_
_
_
_
Reportaje:

La lúcida locura de Alonso Quijano

Un nuevo ensayo analiza la salud mental de Cervantes en 'El Quijote'

Estaba loco de atar ese Don Quijote, ávido de justicia, trashumante por los caminos a la búsqueda de doncellas, viudas y huérfanos para brindarles amparo y protección? ¿Sufría algún tipo de trastorno mental diagnosticable el hidalgo Alonso Quijano que se transforma en Don Quijote, el personaje literario creado por Miguel de Cervantes y convertido en el más universal de la literatura de todos los tiempos?

Estas cuestiones, que se ha planteado todo aquel que ha leído El Quijote, las analiza con rigor clínico, y desde un punto de vista novedoso, el psiquiatra Francisco Alonso-Fernández, presidente de la Asociación Europea de Psiquiatría Social y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, que ha estudiado también bajo el prisma de la psiquiatría a personajes de la historia real de España, como Goya o los Austrias. En su libro El Quijote y su laberinto vital (Ánthropos, 2005), el autor aborda por primera vez desde una perspectiva médica la "grandeza psiquiátrica del Quijote, que toma su germen en la metamorfosis del hidalgo, convertido por la vía del delirio en un caballero andante llamado Don Quijote de la Mancha".

El hidalgo presenta un trastorno mental que coincide con un cuadro clínico real

Para Alonso-Fernández, "estamos ante la más genial novela psicopatológica o psicológica genuina, ante una monumental biografía patológica, por delante de otras grandes obras sobre metamorfosis, como las de Ovidio o Kafka". A su juicio, la combinación que hace Cervantes de los desatinos delirantes con una sensatez no sólo inteligente, sino erudita y retórica, define al protagonista de estos hechos, es decir, a Alonso Quijano convertido en Don Quijote, como "un loco lúcido o razonable". Advierte, sin embargo, que esta lucidez "no debe manipularse para enmascarar que, por cualquier costado que se tome a Don Quijote, no deja de ser una criatura imaginaria producto del trastorno mental de Alonso Quijano". No obstante, los términos loco y locura no son del todo del agrado de Alonso-Fernández por las connotaciones descalificadoras que encierran. Admite, sin embargo, que en el campo científico el loco es un enfermo mental, un paciente psicótico o delirante que ha perdido el sentido de la realidad.

"Todavía anidan en la bibliografía sobre el Quijote", aclara, "tremendas resistencias a considerar al hidalgo manchego como un enfermo mental, puesto que poseía un excelente juicio o criterio fuera de los temas de los libros de caballería. Sin embargo, Cervantes sí considera con toda reiteración y evidencia que el hidalgo ha perdido el juicio. Yo añadiría además que este aspecto está grabado en el texto nada menos que como el hecho cardinal de la novela".

El fondo social de esta "gran novela psicopatológica" anida, según Alonso-Fernández, "en el laberinto de tres vidas paralelas: la enajenada, en el hidalgo; la idealizada, en Don Quijote, y la rescatada, personalizada en Sancho". En esta última figura humilde, el genio de Cervantes refleja, según el psiquiatra, "el proceso de socratización, es decir, de adquisición de sabiduría que a lo largo de la novela se va definiendo, del mismo modo que queda claro que Alonso Quijano no enloqueció por leer libros de caballería, puesto que ya antes padecía la enfermedad".

Pero, ¿por qué el hidalgo, en sus momentos de cordura, asume la personalidad de Don Quijote y se comporta como tal? Para Alonso-Fernández, la respuesta es clara: "Porque su delirio de falsa identidad no está sujeto a una discontinuidad y la momentánea recuperación de su cordura se produce, por tanto, fuera de su delirio, al ocupar el primer plano otros temas, dejando incólume, aunque latente, la creencia delirante de ser Don Quijote. En otro caso, o sea, si el hidalgo abandonase por momentos su convicción de haberse trasmutado en Don Quijote, no hablaríamos de loco cuerdo o loco lúcido, sino de loco intermitente".

En su propuesta diagnóstica, Alonso-Fernández destaca dos aspectos relevantes en el hidalgo delirante: la alternancia entre la conducta disparatada y el discurso razonable y lúcido, y la presentación de un trastorno mental constituido por un cuadro clínico real, con características coincidentes con las de los enfermos mentales atendidos en los consultorios psiquiátricos, de modo que se excluye que pudiera tratarse de "una locura arbitraria, imaginaria, irracional, caprichosa, absurda, sagrada o metafísica, o cualquier otra especie de locura o semilocura inventada". Y subraya que "la excelsa particularidad de Alonso Quijano transmutado en Don Quijote es que en él la sensatez inteligente toma una forma más organizada de lo que sucede en la mayoría de los enfermos mentales, excepto cuando entraba en la temática delirante".

En su análisis, el autor esboza además la duda de si "la descripción cervantina del trastorno mental del hidalgo se guió por un modelo real" o fue el producto de un acabado estudio suyo, puesto que Cervantes tenía conocimientos médicos. El especialista mantiene que la locura del hidalgo se desvaneció, al final de la novela, del mismo modo enigmático y repentino que había venido: "El espléndido acierto de Cervantes es haber fijado la remisión total del trastorno mental coincidiendo con un cuadro febril". "Una calentura que le tuvo seis días en la cama", escribió Cervantes.

"Ya se sabía entonces", abunda Alonso-Fernández, "que la fiebre alta ejercía en ocasiones un efecto positivo sobre el enfermo mental, haciéndole retornar la realidad común. De modo que la remisión completa del proceso de quijotización dentro del marco de un proceso febril debe contabilizarse entre los favorables resultados terapéuticos obtenidos por la hipertermia o alta temperatura corporal. En definitiva, un grave caso psiquiátrico resuelto por el perspicaz ojo clínico del eximio doctor Miguel de Cervantes Saavedra".

El psiquiatra Francisco Alonso-Fernández.
El psiquiatra Francisco Alonso-Fernández.LUIS MAGÁN

Delirio y metamorfosis

El delirio constituye un fenómeno psicopatológico importante, del que se nutre el mundo del enfermo psicótico, según Francisco Alonso-Fernández, quien insiste en que puede decirse que no existe paciente psicótico que no haya tenido en algún momento de su evolución un cuadro delirante.

En su libro El Quijote y su laberinto vital, sostiene que el delirio se sustenta en tres pilares fundamentales: arraiga en el sujeto con una fuerza de convicción inusitada; posee una tenacidad infranqueable para resistir la refutación en forma de experiencia personal y/o de argumento razonable, y alberga un contenido un poco falto de lógica o un asunto absurdo, inverosímil o disparatado.

Para Alonso-Fernández, el delirio del hidalgo incluye una transformación subjetiva y objetiva de la personalidad asociada con un cambio de la identidad individual, con lo que se ajustaba al delirio de autometamorfosis.

"Podría hablarse de metamorfosis completa", añade, "puesto que la transfiguración abarca la subjetividad física y psíquica, la conducta social y la identidad propia. Una metamorfosis de sí mismo llevada hasta sus últimas consecuencias. Conducido por un delirio de esta magnitud, el hidalgo se transfiguró en el caballero andante Don Quijote de La Mancha".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_