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LA PACIFICACIÓN DE EUSKADI | EL NUEVO CURSO POLÍTICO

Zapatero, en busca del compromiso del PP

El presidente convocará a Rajoy para abordar la pacificación, la reforma territorial y la política exterior

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, iniciará el curso político con un encuentro con el presidente del PP, Mariano Rajoy. Zapatero tiene previsto telefonear a Rajoy en cuanto ambos regresen la próxima semana de sus vacaciones estivales para fijar una fecha de reunión, que se materializará antes de quince días. El presidente del Gobierno pondrá sobre la mesa al líder de la oposición tres asuntos de Estado, políticamente candentes, y a los que pretende darle prioridad: la estrategia antiterrorista y la política de paz en Euskadi, las reformas estatutarias y la política exterior.

"La pretensión de Zapatero es establecer un diálogo permanente con Rajoy sobre estas tres cuestiones de Estado. Su viabilidad dependerá, sobre todo, de la estrategia de oposición que quiera hacer Rajoy en el nuevo curso político. Si mantiene su política de confrontación en todos los terrenos, como en el curso anterior, no habrá nada que hacer. Pero, al menos, el presidente del Gobierno habrá cumplido con su compromiso de informar al líder de la oposición", señalan en La Moncloa.

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Batasuna parece llevar adelante el acuerdo aprobado en noviembre en la asamblea de Anoeta
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La política antiterrorista frente a ETA es una de las cuestiones de Estado que más separan a Rajoy de Zapatero y, por ello, el presidente del Gobierno pretende afrontarla con el líder de la oposición aportándole amplia información, señalan en La Moncloa. "Rajoy y el PP están abordando esta cuestión con esquemas antiguos, que no responden al nuevo escenario político vasco", añaden las fuentes consultadas.

Una de las cuestiones que observa con más atención el Gobierno Zapatero de la nueva situación del terrorismo es la ausencia de atentados mortales de ETA desde hace dos años y tres meses, y, por añadidura, la escasísima actividad de la habitual campaña de verano de la banda terrorista este año, con la explosión de dos pequeños artefactos en la jornada de la Operación salida de finales de julio, sin consecuencias. No se producía un hecho similar desde el verano de 1999, situado temporalmente en la tregua de ETA de septiembre de 1998 a diciembre de 1999.

El verano del año pasado ETA cometió atentados contra objetivos turísticos en Galicia, Cantabria y Asturias. En 2003, ETA centró sus atentados en la costa levantina. En 2002, volvió a atacar en el Mediterráneo y asesinó en Santa Pola (Alicante) a un hombre y a una niña. En 2001, la campaña de verano la desarrolló en Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía y Comunidad Valenciana, con la colocación de artefactos y coches-bomba. Y en 2000 asesinó a siete personas en País Vasco, Navarra y Andalucía.

El Gobierno observa con atención cómo la práctica ausencia de la campaña de verano de ETA ha venido acompañada de un resurgimiento de la presencia de Batasuna. Precisamente, la reaparición de la ilegalizada Batasuna en la calle ha originado que el PP responsabilice de ello a la "debilidad del Gobierno Zapatero" y estime que "se está produciendo un retroceso en la política antiterrorista".

"El problema del PP es que no hace un análisis correcto de la situación vasca actual. Funciona con viejos esquemas, con los de hace dos o más años, cuando ETA estaba en plena actividad, tras romper la tregua que concedió al suscribir el Pacto de Lizarra con el PNV y EA. La situación en el País Vasco es ahora distinta. Lo que parece constatarse es una progresiva desaparición de ETA de la escena en favor de Batasuna", responden fuentes gubernamentales.

Ramón Jáuregui, dirigente socialista vasco y ex vicepresidente del Gobierno vasco, precisa que "Batasuna parece llevar adelante la estrategia que aprobó en la Asamblea de Anoeta, de noviembre de 2004, por la que la vía política va desplazando a la actividad terrorista". Jáuregui destaca también cómo "por vez primera, en un proceso de distensión, se observa una complicidad entre Batasuna y ETA", lo que "no sucedió ni en las conversaciones de Argel de 1989 ni en las de Suiza de 1999".

Esa complicidad, "que se percibe, inclusive, en los textos de ETA", estaría presuntamente garantizada por la relación entre Arnaldo Otegi y Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera.

