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La policía sigue el rastro de 35 esculturas africanas robadas en la Fundación Folch

Los ladrones seleccionaron el botín entre las 4.000 piezas de la colección barcelonesa

Jacinto Antón

"Muy misterioso". Así califica una persona cercana al caso el robo en la sede de la Fundación Folch de Barcelona de 35 valiosas esculturas de madera de arte africano, en su mayoría de la etnia fang. Los ladrones entraron con gran facilidad durante un fin de semana en el edificio donde se guarda la impresionante colección privada de más de 4.000 objetos de arte étnico de todo el mundo, desde esculturas orientales y fetiches a canoas, postes maoríes, bumeranes, escudos, relieves y lanzas. Las obras sustraídas podrían alcanzar en el mercado un valor de varios millones de euros.

La colección, reunida especialmente durante los años sesenta y setenta sobre el terreno por el desaparecido industrial y químico catalán Albert Folch-Rusiñol (1922-1988), no está abierta al público y hasta ahora -que han quedado suspendidas todas las visitas- sólo podía verse con cita previa. Los ladrones actuaron sin causar destrozos y con una idea exacta de su objetivo. Abrieron las vitrinas de arte africano y seleccionaron con exquisito gusto de connoisseurs las tallas más bellas y valiosas. Sólo se llevaron ésas, dejando atrás buena parte de la colección y sin tocar siquiera piezas de otras civilizaciones, como las preciosas estatuillas tibetanas doradas en las vitrinas adyacentes. El robo se produjo entre la tarde-noche del viernes 8 de abril y la mañana del lunes 11, pero ni la fundación ni la policía, que investiga el caso lo han hecho público, aunque sí han sido avisados anticuarios y galeristas. El local-museo donde se guarda la colección, en la parte baja de la gran vivienda familiar en la avenida de Pearson, carece de grandes medidas de seguridad: no hay cámaras de vigilancia ni un guardia dedicado específicamente a su protección. Según algunas fuentes, la colección, que suministra piezas regularmente para exposiciones, no está asegurada.

Por las piezas fang sustraídas, las mejores del conjunto, cualquier coleccionista daría millones, ha explicado a este diario un especialista. "Hoy en día lo que más se cotiza de arte africano, en Europa y EE UU, es la escultura fang: se puede pagar un cuarto de millón de euros o más por una talla". El monto total puede superar los dos millones de euros. Las estatuas robadas, tienen más mercado fuera, sin duda, donde no hay tanto control como aquí; es posible que el robo haya sido el encargo de un coleccionista privado o una transacción económica.

La investigación, según la policía, permanece abierta y está "bien encarrilada". Según fuentes del caso, los ladrones "sabían perfectamente lo que querían y conocían a la perfección el espacio, dónde estaban las piezas y también las alarmas y las luces".

Consultada por este diario, Stella Folch-Corachán, presidenta de la fundación, hija de Albert Folch y heredera de la colección, no quiso hacer declaraciones sobre el robo. Fuentes de la fundación señalaron que la presidenta había recibido advertencias sobre la vulnerabilidad de la extraordinaria colección.

Las piezas robadas son en su mayor parte fang, de Guinea Ecuatorial, esculturas de madera relacionadas con los rituales del byéri, el culto a los antepasados, y que representan generalmente al antepasado en meditación, en posición hierática. Los ladrones sustrajeron también estatuillas de la cultura baule de Costa de Marfil y de Zaire.

Una de las valiosas esculturas fang robadas en la Fundación Folch.
Una de las valiosas esculturas fang robadas en la Fundación Folch.
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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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