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Un desafío histórico

El Diccionario Histórico de la Lengua Española figura, en este momento, como la gran empresa en la que se van a volcar las Academias de la Lengua Española. Desde hace un mes, al frente de la tarea se encuentra el filólogo José Antonio Pascual y ese empeño ha sido declarado por el Gobierno de la nación como proyecto de Estado. El director de la Academia Española, Víctor García de la Concha, ha matizado que se trata de "un proyecto a largo plazo", en torno al cual en Salamanca se van a establecer las decisiones referidas a la colaboración con las demás Academias. "Nosotros tenemos perfilado lo que es el proyecto de la Academia Española, pero ahora vamos a compartirlo con las Academias americanas", ha indicado García de la Concha.

El director del diccionario en ciernes, que se ha planteado con un plazo de 15 años, ha precisado que en esa labor "el problema no es técnico, ni hay problema teórico, porque los medios los tenemos y también la decisión de la Academia, e igualmente la entrega estatal es absoluta. La dificultad reside en poner en marcha una serie de personas que van a dedicarse a la elaboración" durante un periodo de tiempo muy ajustado para alcanzar los objetivos básicos. José Antonio Pascual ha recordado que se tardó en disponer del diccionario de Oxford un centenar de años y, en Francia, con gran aportación de especialistas, medio siglo.

El filólogo salmantino, mientras muestra una carpeta con los esquemas que está elaborando para afrontar las tareas que él denomina "acciones encadenadas" como punto de arranque del trabajo, ha apuntado que "a partir del 2 de enero programaremos los tres primeros años" de un diccionario que debe calificarse como "empeño cultural, pieza básica para nuestra lengua". Su preocupación ahora reside en "tratar de ver cómo pueden organizarse los diferentes fragmentos para luego montar todos los elementos del motor".

Etapas

José Antonio Pascual, que ha calificado el Diccionario Histórico como "ese artilugio que tienen las lenguas de cultura, y del que nosotros carecemos", ha matizado que, en consonancia que lo que mantuvo su maestro Corominas, la aspiración es conseguir que se disponga de "un diccionario suficiente, para que luego pueda ser mejorado, ya que es preferible un diccionario mediocre a uno muy brillante en una sola letra del abecedario". En su criterio, como en un laboratorio científico se deja siempre abierta una investigación, tampoco un diccionario debe cerrarse "como una obra excelsa".

Desde "las intuiciones" que maneja y tras "los primeros contactos", el responsable del diccionario ha indicado que en Salamanca "se va a esbozar el proyecto, se van a programar las etapas, para determinar cómo se orienta el trabajo, con el apoyo de todas las Academias, que servirán de enlace con las personas adecuadas". La Española funcionará como centro de gestión con el empleo de sus recursos, pero con "la implicación de los mejores que trabajan en el dominio de la historia de las palabras".

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