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Reportaje:

Petróleo y médicos para unir América

El crudo venezolano y la sanidad cubana son los pilares del plan de integración regional de Chávez y Castro que preocupa a Washington

¿Es posible una América Latina unida al margen de Estados Unidos? Aunque muchos lo dudan, Fidel Castro y Hugo Chávez apuestan que sí. Y no están esperando por ella de brazos cruzados... Desde hace tiempo, ambos impulsan en la región una propuesta de integración económica y política basada en la "cooperación solidaria" e inspirada en el ideario de Simón Bolívar y José Martí, que contrarreste la influencia de Washington en el hemisferio. Chávez y Castro han estado muy activos las últimas semanas tratando de afianzar su plan, que tiene en el petróleo venezolano y en los médicos y escuelas de Cuba sus principales cartas de triunfo.

Hace pocos días, los dos líderes revolucionarios hicieron desde Cuba una generosa oferta a la región: atender gratuitamente en los próximos 10 años a seis millones de pacientes caribeños y latinoamericanos afectados de la visión. Además, se comprometieron a formar juntos en igual periodo a 200.000 médicos, un "aporte solidario" al continente frente al modelo neoliberal que propugna EE UU con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

En la actualidad estudian Medicina en la isla cerca de 12.000 jóvenes latinoamericanos; miles de doctores cubanos trabajan en una veintena de países del área, y esta "diplomacia de las batas blancas" es complementaria a la estrategia de Chávez de consolidar una "alianza energética del Sur", que ha comenzado a materializarse ya con Petrocaribe. La idea es que el petróleo, convertido en arma estratégica debido a sus elevados precios, sea el sector que impulse el proyecto integrador.

Al parecer, los planes de Caracas y La Habana avanzan. En el último mes, Chávez ha visitado Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, firmando acuerdos bilaterales en materia energética y promoviendo la ansiada integración. El 29 de junio, 13 naciones caribeñas firmaron con Venezuela el Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe, que entre sus objetivos declara la voluntad de "contribuir a la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias", en línea con los principios de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), contrapuesto al ALCA.

Petrocaribe no es sólo un instrumento para suministrar hidrocarburos con facilidades financieras a países necesitados del área -los financiamientos son del 40% de la factura si el precio del barril es de 50 dólares, y los plazos de pago de hasta 25 años-. Según Chávez, se trata de "un plan que contempla el desarrollo de infraestructuras en las naciones que lo integran", y su finalidad es fortalecer "la seguridad energética, el desarrollo socio-económico y la integración de los países del Caribe".

Petrocaribe es el primer paso de un sueño mayor: Petroamérica. Su propósito es lograr una América Latina integrada desde el punto de vista energético y, por tanto, menos dependiente. Todo un desafío a una Casa Blanca que contempla con preocupación la influencia creciente de Chávez y Castro en la región. Durante un reciente viaje a Paraguay del secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, éste acusó directamente a ambos de fomentar la "desestabilización" en el área. Pero el ministro de defensa paraguayo, Roberto González, se apresuró a reconocer que la solidaridad médica y educativa de Cuba es muy útil a su país -hoy estudian Medicina en la isla 641 jóvenes de Paraguay-. "Nos gustaría que los países que concentran ciencia y tecnología también ofrezcan espacios académicos gratis", dijo Domínguez, quién destacó además la importancia del convenio suscrito recientemente con Venezuela, que prevé el intercambio de petróleo y derivados por productos paraguayos como carne y soja.

Conscientes del poder y buena imagen de su diplomacia petromédica, Castro y Chávez han emplazado a Washington a dedicar recursos a iniciativas como la suya si desean evitar la "desestabilización" del continente. "Los verdaderos desestabilizadores son ellos, con su empeño hegemónico y sus políticas neoliberales", dijo Chávez en Cuba, donde asistió la semana pasado a la graduación de los primeros 1.610 médicos de la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Universidades bolivarianas

El mandatario venezolano afirmó en La Habana que creará una universidad similar en su país. Anunció que, con el mismo espíritu bolivariano, prestará a Ecuador sin intereses el petróleo que necesite para que la caída de su producción debido a una huelga no le impida cumplir sus compromisos internacionales. Desde Cuba, Chávez partió hacia Jamaica, donde firmó el primer acuerdo bilateral de Petrocaribe, por el cual suministrará 21.000 barriles diarios de petróleo y financiará la ampliación de una refinería en ese país para procesar crudo venezolano. El 5 de septiembre firmará otro acuerdo con la República Dominicana (por 100.000 barriles diarios), y la agenda de Chávez está llena de citas similares en los próximos meses.

Tanto él como Fidel Castro, a quien considera "un maestro de la estrategia perfecta", aseguran que el momento de la "verdadera independencia" de América, tal como la soñaron Bolívar y Martí, ha llegado. "El Alba avanza, y sin cañones, por puro instinto de supervivencia". La frase, de ayer mismo, es de Castro.

El peso de La Habana

Algunos se preguntan cuánto ha influido Fidel Castro en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Cuánto tiene de cubana la propuesta de integración regional de Hugo Chávez. La respuesta es simple: mucho.

No sólo porque ambos líderes estén en perfecta sintonía política, ni porque se consulten casi a diario planes y estrategias, o porque Chávez considere a Castro como su maestro. En realidad, la cuestión es más sencilla: el laboratorio de pruebas del ALBA han sido Cuba y Venezuela.

La implicación de ambos países es inmensa: Cuba recibe más de 90.000 barriles diarios de petróleo a precios preferenciales, con los que cubre el 60% de sus necesidades. Decenas de miles de médicos y profesionales cubanos sostienen los principales programas y misiones sociales en Venezuela, que son la base del apoyo popular de Chávez.

Unos 50.000 pacientes venezolanos han sido operados de la vista en Cuba en lo que va de año. Se han puesto a su disposición hospitales y hoteles. Se han abierto bancos, creado empresas mixtas, eliminado aranceles, y están en marcha cientos de proyectos de cooperación.

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