Turismo de interior, paisaje y parques eólicos en Els Ports
Quienes no hayan visitado nunca los asombrosos paisajes de las montañas interiores de las comarcas de Els Ports y el Alt Maestrat deben darse prisa en acercarse a ellos para poder emocionarse con sus perfiles dibujados por muelas, cerros, ermitas, pozos de nieve y bosques primigenios, bañados de un silencio casi místico. ¿Que por qué?
Porque estos perfiles que han acompañado el quehacer de sus habitantes a lo largo de su dilatada historia, van a ver aparecer en breve un invitado no deseado que arruinará estos paisajes que tienen en su armónica combinación de elementos naturales y humanos tradicionales su mayor valor. Hace unos días que comenzaron las obras del primer parque eólico de los 67 que transformarán radicalmente los parajes y entornos rurales mejor conservados de las montañas interiores valencianas. El primero de ellos se ha comenzado a ejecutar entre los municipios de Vilafranca, Castellfort y Ares del Maestre. La Generalitat Valenciana informa de que con los 49,5 megawatios de potencia total instalada, que implicará la producción anual de 114 gigawatios hora de energía eléctrica, se podrá abastecer a una población de 100.000 habitantes de manera no contaminante.
Los parques eólicos no cumplen la recién aprobada Convención Europea del Paisaje
Los aerogeneradores que se instalarán son los de mayores dimensiones de Europa
Visto así todo parece perfecto e idílico. Pero dadas las características técnicas y constructivas de dicho parque eólico -y de todos los restantes que se proyectan sobre el conjunto del territorio interior valenciano-, su localización y las dudas sobre la rentabilidad de una energía que depende de los caprichos del viento, -junto a que debe ser trasladada a grandes distancias mediante impactantes líneas aéreas de alta tensión- surgen los recelos y los temores de una parte de la sociedad preocupada por los valores ambientales y culturales de nuestras montañas y paisajes rurales tradicionales.
Dudas y temores basados en hechos ya contrastados en otros países europeos. En Alemania por ejemplo, se plantea actualmente desmantelar gran parte de estos parques por su impacto paisajístico y su escasa rentabilidad, mientras que en algunas comunidades autónomas españolas donde se han instalado masivamente, se están dando casos de algunas centrales de reserva de casas de turismo rural cuyos clientes preguntan si son visibles los aerogeneradores desde la casa que pretenden reservar, ya que muchos los rehúyen.
Por otra parte, ¿Sabe el ciudadano de a pie, el vecino y vecina de cada villa del interior, qué son en realidad estos parques eólicos y lo que van a significar en su desarrollo económico futuro?
El Plan Eólico Valenciano entra en contradicción flagrante con el intento de revitalizar gran parte de nuestras comarcas interiores mediante el turismo rural o de interior, ya que un parque eólico recalifica las cimas de nuestras montañas más solitarias y emblemáticas como suelo industrial. ¿Alguien puede imaginar los paisajes naturales, históricos y culturales abrazados por pueblos tan emblemáticos como Vilafranca, Castellfort y Ares del Maestre, convertidos en suelo industrial? Además, cada aerogenerador de los 33 de que se compone este primer parque eólico tendrá una altura de más de 100 metros -unos 70 la torre y unos 35 de radio las palas-. ¿Alguien puede imaginar el impacto que producirán en un horizonte de paisajes de montaña, de muelas, cerros y cimas, visibles desde cualquier lugar, 33 torres de más de 100 metros de altura? Parece ser que los aerogeneradores a instalar en el territorio valenciano son los de mayores dimensiones de Europa y en relación con el aumento del tamaño no sólo se produce un mayor impacto paisajístico, sinó también una más dura contaminación acústica.
