Salamanca alojará la memoria del exilio y asistirá a las víctimas

Se llamará Centro Documental de la Memoria, duplicará la capacidad y el personal del actual Archivo de Salamanca y reunirá, junto a los documentos incautados por la siniestra represión franquista, los recuerdos gráficos, hablados y escritos, de sus víctimas. El ambicioso proyecto del Gobierno, que ayer presentó la ministra de Cultura, Carmen Calvo, en la Residencia de Estudiantes, convertirá el polémico archivo salmantino en una gran sede de la memoria del exilio.

Carmen Calvo presentó el Centro Documental de la Memoria arropada por un nutrido grupo de gente variopinta y más o menos vinculada a este proyecto que, según anunció, costará 12 millones de euros, tendrá 76 empleados en vez de los 36 actuales y empezará a funcionar en otoño con su página web y una exposición de las fotos de Alberto Schommer sobre los personajes de la transición.

La ministra explicó que "el ministerio lleva trabajando todo el año" en la transformación del Archivo de Salamanca, "nacido de la ignominia y la represión", en un centro documental y cultural mejor, distinto, más amplio, más tecnológico, diseñado en colaboración con los archiveros profesionales y más ambicioso en fondos, personal y actividades que el actual.

"Será más que un archivo", dijo Calvo; " la bandera de los archivos españoles", agregó; "dará más espacio y dignidad a nuestra memoria fundamental, desde el periodo más triste de nuestra historia, la guerra, la represión y el exilio, hasta la más luminosa de la transición y la democracia".

"No será un lugar de vencedores y vencidos, sino de la memoria histórica y el presente", afirmó.

Con la manifestación salmantina antidevolución del sábado próximo en el horizonte (el PP de Castilla y León fletará 150 autobuses desde la región y veinte de Madrid y Extremadura para que simpatizantes participen en la manifestación, a la que acudirán Ángel Acebes, Eduardo Zaplana y Esperanza Aguirre, entre otros, informa Efe), Calvo se refirió brevemente a la restitución de los papeles a la Generalitat de Cataluña: recordó que durante el franquismo salieron cientos de documentos del archivo con destino "a instituciones y personas del régimen y afines a él", e insistió, sin dar plazos, en que los documentos que el Gobierno devolverá serán microfilmados y digitalizados para ser consultados en Salamanca.

Luego, ante los periodistas, afirmó que "ésos serán los únicos originales que salgan del archivo".

La ministra se felicitó por los cientos de donaciones recibidas ya para el nuevo centro; 36 lotes que provienen de instituciones, particulares y fundaciones situadas en España y países como México, Argentina, Rusia, Francia... Esa importación de fondos, aseguró, "aportará dignidad a los españoles, sobre todo a los salmantinos".

Acompañada por el director general del Libro, Rogelio Blanco, y el subsecretario de Estado de Cultura, Antonio Hidalgo, y con la (relativa) ayuda de unas diapositivas proyectadas en power point que no acertó a seguir del todo ("soy miope", se disculpó), la ministra concretó que el centro ampliará los 5.000 metros lineales actuales con el Palacio de Orellana salmantino. El informe que se facilitó a la prensa explica que el Centro Documental de la Memoria se organizará en cinco secciones. El Archivo General contará con los fondos actuales y las adquisiciones nuevas; el Área de Investigaciones Históricas sobre la Guerra Civil, el Franquismo y la Transición firmará convenios con universidades para fomentar la investigación y abrirá un Taller de Fuentes Orales para grabar las voces de la época; el Centro de Documentación sobre la Guerra y sus Consecuencias será la hemeroteca y biblioteca; el Area de Difusión organizará exposiciones, proyecciones de cine y la web del centro, y el Área de Información y Asesoramiento a las Víctimas de la Represión asistirá y estudiará las reparaciones de los ciudadanos que lo soliciten.

La sala de actos de la Residencia de Estudiantes estaba abarrotada de altos funcionarios culturales, investigadores del CSIC, diputados y senadores socialistas por Castilla y León, cineastas e intelectuales (Basilio Martín Patino, Charo López, Ian Gibson, Borja de Riquer, José Luis Borau, Claudio Guillén, Claudio Sánchez Albornoz, Manuel Gutiérrez Aragón, Carmen de Zulueta, José Luis García Sánchez, Laura García Lorca...), y muchos periodistas llegados desde tierras salmantinas...

Había también exiliados anónimos, o casi, que llevaban grandes cartapacios con fotos (se vio una del campo de Argelés sur Mer, llena de tristeza y puños en alto), pequeños disquetes, CD, fichas: donaciones pare el nuevo archivo.

Eran gente como Miguel Martínez, español, francés y argelino, secretario de la Fundación Antonio Machado en Collioure y autor del libro Casbah d'oubli (La alcazaba del olvido), editado en francés y aún inédito en España. Hijo de un líder anarquista, Martínez contó aparte su historia de balsero: "Huí en 1938 desde Villajoyosa hasta Orán con mi padre, mi hermana y mi madre en una barca de pesca. Al llegar, las mujeres y los niños fueron encarcelados, y los hombres, enviados a campos disciplinarios para construir el ferrocarril transahariano, desde Argel a Tombuctú. En Marruecos, Túnez y Argel hubo 60.000 españoles. Pero casi nadie lo sabe".