende la vida de los beneficiados, para mantenerlos pese a los problemas de financiación. Los programas vinculados a la infancia no se verán afectados, aseguran estas mismas fuentes. “Todavía estamos evaluando el impacto de la decisión de EE UU en el trabajo de la ONU en Ucrania”, ha indicado a este diario su portavoz Mariia Shaposnikova.

“Nos ha pillado por sorpresa porque esto no sucedió en 2017, en el primer mandato de Trump”, afirman otras fuentes de la ONU consultadas. La directora de una ONG que pide mantenerse en el anonimato, confiando en recuperar su actividad en primavera, admite “ingenuidad” cuando se le recuerda que el ahora presidente estadounidense ya advirtió durante la campaña electoral que tomaría esta decisión: “Es un político que nunca sabes qué dice de verdad o para satisfacer a su público, y pecas de no tomártelo en serio”.

USAID también es un apoyo importante para la economía ucrania. Cientos de empresas al borde de la quiebra por la guerra han recibido tecnología o líneas de financiación para subsistir. El esfuerzo sobre todo se había notado en el sector agrícola, la industria más importante de Ucrania. Según el Gobierno estadounidense, 15.000 pequeños agricultores ucranios se habían beneficiado de la asistencia de USAID en fertilizantes, semillas y maquinaria.

Catástrofe en los medios

Dos de los ámbitos en los que la congelación de la ayuda se ha notado de forma más cruda son la producción cultural y los medios de comunicación. Más de cien organizaciones de estos sectores se han quedado sin recursos. La mayoría de pequeños medios independientes de Ucrania recibían financiación de USAID. Casos especialmente graves son el de Bihus y Slidstvo, dos medios de investigación de corrupción que han destacado en los últimos años por ser fundamentales para el escrutinio del poder. En ambos medios digitales, la financiación estadounidense era superior al 80%.

“Esto nos ha permitido no depender de oligarcas, políticos o del Estado. Nadie nos dicta las historias o qué investigar”, ha explicado en un comunicado la redacción de Slidstvo. En una nota difundida a través de las redes sociales, Bihus ha admitido que su supervivencia depende de una nueva campaña de donaciones: “Estamos hundidos, pero no perdemos el rumbo. Nos estáis salvando. No importa qué se piense de las subvenciones, la alternativa es trabajar para los intereses de fuerzas políticas o grupos empresariales”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_