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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Zapatero admitirá el término nación para Cataluña si lo avalan los dictámenes

El presidente del Gobierno afirma que la cuestión no es estrictamente jurídica

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que no pondrá obstáculos para que Cataluña se denomine nación en el Estatuto reformado, aunque matizó que "siempre que, a la vista de los dictámenes que se realicen, dicho término sea compatible con la Constitución". Zapatero entiende que nación "no es un término estrictamente jurídico", y apeló a su significación histórico-cultural y sociológica. En la misma dirección, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, estima que "Cataluña es una nación, entendida como nacionalidad en la Constitución".

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Zapatero rompió ayer, en una entrevista en la cadena SER, su silencio sobre la polémica suscitada acerca de la propuesta adelantada por el Gobierno tripartito catalán, el pasado fin de semana, de introducir el término nación en la reforma del Estatuto para definir a Cataluña. Algunas destacadas personalidades socialistas, como el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, y el ministro de Defensa, José Bono, se han pronunciado en contra. Otras, como el presidente de la Junta de Andalucía y presidente del PSOE, Manuel Chaves, dudan de su constitucionalidad.

Ayer, el presidente del Gobierno rompió esta tónica al mostrar su predisposición a apoyar esta propuesta del Gobierno tripartito catalán, a la que se opone el PP, "si a la luz de la Constitución y tras los oportunos dictámenes no existe incompatibilidad". Zapatero dijo textualmente: "No estamos estrictamente ante un concepto jurídico y, por tanto, creo que si a la luz de la Constitución no existe incompatibilidad y, para eso, lógicamente, habrá los oportunos dictámenes, desde el punto de vista del Gobierno no va a existir mayor problema para que esa reforma del Estatuto y ese término pueda aparecer en el Estatuto de Cataluña".

La propuesta del tripartito define así la nación catalana: "Cataluña es una nación que ejerce su autogobierno mediante instituciones propias, constituida como comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y el Estatuto".

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A juicio del presidente del Gobierno, el concepto de nación "no es estrictamente jurídico sino que tiene diversos sentidos y diversas interpretaciones, como el histórico-cultural y el sociológico". No obstante, recordó que los límites de la reforma del Estatuto catalán, como la de los demás estatutos, son que "el contenido concreto de cada uno de los artículos a reformar respete la Constitución y sea fruto de un amplio consenso".

En la misma dirección, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, tampoco pone obstáculos a que se defina a Cataluña como nación en el Estatuto reformado "siempre que se entienda al equivalente a nacionalidad en la Constitución de 1978", lo que "tendrán que avalar los correspondientes dictámenes jurídicos". Sevilla recuerda que el término "nacionalidades", recogido en el artículo dos de la Constitución, es equivalente a "nación sin Estado" y que "los constituyentes así lo entendieron".

El artículo dos de la Constitución distingue entre nacionalidades y regiones en estos términos: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho de autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas".

En el debate de la ponencia constitucional de 1978, fue el ponente de UCD (Unión de Centro Democrático), Miguel Herrero de Miñón, quien propuso el término "nacionalidad", que resultó definitivo. Previamente, el ponente de CiU, Miquel Roca, había propuesto el de "nación". El portavoz del PSC, Miquel Iceta, dijo hace dos días que "los términos nación y nacionalidad fueron considerados sinónimos para los constituyentes".

El portavoz socialista en la actual Comisión Constitucional del Congreso, Ramón Jáuregui, estima también que el término nación, que se plantea introducir en el Estatuto reformado, "tiene una acepción histórico-cultural" que "puede hacerlo compatible con la Constitución". No obstante, Jáuregui cree que "si apareciese en el preámbulo del nuevo Estatuto y no en el articulado, se evitarían problemas jurídicos".

Jáuregui admite que es "real" el riesgo denunciado por Alfonso Guerra de que los nacionalistas interpreten que el reconocimiento de nación en el Estatuto les anime a dar el paso de reclamar, más adelante, un Estado propio. Cree, no obstante, que la propuesta de reforma de estatutos es para "una generación" y que serán las futuras generaciones las que deben decidir el futuro.

El portavoz del PSC, Miquel Iceta, precisa que introducir la definición de Cataluña como nación sería un problema "si pusiera en duda que España es una nación de naciones" o "si preparan el camino para otra cosa". "Pero éste no es el caso, porque si España es una nación de naciones, Cataluña es una de ellas".

El ministro de Administraciones Públicas, en línea con el presidente del Gobierno, cree que este debate no es el más "importante" de los que se han suscitado con motivo de la reforma del Estatuto de Cataluña. Considera que tiene más "gravedad y alcance" la propuesta del Gobierno tripartito sobre el modelo de financiación, su pretensión de cambiar leyes orgánicas del Estado desde la reforma estatutaria o la cuestión del "blindaje" de competencias.

Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo ayer en Bruselas que "un presidente del Gobierno debe fijar su posición con claridad, sobre todo cuando se trata de temas esenciales, y éste lo es", informa Peru Egurbide. Rajoy añadió que el debate sobre si Cataluña es una nación o España una nación de nacionalidades "no le sirve a nadie", y concluyó: "Yo le pido al presidente del Gobierno que no intente quedar bien con unos y con otros y que se posicione claramente en contra, como muchos miembros de su partido. Mi posición al respecto es muy clara: no hay más nación que España".

El presidente catalán, Pasqual Maragall, y el ministro Jordi Sevilla.
El presidente catalán, Pasqual Maragall, y el ministro Jordi Sevilla.V. GIMÉNEZ

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