'Manual del caníbal' mezcla la violencia y el arte culinario
Política, alta cocina y un psicópata. Tres elementos que Carlos Balmaceda (Mar del Plata, 1954) cuece a fuego lento en la trama del Manual del caníbal (Rocaeditorial). Una historia que parte de la analogía de la cultura culinaria con la violencia social; paralelismo que al autor le resulta "poderoso" para hablar sobre el ejercicio y refinamiento de la violencia.
El escritor cuenta, a través de una saga de jefes de alta cocina, la historia de su país y hace a la vez un recorrido por los hechos internacionales más turbulentos del siglo XX. El hilo de la trama lo lleva César Lombroso, huérfano, que desde su nacimiento se define como un niño caníbal: a los siete meses de vida se alimentó de la carne de su madre. El joven cocinero ha heredado de sus padres la tradición por el arte culinario. Cuando se hace cargo de la cocina del prestigioso restaurante El Almacén, de Buenos Aires, descubre el Manual de cocina de los mares del sur, escrito por su familia.
A través de las 300 páginas del recetario manuscrito, César descubre que la cocina ofrece mucho más que placeres refinados para el éxtasis de los sentidos. El canibalismo, el sexo y el incesto se introducen en la historia. El personaje principal no se conforma con los secretos que descubre en el manual, sino que empieza a buscar nuevos sabores y olores a través de recetas exquisitas que "exploran el exceso de los deseos, goce y violencia".
La historia tiene como escenario Mar del Plata, Argentina, desde donde "se mira el mundo", según el autor, a quien la literatura le parece "un territorio ideal para mentir".
Babelia
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