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Medio Ambiente cierra 300 huertos de ocio en San Fernando

La consejería pide a los vecinos la devolución de las llaves

Los cerca de 300 hortelanos que cultivan frutas, flores y hortalizas en la finca Caserío de Henares, término municipal de San Fernando de Henares, están intrigados e intentando averiguar los planes de la Comunidad de Madrid -propietaria y administradora de la finca donde pasan sus horas de asueto- con respecto al futuro inmediato de la misma. Ha llegado el momento de renovación de contratos, cosa que se viene haciendo periódicamente desde la creación de los huertos de ocio, a mediados de los años ochenta.

Pero esta vez la comunicación oficial de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio es fulminante y lacónica, casi un apremio judicial. Con fecha de 31 de mayo pasado, cada arrendatario de huerto recibió una carta donde se le notifica que "deberá proceder a entregar las llaves del mismo y firmar las actas de recepción y liquidación definitivas en la Oficina de Gestión antes del día 30 de junio de 2005".

"Sería un derroche dejar el terreno cuando aún no se ha recogido la cosecha"
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En anteriores ocasiones, junto con el escrito de finalización de contrato que se les mandaba a los hortelanos, se enviaba también el impreso para solicitar la prórroga correspondiente de uso de las tierras.

Ahora sólo les han remitido la orden de liquidación del contrato, firmada por Luis del Olmo Flórez, director general de Promoción y Disciplina Ambiental. Los adjudicatarios de cada pequeña parcela de 250 metros cuadrados, algunos de los cuales llevan casi veinte años cultivándola, están con la mosca detrás de la oreja tras recibir esta notificación.

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El pasado día 19 se reunieron gran parte de los afectados en asamblea. Todos mostraban su inquietud, su perplejidad por la situación. Llegaron a la conclusión de no firmar nada hasta que no les aclaren debidamente qué pretende de la Consejería de Medio Ambiente.

Algunos afirmaron que en ningún caso abandonarían el huerto con la tierra sembrada de patatas, tomates, pimientos, ajos, cebollas o calabacines. Y todo ello, con las normas de la agricultura ecológica. "Sería un derroche absurdo dejar el huerto cuando aún no se ha recogido la cosecha de temporada. A veces parece que las autoridades piensan con los pies", imprecó un asambleísta.

Otro dijo: "Lo que pasa es que esta iniciativa social y ecológica fue un proyecto de los socialistas. Los de ahora [Partido Popular] se desentienden y muestran desdén progresivo hacia esta experiencia. Últimamente, sólo nos ponen trabas y zancadillas. Pero no son capaces de explicarnos qué quieren hacer, si es que quieren hacer algo congruente con los huertos".

Hay quien prefiere no hablar de política, aunque, "sean los que sean quienes gobiernen, serían bastante torpes si acaban con este proyecto".

Andrés Corbera, presidente de una de las cuatro asociaciones de hortelanos del complejo agrario, afirma que los afectados están buscando "por todos los medios una entrevista con el señor Luis del Olmo Flórez, pero siempre nos dan largas".

Y añaden: "Nosotros sólo queremos saber qué es lo que pretenden. Se nos ha sugerido que se intenta reorganizar todo esto, pero no se nos contesta a la pregunta fundamental: ¿seguimos o no seguimos con los huertos? Sea lo que fuere, el tiempo urge, porque el plazo para la entrega de llaves es el próximo día 30".

Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente afirman que habrá reunión del director general de Promoción y Disciplina Ambiental con los hortelanos la semana que viene "para escuchar e informar sobre posibles iniciativas y proyectos agrícolas y educativos de mejora de la finca".

Aseguran también que no existe un plan predeterminado sobre estos huertos, sólo propuestas, "siempre teniendo en cuenta que los huertos forman parte del Parque Regional del Sureste [zona de máxima protección medioambiental]".

La Consejería de Medio Ambiente prefiere no hablar de proyectos concretos antes de explicárselos a los hortelanos, porque se pretende "contar con todos" para potenciar el funcionamiento de las instalaciones. Los hortelanos, por su parte, quieren escuchar y colaborar con la Comunidad de Madrid, pero se temen cualquier cosa.

Andrés Arancibia es uno de los pioneros del experimento. Ahora está jubilado, pero va cada día a cuidar la parcela. El huerto es su vida y su sosiego, y a él ha dedicado muchas horas en los últimos 18 años, compartidos con una hernia discal y una úlcera de duodeno. Se le ve muy vivo, con un color envidiable y una ilusión en la mirada, en la forma de hablar. Andrés está inquieto y se llena de melancolía cuando habla mientras riega las lechugas: "En la finca hay 336 huertos, de los cuales 60 están vacíos desde hace casi tres años, a pesar de que son muchos los solicitantes. ¿Por qué siguen vacíos? Ahí está el enigma".

Los huertos de ocio son establecimientos de agricultura experimental en la zona del Parque Regional del Sureste, desde San Fernando de Henares hasta Aranjuez. El primero fue, precisamente, el realizado en la finca Caserío de Henares. La adjudicación de parcelas sale a concurso público, y los adjudicatarios deben cumplir una serie de condiciones de utilización.

El uso de estos huertos es exclusivamente agrícola y se practica el cultivo ecológico. La tasa de arrendamiento está en torno a los 180 euros anuales. La producción de un huerto cuidado adecuadamente surte de hortalizas suficientes para el consumo de una familia, incluso de dos. Aunque las autoridades los desdeñen, estos huertos constituyen un auténtico oasis de vegetación.

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