El marido de la presidenta filipina se "exilia" para no perjudicarla
José Miguel Arroyo, marido de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, se establecerá "de forma temporal en el extranjero" para no dañar la imagen de su esposa, que atraviesa su mayor crisis política a causa de varios escándalos de corrupción y de probable fraude electoral. Así lo anunció ayer la presidenta, calificando esta decisión de "sacrificio para su felicidad personal". Arroyo no especificó el destino de su esposo aunque, según fuentes próximas a la pareja, se trataría de San Francisco (Estados Unidos).
La oposición acusa a José Miguel Arroyo de haber influido en decisiones económicas del Gobierno; haber colocado a personas de su círculo personal en altos puestos de la Administración y haber recibido comisiones millonarias de una lotería ilegal. Este escándalo se suma a la acusación que pesa sobre Gloria Macapagal de haber ordenado a un funcionario electoral que amañase a su favor el resultado de las elecciones de 2004.
La oposición ha convocado manifestaciones en Manila para exigir la dimisión de la presidenta. El exilio de su marido, dicen sus rivales, no sólo no la ayudará a superar la crisis, sino que la debilitará aún más. Los analistas, sin embargo, consideran poco probable que Macapagal deje el puesto, ya que cuenta con el apoyo de sus aliados, mayoritarios en las dos cámaras parlamentarias filipinas.
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