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64ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

Vargas Llosa parte del 'Quijote' para defender la ficción como arma "de rebelión contra la realidad"

Mario Vargas Llosa utilizó anteanoche el Quijote para hacer una apasionada defensa de la ficción y el género novelístico como algo que va mucho más allá del mero entretenimiento, como un arma "de rebelión contra la realidad" precisamente porque la denuncia. En una conferencia coloquio en la British Library, organizada por el Instituto Cervantes, el autor peruano recordó que los dictadores se apresuran a censurar la ficción porque ésta hace ver a la gente que existen mundos mucho mejores que el de su triste vida cotidiana.

"La ficción no existe para representar la realidad, sino para negarla", dijo provocativamente. "Lo que es interesante en Don Quijote no son sus valores, sino su sed de ficción. La ficción nos permite vivir múltiples vidas en un universo de sombras", añadió ante un público multicultural, mezcla inglesa, española y latinoamericana.

"La cuestión fundamental es por qué contamos historias, por qué necesitamos inventar historias. Si estas historias sólo expusieran la vida que tienes, sería bastante estúpido", se extendió luego a petición del público. "La ficción colma la distancia que hay entre deseos y realidad. Sin la ficción no puedes viajar hacia el pasado o hacia el futuro. La función de la ficción es completar la existencia. La ficción es la negación del mundo real".

"La novela es un género literario que no se ha inventado para decir verdades, sino para decir mentiras, para inventar cosas", añadió para aclarar de inmediato: "Hay mentiras buenas y mentiras malas. Hay mentiras perniciosas que se presentan como si fueran una verdad. Como las verdades de los políticos". "La mentira del novelista", precisó, "es una mentira positiva".

Antes, al dictar la conferencia, Vargas Llosa afirmó que el Quijote, "la más emblemática obra literaria de la lengua española", no fue producto "de un milagro, sino el resultado del trabajo, la determinación y la paciencia" de Miguel de Cervantes. No sólo es "una gran comedia y una novela muy seria, que pulveriza la novela de caballerías", sino algo que los críticos no suelen mencionar: "Don Quijote es también una obra sobre la ficción". "La ficción es el primer acto de rebelión contra la realidad y contra todo acto de imposición. Es algo más que una manera de matar el aburrimiento. La ficción es un testimonio de inconformismo".

"Pero cuando se rompe la barrera entre ficción y realidad, como le ocurre a Alonso Quijano, el juego se convierte en locura", advirtió el autor de La fiesta del Chivo. "Desde el principio los lectores se identifican con Don Quijote y se distancian de Sancho Panza, al que consideran vulgar, demasiado pragmático. Don Quijote es un fanático, tiene la visión del creyente dogmático, incapaz de darse cuenta de sus errores por mucho que Sancho Panza intente alertarle de ellos. Él nunca está equivocado. El personaje nos hace reír, pero él carece por completo de sentido del humor".

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