Las primeras víctimas de la crisis en la UE
El fracaso de la cumbre de Bruselas ha partido Europa en dos bloques: los partidarios del mercado único y los de la unión política
El rotundo fracaso de la última cumbre europea ha originado la mayor crisis en la historia de la Unión, enfrentada a una parálisis por no tener resuelto su proyecto político ni financiero. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, había dicho que de la cumbre debían salir "todos como ganadores", pero el fiasco final ha convertido a todos en perdedores, incluido el primer ministro británico, Tony Blair, quien afronta la presidencia semestral del club a partir del 1 de julio en el peor ambiente posible. La ruptura entre ricos y pobres, entre europeístas y euroescépticos, tiene ya varias víctimas, empezando por los actuales y futuros candidatos a entrar en la Unión y siguiendo por el eje franco-alemán, el euro o la posición de España en Europa.
La noche de los cuchillos largos, la del pasado viernes en Bruselas, ha partido Europa en dos bloques con dos concepciones radicalmente opuestas sobre el proyecto europeo: los partidarios del simple mercado único y los que persiguen la unión política. Pero, incluso antes de abordar este crucial debate en los próximos meses y años, son éstas las primeras víctimas del actual embrollo.
- Candidatos. El nuevo tratado constitucional se elaboró porque el de Niza, hoy en vigor, no es suficiente, no contiene las reglas de juego adecuadas, para una Unión con más de 25 socios. Con la Constitución en el invernadero, hay unanimidad para ralentizar el proceso de nuevas ampliaciones (Croacia, Serbia y Montenegro, Macedonia, Turquía...) y quizá incluso las de Rumania y Bulgaria, previstas para 2007. En el no franco-holandés ha pesado el rechazo a la ampliación y a Turquía. Las negociaciones con Ankara deben comenzar el 3 de octubre. Nadie espera buenas noticias.
- Eje franco-alemán. La fracasada cumbre ha sido sobre todo el campo de batalla de Blair contra el eje franco-alemán, el gran perdedor del combate. La crisis debilita aún más a los dos líderes del eje, sobrepasados por el duro ataque del primer ministro británico, ansioso de venganza por dos grandes afrentas: los desprecios sufridos por la guerra de Irak y el pacto franco-alemán de 2002 para mantener inalterados los subsidios agrícolas a la vez que se exigía la desaparición del cheque británico.
"El eje franco-alemán ya no es el único motor de la UE", había advertido Blair en París el pasado día 14 tras entrevistarse con el presidente francés, Jacques Chirac. Para entonces, Blair ya había suscrito un pacto de sangre con los primeros ministros de Holanda, Jan Peter Balkenende, y de Suecia, Goran Persson, para asaltar la resquebrajada fortaleza franco-alemana.
Ahora, el canciller alemán, Gerhard Schröder, intenta sobrevivir hasta las adelantadas elecciones de septiembre, con la conservadora Angela Merkel como favorita para sustituirle. Humillado por la derrota en el referéndum sobre la Constitución, Chirac sufre el más bajo apoyo electoral de su mandato. París y Berlín, además, tendrán menor peso en Europa al no entrar en vigor el nuevo reparto de poder incluido en la Constitución. Tal reparto hubiera convertido por vez primera a Alemania (82 millones de habitantes) en el país con más peso en el Consejo (el 17% de los votos).
- El futuro de la PAC. El debate ya está lanzado y es la verdadera victoria, aunque parcial, de Blair frente a Chirac. Hoy, más del 40% del presupuesto de la UE se va en subsidios agrícolas, con Francia, Alemania, España e Italia como los grandes beneficiarios. Es "la anomalía" que, según el líder británico, da lugar a la "otra anomalía", la del cheque, creado en 1984 para compensar a Londres porque se beneficia poco de la PAC. Los 25 asumen ya que, en el mejor de los casos, el próximo y atrasado acuerdo financiero será el último con tanto dinero para la agricultura.
- Benelux. Su férrea e histórica alianza estratégica ha saltado por los aires. Bélgica, Holanda y Luxemburgo han sido un ancla permanente del proyecto europeo desde su nacimiento. Hasta ahora, han actuado de hecho como una federación dentro del club, como uno más de los grandes. Tras el no holandés, el Gobierno belga ha lanzado tan duras descalificaciones al holandés que ha tenido que pedirle disculpas. Desde La Haya, a la vez, han criticado al primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, por haberles "presionado" durante la cumbre, pero Juncker les ha acusado de "egoístas".
- La nueva Europa. También ha saltado por los aires. Los 10 países que entraron en la Unión el año pasado apoyaron a Blair durante la crisis europea por la guerra de Irak, pero ahora no le perdonan que haya boicoteado un pacto financiero que suponía un maná de 130.000 millones para los nuevos socios. Pese a todo, los 10 están más cerca del liberalismo económico de Blair que del proteccionismo de Chirac.
- Ministro europeo de Exteriores. La creación de este puesto, uno de los mayores avances de la Constitución, queda en el aire. Javier Solana es aún el designado para ocuparlo, pero seguramente ya no podrá serlo en la fecha prevista, noviembre de 2006.
- El euro. El fracaso de la cumbre hace saltar las alarmas lanzadas desde hace semanas: no puede haber unión monetaria sin unión política que la respalde. Además, el gestor de la crisis, Reino Unido, no está en la Unión Económica y Monetaria (UEM). Tras el fiasco de la cumbre, la moneda europea cayó 1,5%, el mayor descenso frente al dólar en lo que va de mes.
- España. Dado que España es el único país con un líder estable que ha ratificado la Constitución tras un referéndum, todos los líderes habían augurado un papel más activo de José Luis Rodríguez Zapatero en la cumbre. No fue así. Juncker no lo tuvo en cuenta al negociar la última propuesta financiera y, en los últimos minutos de la cumbre, la rechazó para decir enseguida que podía reconsiderarla. Todo retraso en el acuerdo costará dinero a España porque Galicia y Castilla-La Mancha pueden superar en breve el límite de riqueza para acceder a las ayudas de la Unión.
- Los Balcanes. La perspectiva de entrar en la UE es el verdadero y casi único motor para la estabilidad de la región. Todo alejamiento de ese objetivo es fuente de potenciales conflictos, empezando por la complicada solución para Kosovo. En primavera de 2002, los Veinticinco declararon solemnemente en la cumbre de Tesalónica que el futuro de los Balcanes está en la UE. En teoría, hoy lo mantienen, pero el calendario corre ahora en contra de los aspirantes a la adhesión.
- Ucrania. La aproximación de Ucrania a la Unión tras la revolución naranja ha sufrido un frenazo en seco y un vacío que Rusia se apresta a llenar de inmediato.
- Los Parlamentos nacionales. Con la Constitución en vigor el año que viene, los Parlamentos nacionales hubieran tenido por fin un protagonismo, porque un tercio de los mismos tendría la potestad para frenar y bloquear proyectos legales de Bruselas. Era una exigencia alemana. Ahora seguirán siendo convidados de piedra.
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