Según Jáuregui, "se percibe que ETA ha hecho un balance de su estrategia anterior, la llamada estrategia de socialización del sufrimiento, recogida en la ponencia Oldartzen de 1995, y que ha concluido que ha fracasado".

El abandono de esta estrategia de ETA ha sido la consecuencia de varios factores, como la presión policial y judicial sobre la banda y su entorno, incluida la ilegalización de Batasuna y el endurecimiento de las penas contra la kale borroka (la llamada lucha callejera). Además, la brutal irrupción del terrorismo internacional ha eclipsado el de ETA, señalan fuentes gubernamentales.

Jáuregui añade otros dos factores: la llegada de Zapatero a La Moncloa en abril de 2004, que el entorno de ETA ha interpretado como "una oportunidad para la paz", y "la enorme influencia del proceso de paz de Irlanda en el País Vasco, que el pasado 28 de julio dio un paso enorme al anunciar el IRA su desarme y la apuesta por la política". "En los gestos de Batasuna se contempla un mimetismo del Sinn Fein, como el envío de cartas dirigidas al presidente y, sobre todo, en la apuesta pública por la política en detrimento de la violencia", añade el ex vicepresidente vasco.

Del mismo modo que el proceso de paz irlandés fue lento y delicado, también lo será el del País Vasco, pronostica Jáuregui, que sitúa el horizonte de la pacificación en las elecciones municipales de 2007, en las que Batasuna pretende presentarse como partido legalizado, pero para ello sabe que tiene que haber desaparecido del todo la violencia.

"Batasuna se va preparando para gestionar el final del terrorismo con su protagonismo. Su presencia progresiva no hay que verla, por tanto, de modo alarmista como hace el PP. Batasuna sabe que el levantamiento de su veto depende del final de la violencia porque el Gobierno socialista no va a alterar los principios que estableció en la lucha contra el terrorismo", coinciden en señalar La Moncloa y Jáuregui.

Zapatero también pretende abordar con Rajoy con profundidad el proceso de reformas estatutarias en marcha, así como afrontar la financiación de la sanidad, a cuyo objeto ha convocado la segunda Conferencia de Presidentes autonómicos para el 10 de septiembre. También en esta cuestión las diferencias entre ambos líderes son muy importantes, tras no ponerse de acuerdo en la creación de la comisión de seguimiento de las reformas territoriales, acordadas en la última reunión que ambos mantuvieron, en enero, en el palacio de la Moncloa.

Zapatero pretende informar a Rajoy sobre la marcha de ambas reformas, especialmente sobre la más conflictiva, la catalana. El presidente del Gobierno, frente al pesimismo generalizado, cree aún posible que el Parlamento catalán apruebe un texto cuyo contenido se ajuste a la Constitución y pueda ser asumible por las Cortes españolas, señalan en su entorno. En cuanto a la Conferencia de Presidentes, tratará de lograr el compromiso de Rajoy para que contribuya a que las comunidades autónomas gobernadas por el PP cooperen con la Administración del Estado en asumir las cargas financieras que implica el déficit sanitario.

Sobre las reformas territoriales y la situación del País Vasco, Zapatero incidirá, especialmente, en su intervención ante el Comité Federal del PSOE, el próximo tres de septiembre.

En materia de política exterior, resaltará ante el líder de la oposición la importancia de la Cumbre del Milenio, que celebrará la ONU en septiembre y que reunirá a 175 jefes de Estado. En ella se abordará la reforma interna de Naciones Unidas, para hacerla más operativa, y los programas de lucha contra el hambre en el mundo, a favor de la libertad y contra el terrorismo. La compatibilidad entre seguridad y derechos humanos en la lucha antiterrorista será uno de los debates estrella.

La agenda de esta cumbre internacional incluye la Alianza de Civilizaciones -entendida como un acuerdo entre el mundo occidental y el árabe y musulmán frente al embate del terrorismo-, cuya iniciativa planteó Zapatero hace un año y que fue acogida por el secretario general de la ONU, Kofi Anan, como propia.

También informará Zapatero a Rajoy de la Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en octubre en Salamanca, así como de la Conferencia Mediterránea.

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, a las puertas del palacio de la Moncloa en enero pasado.
José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, a las puertas del palacio de la Moncloa en enero pasado.GORKA LEJARCEGI

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