El Pentágono admite que un soldado orinó sobre el Corán en Guantánamo
La investigación concluye que la profanación no fue deliberada
Tres semanas después de que la Casa Blanca forzara a la revista Newsweek a desmentir que un ejemplar del Corán fuera arrojado a un retrete de Guantánamo, el Pentágono ha reconocido que personal de esa base ha pateado, insultado, pisoteado y orinado sobre el libro sagrado de los musulmanes, aunque esto último ocurrió, según el Departamento de Defensa, de manera no deliberada.
La investigación se inició tras la revelación de la revista Newsweek sobre el incidente de un ejemplar del Corán supuestamente arrojado a un retrete de Guantánamo. Días después, y tras fuertes presiones de la Casa Blanca, la publicación desmintió reticentemente su información. El estudio interno del Pentágono concluyó hace días, pero el Departamento de Defensa decidió hacerlo público en la noche del viernes, cuando ya habían concluido los programas informativos en las principales cadenas de televisión.
El informe concluye con la certeza de que los militares estadounidenses de la base cubana han demostrado un comportamiento "permanentemente respetuoso" hacia el Corán y de no haber encontrado "pruebas creíbles" del incidente del retrete. "Consideramos el caso cerrado", dice el documento.
Sin embargo, la investigación reconoce que se han encontrado al menos cinco casos de "tratamiento inadecuado" del Corán por parte del personal estadounidense y 15 más en los que el libro sagrado de los musulmanes fue supuestamente profanado por algunos de los 540 detenidos encerrados en la base.
Cinco incidentes
Los cinco incidentes son sumamente controvertidos. El primero, en febrero de 2002, recoge las denuncias de un detenido que vio cómo una de las personas encargadas de los interrogatorios pateaba el ejemplar del Corán de otro detenido en una celda contigua. En julio del año siguiente, un empleado civil contratado para los interrogatorios pisoteó el Corán de un detenido; aunque el individuo se disculpó después, el Pentágono acabó por rescindir su contrato.
Otro incidente en agosto de 2003 abre aún más la polémica porque parece derivado de un acto de vejación. Varios detenidos expresaron su indignación porque sus ejemplares del Corán estaban empapados de agua; en lo que parece un ejercicio de supuesta diversión, soldados estadounidenses habían arrojado a sus celdas globos llenos de agua.Unos días después, un detenido encontró una obscenidad escrita en inglés en la cubierta interior de su Corán. Los investigadores reconocen su incapacidad "para determinar quién lo escribió".
Finalmente, en un incidente ocurrido hace algo más de dos meses se relata cómo un detenido se quejó de que un soldado había orinado sobre su ropa y su ejemplar del Corán. Según la investigación del Pentágono, el soldado había abandonado su puesto para orinar en el exterior y decidió hacerlo junto a la salida de ventilación de una celda. El soldado asegura que "una racha de viento" desvió la ruta natural de su orina hacia el conducto de ventilación, y fue a parar casualmente sobre el detenido y su ejemplar del Corán. El detenido recibió un uniforme limpio y un libro nuevo; el soldado "fue reprendido" y destinado a labores sin contacto con los prisioneros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.