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Una mujer de 26 años, primera víctima del mal de las 'vacas locas' en España

La ministra de Sanidad asegura que este fallecimiento es sólo "un caso aislado"

Una mujer de 26 años que vivía en la Comunidad de Madrid es la primera víctima española de la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (versión humana del mal de las vacas locas), según informaron ayer la ministra de Sanidad, Elena Salgado, y el consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela. Es un "caso aislado", resaltaron los dos responsables sanitarios. Los primeros síntomas se detectaron en noviembre de 2004, por lo que la infección se produjo entre 1994 y 1999. La mujer murió el 10 de julio en el hospital Fundación de Alcorcón (Madrid).

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Un diagnóstico sólo posible tras el fallecimiento

La nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob es una patología que afecta al cerebro, y se contrae sobre todo por el consumo de carne de vacuno que padece encefalopatía espongiforme bovina (EEB), también llamada mal de las vacas locas. Su contagio a humanos se produce cuando las personas comen carne de animales enfermos (ésta ha sido la causa de los casos detectados en Reino Unido, el país más afectado), aunque los científicos también sospechan que pueda transmitirse por la sangre u órganos de personas infectadas.

Tanto la ministra como el consejero insistieron en que se trata de un "caso aislado", que la población no tiene de qué preocuparse. "No se trata de una alerta de sanidad pública" dijo Salgado, que recalcó que no hay motivos para que la población deje de tomar carne. "Los controles en España [desde 2000] son los más exhaustivos de la Unión Europea", señaló. "Todo está bajo control y no hay motivo de alarma", insistieron Salgado y Lamela.

El diagnóstico de la causa del fallecimiento todavía tiene que ser confirmado por el laboratorio de referencia europeo de Edimburgo, indicó Salgado. Un primer análisis anatomopatológico [necropsia] de la víctima realizado en el hospital de Alcorcón (centro de referencia de España) ya ha indicado que se trata de la nueva variante, señaló Lamela. "No era difícil de prever" que fuera a darse algún caso en España desde que "se supo de la existencia de esta enfermedad en Reino Unido", dijo la ministra.

Las autoridades sanitarias están realizando un estudio epidemiológico de la vida de la víctima para intentar encontrar la fuente del contagio. El periodo de incubación de la enfermedad es de entre cinco y diez años.

La mujer empezó a manifestar los primeros síntomas en noviembre de 2004, por lo que fue hospitalizada la primera vez. Ello lleva a situar el origen de la enfermedad entre 1995 y 1999, justo un año antes de que el Gobierno implantara los estrictos controles actuales para evitar que la carne de animales enfermos entrara en la cadena alimentaria.

Desde entonces ha estado hospitalizada de manera "intermitente", dijo Salgado. En abril se hizo un primer diagnóstico, y el 5 de mayo el hospital de Móstoles, uno de los centros donde estuvo ingresada, dio la alarma a la Comunidad de Madrid.

La causa de la infección no se conoce todavía. La mujer no ha vivido en Reino Unido ni "parece que, según sus familiares, haya viajado fuera de España", dijo la ministra. Esto apunta a que la carne infectada -el más frecuente origen de la enfermedad, según la experiencia de otros países-, tuvo que consumirse en España.

Posibles fuentes

Las autoridades están investigando otras posibles fuentes. Un detalle que mencionó ayer Salgado es que la mujer había trabajado en un laboratorio de salud animal en alguna universidad de Madrid, donde pudo entrar en contacto con material infectado (la enfermedad se transmite a través de un tipo de proteína defectuoso, los priones, que inducen a otras proteínas a acumularse en el cerebro).

Otra posibilidad que se ha investigado es que la mujer se hubiera infectado con los priones a través de alguna transfusión de sangre, aunque este aspecto parece descartado porque en la historia clínica de la mujer no figuran. Esta fuente de la enfermedad es poco probable y en España todos los productos derivados de la sangre, como el plasma, se centrífuga para limpiarlos de posibles priones, explicó Lamela, quien era secretario general de Agricultura cuando se desató la epidemia de vacas locas en Reino Unido y que, por tanto, vivió la crisis muy de cerca.

Las medidas de control sobre los componentes sanguíneos o materiales derivados se reforzaron ayer mediante una circular de la Agencia del Medicamento, aunque la ministra negó que hubiera relación con este caso.

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