El Gobierno de Trump comienza los primeros traslados de inmigrantes irregulares a la base de Guantánamo
El Pentágono ya había comenzado a enviar militares para levantar tiendas de campaña en los que alojar a los extranjeros enviados a esas instalaciones
El primer vuelo militar estadounidense para trasladar a inmigrantes irregulares a la base naval de Guantánamo, en Cuba, ya está a punto y despegará este mismo martes con varias docenas de personas a bordo, según han adelantado altos cargos del Gobierno de Donald Trump. Se espera que hasta 30.000 personas queden recluidas en el Centro de Operaciones para Migrantes que existe en esas instalaciones desde hace décadas y que el presidente republicano ordenaba ampliar la semana pasada para convertirlo en un gran centro de detención.
En los últimos días, el Pentágono ha enviado militares a la base naval en la bahía cubana para levantar tiendas de campaña, en cumplimiento de la orden ejecutiva presidencial que exige preparar las instalaciones para acoger a decenas de miles de migrantes.
El Centro de Operaciones de Migrantes, gestionado por el Departamento de Seguridad Nacional, se dedicaba hasta ahora a alojar a los migrantes interceptados en el mar, la mayoría procedentes de Cuba y Haití, en tanto se tramitaban sus casos. Esas instalaciones están en un área separada de la prisión de Guantánamo, creada en 2002 para encarcelar a los “combatientes enemigos”, extranjeros capturados durante la guerra contra el terrorismo que el presidente George W. Bush declaró después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Aún no está claro qué migrantes serán enviados a esa base, cuyo nombre ha quedado asociado a las torturas que se perpetraron en esa prisión en los peores años de la guerra contra el terrorismo. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, sostiene que su Administración seguirá lo que ordene la ley en el trato a estas personas. Según declaraba este domingo en la cadena de televisión Fox News, el plan no contempla mantener allí de manera indefinida a los extranjeros trasladados allí.
El lunes, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, defendía los planes este lunes, durante una visita a la frontera sur estadounidense: “Es el lugar perfecto para mantener a migrantes que salen de nuestro país... pero también criminales endurecidos”.
Al anunciar la orden ejecutiva la semana pasada, Trump había declarado: “Tenemos 30.000 camas en Guantánamo para detener a los peores extranjeros ilegales criminales que amenazan al pueblo estadounidense. Algunos de ellos son tan malvados que no confiamos en que otros países los acojan, y no los queremos aquí. Así que los vamos a mandar a Guantánamo. Eso doblará de inmediato nuestra capacidad. Y es un sitio del que es difícil escapar”.
Los críticos de la medida subrayan que no está clara la legalidad de esta iniciativa. Tampoco a qué tipo de servicios, legales o sociales, tendrán acceso estos migrantes una vez lleguen a las instalaciones. Hasta ahora, en la base naval de Guantánamo residían de manera permanente 6.000 personas, la mayoría allí en algún tipo de trabajo relacionado con la prisión o sus familiares. La base, aislada del resto de Cuba por una zona minada y alambradas, depende por completo de los envíos externos para su subsistencia: los alimentos frescos que se reciben por avión una vez a la semana o los cargamentos de materiales que llegan por barco dos veces por mes.
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