El Alarde mixto acusa a Jauregi de hacer "apología de la agresión"

La capitana de la compañía mixta Jaizkibel, Ixabel Alkain, acusó ayer al alcalde de Hondarribia, el peneuvista Borja Jauregi, de hacer "apología de la agresión" en torno a la participación de las mujeres como soldados en el Alarde, "en vez de impulsar acciones dirigidas a favorecer la igualdad" entre ambos sexos a la hora de desfilar el 8 de septiembre, el día grande de las fiestas de la localidad guipuzcoana.

La compañía mixta Jaizkibel, integrada por entre 150 y 200 personas, saldrá mañana de nuevo a las calles de Hondarribia para defender, ya por décimo año, un Alarde que no "discrimine" a las mujeres. Es decir, un desfile en el que hombres y mujeres puedan participar en igualdad de condiciones en el papel de soldados, no como en el denominado Alarde tradicional, en el que el rol de las féminas se reduce al de cantineras.

Bajo la fórmula legal de manifestación, Jaizkibel solicitará también, una vez más, un Alarde público organizado por el Ayuntamiento, como venía ocurriendo "desde siempre" hasta hace cinco años, recordó ayer la capitana de la compañía mixta. Entonces, los partidarios del desfile tradicional crearon una entidad privada para esquivar la participación de las mujeres. El alcalde se escuda precisamente en esta situación para desentenderse oficialmente del Alarde, aunque en la práctica se alinea con el desfile tradicional y repite una y otra vez que el Tribunal Superior de Justicia vasco dictó en su día que el consistorio no tiene obligación de organizarlo.

La postura de Jauregi quedó aún más clara el pasado sábado, cuando participó en la manifestación organizada por los partidarios del Alarde tradicional bajo el lema Herriaren Alardearen Alde (Por el Alarde del pueblo) y para criticar la resolución de Interior, que este año ha fijado, en aplicación de la Ley de Igualdad vasca, que el desfile mixto salga primero. El alcalde viene declarando que hay que respetar las distintas formas de entender el Alarde, pero, al mismo tiempo, considera que la decisión de la consejería ha provocado "una enorme crispación" en el pueblo.

De hecho, Jauregi, que cree que a la "inmensa mayoría" de los vecinos se les está "vilipendiando por defender una tradición centenaria", recurrió la resolución ante el Superior, argumentando que la distribución horaria establecida por Interior podía derivar en incidentes. El tribunal ratificó la decisión de la consejería.

La compañía Jaizkibel entiende que las declaraciones tanto del alcalde como de Alarde Fundazioa, la entidad organizadora del desfile tradicional, suponen "un intento de sacar del baúl de la historia actitudes agresivas y discriminatorias de una parte de la población de Hondarribia".

"Enfrentamiento"

"Han intentado crear otra vez un ambiente de enfrentamiento entre familiares, vecinos, entre gente que vivimos en este pueblo, que no ayuda a la solución de este problema", subrayó Alkain. Y es que los integrantes de Jaizkibel, aunque tienen asumido que mañana se respirará un "ambiente tenso" en Hondarribia, consideran que una buena parte de la población ha dejado de verles "con cuernos y rabo", como pretendían algunos, y empiezan a darse cuenta de que son sólo "un grupo de personas, de hombres y mujeres del pueblo, que quieren disfrutar de la fiesta con todos los demás".

Por eso, ante los rumores de que espectadores del Alarde tradicional estaban barajando la posibilidad de colocar sábanas a modo de pared entre el público y el desfile mixto, Jaizkibel no dudó en afirmar que la idea "refleja muy bien" el deseo de los partidarios del desfile tradicional de "hacer invisible" la compañía mixta.

El objetivo último de Jaizkibel es desfilar en un Alarde público y mixto en su totalidad junto a sus "maridos, novios, hermanos, padres...". Pero, como paso intermedio para "encauzar una situación que ya está resultando ridícula y que ha sido impulsada sobre todo por el alcalde y las instituciones locales", estaría dispuesta a incorporarse al Alarde tras el resto de compañías.