El gran día de Zapatero

La extraordinaria votación del pasado jueves aprobando la ampliación del matrimonio a parejas del mismo sexo (187 votos a favor, 147 en contra y cuatro abstenciones; es decir, con mayoría absoluta a favor) marcó el cierre del curso parlamentario y lo hizo de la mejor manera posible, desde el punto de vista del presidente del Gobierno.

José Luis Rodríguez Zapatero apostó fuerte por la aceptación del matrimonio gay como una de las primeras señas de identidad de su acción de gobierno y de su voluntad de entender la política como una forma de defender y ampliar los derechos civiles de los ciudadanos, y tanto su partido como las encuestas indican que el resultado de esa apuesta ha sido muy positivo.

El PSOE y el PP encaran las vacaciones con la convicción de que julio y agosto han sido históricamente meses muy propicios para los comunicados de ETA

La ley, dijo Zapatero, ayuda a construir "un país más decente, porque una sociedad decente es la que no humilla a sus miembros"; los sondeos indican que la gran mayoría del electorado comprende y comparte ese planteamiento y que aplaude la iniciativa del Gobierno. Y los socialistas, y la izquierda en general, se sienten satisfechos como protagonistas de un importante cambio social que sólo ellos podían haber promovido.

"Para colmo, el PP ha cometido el error de salir a manifestarse en contra de los homosexuales y del brazo de la jerarquía de la Iglesia católica, imagen que nos va a ayudar siempre a movilizar a nuestros propios votantes", comenta un dirigente socialista que no ocultaba el pasado jueves su contento.

"Dicen que nosotros hemos dividido a la sociedad, pero son ellos los que han decidido ponerse un hábito morado y salir a la calle a manifestarse", aseguraba otro diputado del PSOE poco después de conocerse el resultado de la votación. El anuncio de que las manifestaciones para celebrar el Día del Orgullo Gay en muchas capitales españolas, y muy especialmente la concentración de Madrid, iban a contar con una enorme asistencia pusieron un alegre y optimista colofón al enfrentamiento de semanas pasadas.

Negociación sanitaria

A la espera de las vacaciones totales del mes de agosto, el cese de la actividad en el Parlamento ha trasladado ya toda la atención política a una eventual e improbable entrevista entre Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, en cumplimiento del deseo expresado por varias asociaciones de víctimas del terrorismo de que los dos principales partidos del país recompongan el pacto antiterrorista.

En el PP, especialmente, se consideraba más probable que la entrevista se retrase a septiembre. "No parece que haya muchas razones para celebrar ahora una reunión de la que no pueden salir acuerdos", asegura un dirigente popular. El PP, afirma, necesita en estos momentos un poco de tranquilidad para terminar de asimilar la pérdida de Galicia y preparar la inmediata batalla por la segura sucesión ejecutiva de Manuel Fraga. "Se puede mantener a Fraga en la presidencia del partido gallego, pero lo que no podemos creer es que Fraga esté en condiciones de encabezar la oposición, diga lo que diga él mismo. Necesitamos un líder nuevo, se llame secretario general o lo que se quiera. Pero ya".

Los populares encaran las vacaciones con la convicción de que julio y agosto han sido históricamente meses muy propicios para los comunicados de ETA. "Si pasa el verano sin ningún anuncio concreto de la banda terrorista, será un fracaso del Gobierno porque no habrá conseguido respuesta a sus repetidas señales", mantiene un diputado del PP que siempre ha estado vinculado a la política vasca.

En el partido socialista se mantiene un discreto silencio y sólo se resalta que el lehendakari Juan José Ibarretxe ha renunciado a convocar a Batasuna a su futura mesa de negociación política "porque ha recibido muy claramente nuestra advertencia de que nunca nos sentaremos con un partido ilegal" y, posiblemente, porque también apuesta por la posibilidad de que este verano llegue finalmente un comunicado de tregua.

Atención, y mucha, suscitan también las negociaciones que seguirá manteniendo el Gobierno en julio con las comunidades autónomas para la mejora de la financiación sanitaria. Se llegue o no a un acuerdo antes de agosto, en el PSOE y en el PP coinciden en que se trata de una negociación básica, porque puede terminar siendo el modelo para la futura modificación de todo el sistema de financiación autonómica. Y ése es uno de los puntos más espinosos y difíciles del calendario político español y motivo de un casi seguro enfrentamiento con el Gobierno tripartito catalán.