Pero hay más dudas sobre la sostenibilidad de estas instalaciones eólicas en el interior del País Valenciano. No tenemos a fecha de hoy un verdadero plan de ordenación del territorio que proyecte un futuro realmente sostenible en nuestras montañas interiores. Y a los hechos me remito. El Plan Eólico Valenciano ha desestimado como zonas inadecuadas para la instalación de dichos parques la zona litoral, los lugares con velocidades de viento inadecuadas y los parques naturales existentes en la actualidad -y aquellos a proteger en un futuro más o menos inmediato-, sin tener en cuenta la fragilidad de un territorio y de unos paisajes como los valencianos, conformados sobre una estrecha franja litoral de menos de 100 km de anchura y unos 450 kilómetros de longitud. Una estrecha franja en forma de escalón topográfico que hará visibles gran parte de los cerca de 3.000 aerogeneradores que contempla el plan desde cualquier punto de la geografía valenciana. Ello quiere decir que dado que los parajes naturales protegidos del interior -que además de ser escasos son en general de reducidas superficies- suelen ser montañas aisladas y con perfiles pronunciados desde las que son visibles las sierras cercanas no protegidas donde se instalaran los parques eólicos, sus aerogeneradores se verán y se escuchará su rotar desde dichos parajes naturales protegidos.
Pero hay más, si se preservaron los paisajes de los parques naturales y se recalificó el resto de montañas como aptas para la instalación de parques eólicos, ¿qué tipo de ordenación del territorio es esta que no declara como espacio protegido gran parte de la comarca de Els Ports o, aunque no esté protegida por ley, autoriza la construcción de parques eólicos en su interior?
Evidentemente ni los técnicos, ni los políticos, ni nuestra clase empresarial, conoce la realidad histórica, cultural y ambiental de comarcas como la de Els Ports y el Alt Maestrat, ya que en caso contrario nunca hubieran autorizado la instalación en ellas de aerogeneradores con las características de los que se nos anuncian.
Y tan triste como el impacto paisajístico y ambiental resulta ser la información que les ha llegado a los desinformados y escasos habitantes de estas comarcas, unas 8.000 personas. Qué fácil ha sido acallar las voces de sus pocos habitantes con la promesa de dinero rápido para las arcas municipales y lugares de trabajo en la instalación de los aerogeneradores. Resulta cuanto menos un sarcasmo el hecho de que se publicite que tan sólo el parque eólico que estos días está iniciando las obras generará electricidad para dar servicio a unas 100.000 personas, cuando en toda la comarca dels Ports tan sólo viven 8.000. Una prueba más de que el modelo de generación de energía eólica que se pretende implantar no es el adecuado, ya que debería estar descentralizado y atender las demandas concretas de cada comarca del interior con otro modelo de aerogeneradores de menor tamaño, menor número y otras localizaciones.
Y más triste aun resulta intuir que a buen seguro, los parques eólicos proyectados en estas comarcas no cumplen la recién aprobada Convención Europea del Paisaje de 2004. A buen seguro.
Y es por todo lo comentado con anterioridad que resulta especialmente doloroso pensar que los actuales escasos vecinos y vecinas de la comarca han mantenido en pie las últimas cuatro décadas lo que les legaron sus ancestros: unos entornos culturales y naturales irrepetibles que todavía mantienen unos paisajes armoniosos dignos de mejor suerte. La última década, con un esfuerzo descomunal, y apoyados con dinero de los fondos estructurales europeos, se ha inventariado gran parte del patrimonio, se han habilitado casas rurales en cada pueblo, se ha restaurado gran parte de la arquitectura civil y religiosa más relevante... En definitiva, se ha apostado por el turismo rural o de interior, un turismo que tiene su mejor valor y atractivo en unos perfiles de montañas donde el silencio abraza cada día muelas, pozos de nieve, cerros coronados por ermitas, santuarios, masías, fuentes, conventos... Unos paisajes llenos cada año por el silencio de los peregrinos y romeros que suben, pongamos por caso, de Catí a la ermita de Sant Pere de Castellfort, entre perfiles de montañas y silencio, donde ahora ya han comenzado a crecer las torres metálicas del nuevo engaño del milenio.
Quienes no se hayan emocionado nunca delante de los asombrosos paisajes de las montañas interiores de las comarcas de Els Ports y el Alt Maestrat deben darse prisa en acercarse a ellos si los quieren contemplar con la magia heredada de nuestros antepasados, ya que, por desgracia, la instalación de los primeros aerogeneradores ya ha comenzado.
Paco Tortosa es doctor en geografía.
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