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EL FUTURO DE EUROPA

Luxemburgo asume el riesgo de mantener el referéndum sobre la Constitución en julio

Los sondeos prevén una victoria del 'sí' al tratado por un 55% de los votos

Carlos Yárnoz

El riesgo de enterrar definitivamente la Constitución europea quedó ayer en las manos de los 200.000 luxemburgueses con derecho a voto. El Parlamento del segundo país más pequeño de la Unión (460.000 habitantes) decidió mantener para el 10 de julio el referéndum sobre el nuevo tratado de la Unión a pesar de que su primer ministro y actual presidente de la UE, Jean-Claude Juncker, había reiterado la pasada semana su deseo de eludir ese compromiso ante el peligro de un tercer no consecutivo de otro país fundador de la Unión y porque ha ligado el resultado a su futuro político.

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La decisión fue adoptada por 55 votos a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones. Las últimas encuestas difundidas hace un mes indican que el 55% de los luxemburgueses está a favor del y el 45% prefiere el no, lo que indica que el rechazo a la Constitución ha ganado terreno desde el pasado invierno, cuando el se aproximaba al 60%. Fue esa tendencia, junto al temor al "efecto contagio" de los referendos francés y holandés, la que expuso Juncker el pasado jueves a los dirigentes del Partido Popular Europeo (PPE) para añadirles que él era partidario de que Los 25 optaran en la cumbre por suspender para todos el proceso de ratificación.

El pasado 7 de junio, Juncker también dio su apoyo a los eurodiputados del PPE cuando decidieron que su grupo parlamentario defendiera la suspensión del proceso de ratificación como única opción para salvar en el futuro el contenido de la Constitución europea. La decisión de los jefes de Estado y de Gobierno, sin embargo, fue el pasado jueves la de dejar a cada país que tomara su propia decisión, por lo que Juncker optó por no definirse personalmente y plantear la cuestión a su Parlamento.

Luxemburgo se convierte en el único país que, tras el no franco-holandés, ha preferido mantener su calendario de ratificación. En las dos últimas semanas, son ya ocho los que han dejado en el aire sus planes. Se trata de Reino Unido, Dinamarca, Polonia, Portugal e Irlanda (los cinco con referendos previstos, aunque Dublín aún no ha tomado oficialmente la decisión), además de la República Checa, Suecia y Finlandia.

Durante el debate, Juncker asumió la posibilidad de que el texto constitucional no pueda aplicarse nunca en sus actuales términos, "pero, en el caso de que se tenga que volver a negociar", añadió, "prefiero estar en el lado de los países que lo ratificaron, ya que su posición será más fuerte que la de los que lo rechazaron", informa Efe. Un hipotético no de los luxemburgueses supondría el enterramiento definitivo del nuevo Tratado, como ayer coincidían en afirmar todas las fuentes consultadas en Bruselas. Por el contrario, un resultado afirmativo sería un punto de inflexión tras los sucesivos rechazos de Francia y Holanda.

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A favor del cuentan el prestigio y popularidad del propio Juncker, primer ministro del Gran Ducado desde hace 10 años. Compatibiliza el cargo con el de ministro de Finanzas, puesto que ocupa desde 1989, ministro de Trabajo y ministro de Presupuestos. Desde el 1 de enero, Juncker se ha convertido además en el primer presidente estable del Consejo de Ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), con un mandato de dos años prorrogable una vez.

Por otro lado, el primer ministro luxemburgués comparecerá hoy ante el Parlamento Europeo para explicar su versión de la fracasada cumbre del 16 y 17 que, en su opinión, ha sumido a la Unión en "una grave crisis". En la rueda de prensa final, dijo sentirse "avergonzado" de lo ocurrido y comentó así la división entre los socios: "De un lado, están los que quieren un gran mercado y sólo un mercado; del otro, los que quieren una Europa políticamente integrada".

Claramente situado en el segundo grupo, y asumiendo que el primer ministro británico, Tony Blair, está en el primero, Juncker aclaró esa noche que, pese a ser aún el presidente de la UE, ni siquiera asistirá mañana al pleno de la Eurocámara para escuchar al inglés sus planes para la próxima presidencia del club a partir del 1 de julio.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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