35.000 personas exigen en Madrid un mayor combate mundial a la pobreza
Los manifestantes corean consignas sobre la ausencia de obispos en la marcha
El centro de Madrid fue ayer un clamor vestido de blanco para exigir que los líderes mundiales actúen inequívocamente para erradicar la pobreza y cumplan los Objetivos del Milenio (ODM) a que se comprometieron en 2000 para llegar a 2015 con claras mejoras económicas, sanitarias, educacionales y medioambientales. "Zapatero, Pobreza Cero" y "¿Dónde están?, no se ven los obispos del PP" fueron gritos recurrentes de los 35.000 manifestantes calculados por este periódico (50.000 según la organización; la Delegación del Gobierno y la Policía Municipal no facilitaron cifras).
Madrid abrió ayer brecha tras la convocatoria de la Alianza Española contra la Pobreza. En otras ciudades, como Sevilla, hubo concentraciones. En total, 40 ciudades españolas realizan estos días actos bajo el lema Pobreza Cero, sin excusas. En todo el mundo habrá movilizaciones y conciertos -U-2, Bob Geldof y REM, entre otros- antes del 6 de julio en que se reúne el G-8 (países más ricos) en Gleneagles (Escocia, Reino Unido).
Enormes bandas blancas -símbolo de la campaña Pobreza Cero, enmarcada en el Llamamiento Mundial contra la Pobreza, extendido ya en 100 países- se descolgaron de la fachada del Círculo de Bellas Artes, para dar la salida de la manifestación desde Cibeles a la Puerta del Sol.
Hubo consignas y pancartas como "el Sur saqueado", "seguridad=igualdad", "¿deuda de quién? "comercio justo", "0,7% ya", y referencias específicas a la actualidad (el trayecto era el mismo de la reciente manifestación contra el matrimonio homosexual) como "dónde está la Conferencia Episcopal", "obispos con los pobres no se ven" o "no les interesa esta familia". No faltó el atrezo propio de las concentraciones por una globalización más justa, como patinadores, globos, payasos y alguna narizota pinochesca bajo sombreros de copa para caracterizar a los miembros del G-8.
Tras la cabeza de la marcha, ocho pancartas enumeraban los Objetivos del Milenio, que en 2000 adoptaron 189 jefes de Estado: erradicar la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad de sexos y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el sida, paludismo y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad medioambiental; y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
El protagonismo del millar de organizaciones sociales y de desarrollo que lanzaron la convocatoria estuvo arropado por políticos y sindicalistas. Era de ver a los tambores africanos del grupo Livika a dos pasos de políticos del PP como Ana Pastor (secretaria ejecutiva de Política Social y Bienestar), Gonzalo Robles (secretario de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia) o Carlos Clemente (director general de Inmigración, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid), que iban hombro con hombro con socialistas como Pedro Zerolo (secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG) o Diego López Garrido (secretario general del Grupo Socialista en el Congreso).
También estaban, por IU, Gaspar Llamazares (coordinador general), Inés Sabanés (portavoz en el Ayuntamiento de Madrid), los líderes sindicales José María Fidalgo (CC OO), Cándido Méndez (UGT) y Manuel Zaguirre (USO), Antonio Gómez Rufo (Escritores contra la Guerra) y Carlos Berzosa (rector de la Universidad Complutense).
Un obispo en la marcha
Sí hubo un obispo, discreto entre la gente, el de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, que no hizo declaraciones. Se le dedicó algún pareado, "el de Rioja, sí que se moja". El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, cuya asistencia se había anunciado, no acudió. Fuentes de su arzobispado señalaron que Barrio cumplió su propia agenda, pero que emitió un comunicado de apoyo a la manifestación y a la lucha contra la pobreza.
El manifiesto final lo leyeron, después de que Ismael Serrano cantase dos canciones, la periodista Mamen Mendizábal y el director de cine Benito Zambrano. "Aquí hay 50.000 corazones generosos", saludó Zambrano. En el manifiesto se pide entre otras cosas "más y mejor Ayuda Oficial al Desarrollo", "abolir el 100% de la deuda", "cambiar las normas del comercio internacional", "proteger los servicios públicos de privatizaciones" y "combatir los paraísos fiscales" y se exige: "El Estado español debe representar fielmente el sentir solidario y comprometido de la ciudadanía".
"Esta manifestación es un aldabonazo: se trata de denunciar que según los indicadores no podrán cumplirse en 2015 los Objetivos del milenio a no ser que los líderes actúen ya mismo sin remilgos", concluyó a este periódico David Álvarez, presidente de la Coordinadora de ONG de Desarrollo.
La agenda de los líderes internacionales hace que el resto del año sea caliente para las ONG: 10 de septiembre, macroconcierto antes de la Asamblea de la ONU que evaluará el cumplimiento de los Objetivos del milenio; y el 10 de diciembre, movilizaciones ante la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde los países pobres quieren normas comerciales equitativas para que sus productos puedan entrar en los mercados del mundo desarrollado.
"La Asamblea de la ONU lleva camino de ser histórica: ya han confirmado su asistencia 170 jefes de Estado", dice Fernando Casado, responsable para España de la Campaña de Objetivos del Milenio de Naciones Unidas. [En Sevilla, varios cientos de personas se manifestaron contra la pobreza ante la sede del Banco de España].
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