Una copa de hedonismo californiano
Vinos de Sonoma y Napa, con una parada en los viñedos de Coppola
Borrachos como cubas, los 30 soldados del pueblo proclamaron, ¡hip, hip, hurra!, la independencia de California. Era el 14 de junio de 1846. Su independencia les duró poco más que la borrachera, los 26 días que tardaron las tropas de Estados Unidos en llegar al pueblecito de Sonoma.
La niebla cruza por debajo del Golden Gate, avanza por los valles del norte y se agarra a las inmensas secuoyas de Russian River. La vegetación impide que el sol seque el asfalto de una sinuosa carreterita, húmeda y solitaria. Parecería un parque natural si un cartel no advirtiera: "Marimar Estate".
La dueña se halla enfrascada en organizar una cena para medio centenar de personas. Toda la decoración de la bodega -muebles, cuadros, esculturas y antigüedades- llegó aquí desde masías catalanas. Hace 20 años que Marimar Torres empezó a plantar viñedos en este rincón semisalvaje de California. Apenas 60 hectáreas, pero dedicadas a producir vinos selectos con cultivo ecológico. Marimar Torres elige una de sus joyas, el blanco Dobles Lías. "El color es precioso. Tiene aromas de pera, de gardenia y algo de especias. En la boca se mantiene un sabor muy suave".
Qué decir del Cristina 2001, que lleva el nombre de su hija, o el Pinot Noir 2001 Viñedo Don Miguel, en nombre de su padre, o el Earthquake, bautizado así porque fue el fruto de un viñedo arrasado por una tormenta. Desde el rincón de Marimar Torres hay que bajar hacia el cogollo de Sonoma y Napa, que concentran la ruta de las bodegas: 1.300 en California, la mitad entre Sonoma y Napa. Es un día laborable de abril y por la Highway 29 corren limusinas y microbuses cargados de gente que se va de chateo de diez de la mañana a cinco de la tarde. Un fenómeno social que aumenta cada año y que acaba de retratar la película Entre copas.
"Estamos a menos de una hora de San Francisco, el gran atractivo turístico. Es una ciudad que se ve en un par de días, y, al tercero, el turista quiere salir", dice Eva Bertrán, vicepresidenta de Gloria Ferrer (Freixenet). Desde su terraza se extienden viñedos por los cuatro puntos cardinales. Varios grupos se tuestan al sol con sus copitas de cava. Se acompaña con queso español, que se agradece. "En la mayoría de las bodegas sólo se sirve vino. Con tanta competencia intentamos distinguirnos en algo más", explica Bertrán. La terraza -en la que ondean las banderas catalana y española- recibió el último año 65.000 visitas. "Estamos en un punto estratégico de la ruta de las bodegas".
En unos minutos, efectivamente, se llega a Buena Vista, que huele a historia desde su entrada. Fue la primera bodega del Estado. A diferencia del chateo español, en California se va de vinos para hablar de vinos. No hay tapas, y por una tarifa se elige probar tres o cinco vinos. Joe Avila sirve pacientemente. En su tarjeta de visita no pone barman, sino wine educator (educador vinícola). Avila trata de educar los paladares de las 120.000 visitas anuales.
Un 'pinot noir
'El chateo en coche es estresante, quizá porque a las cinco todo se cierra. Hay que darse prisa. Siguiente parada, otra histórica, Sebastiani. Si la anterior la fundó un húngaro, ésta un emigrante toscano, Samuele Sebastiani. Gracioso y con mofletes enrojecidos, Kelly Conrad escancia un pinot noir a una pareja; a juzgar por las faldas, escocesa. En una esquina tiene a una mujer, ¡hip!, con la barbilla en el mostrador ante la indiferencia general.
Sebastiani fue una de las 10 bodegas que no se cerraron cuando se prohibió el alcohol en el país. Esa ley, vigente de 1920 a 1933, hundió la industria vinícola. Había más de 700 bodegas. Sebastiani aguantó abierta para proveer de vino a las iglesias. "Aquella producción no se recuperó hasta los años ochenta", recuerda Bertrán, mirando con incredulidad los extensos viñedos. "No había ni una cepa cuando llegamos aquí. Pensamos que nos habían engañado. Fuimos los primeros. A Gloria Ferrer aún se le llama the first lady of Sonoma [la primera dama de Sonoma]". Entonces, un acre (2,5 hectáreas) costaba 2.500 dólares. "Ahora no baja de los 50.000 dólares, y si se encuentran".
La carretera 29 rasga, de Yountville a Calistoga, los viñedos del valle. Un centenar de bodegas jalonan el asfalto, de tráfico espeso y lento, quizá por las condiciones de los conductores. Un gran cartel advierte: "Napa Valley. Bienvenidos a la región vinícola más famosa del mundo".
Los hermanos Robert y Peter hicieron de Napa el corazón de la industria vinícola del país. Los Mondavi son a California lo que los Domecq a Andalucía. En ambos casos, sus bodegas han acabado en manos de multinacionales. Cerca de un millón de personas llegan anualmente a Mondavi. Los condados de Sonoma y Napa ocupan una extensión algo mayor que La Rioja, pero su variedad de caldos es infinita. Las horas de sol; la mayor o menor influencia de la bahía de San Francisco, con sus nieblas y fríos matinales, crean diferentes microclimas en las laderas de los valles, favoreciendo el cultivo de gran variedad de uvas. "Tampoco hay, como en Europa, una regulación sobre lo que se puede plantar", puntualiza Bertrán. Añádase a eso el capricho americano. Kathryn y Michael Havens, por ejemplo, viajaron a España en 1996, les gustó el albariño y tres años después vendían su propio albariño. Los Gundlach Bundschu, quinta generación de alemanes, tienen su rioja, llamado aquí tempranillo. Philip Staley le da a la uva aragonesa garnacha. La dinastía italiana Sattui produce riesling alemán y el espeso madeira portugués.
En la siguiente visita -la bodega alemana Beringer, con viñedos en Nueva Zelanda y otros países-, la manager sensory es la española Cristina de la Presa Owens, que ha sistematizado la descripción del vino. En el esquema de esta española, las características de un caldo se dividen en apariencia, aroma, sabor, sensación en boca... Mueve la copa, acerca la nariz y prueba un Napa Valley 2002 Sbraglia, edición limitada. De la Presa se toma su tiempo: "Hay frutas del bosque... menta... eucaliptus... especias, algo de clavo y canela... un poco de chocolate... tabaco. De textura, viscosa, las gotas bajan por la copa lentamente. Un vino complejo".
Sólo queda tiempo para una parada más. Afortunadamente es en la misma carretera y en línea recta: la bodega de Francis Ford Coppola, que combina el poderío financiero, el respeto al pasado y el principio básico americano de no perder dinero ni con los caprichos. La bodega de Coppola es la más visitada no ya de California, sino, probablemente, del mundo. Más de dos millones de personas al año. A diferencia de las otras, aquí no sólo se viene a beber. Es casi un parque temático familiar. Los niños remojan sus pies en un estanque, pasean por los extensos jardines, tocan la mesa de El padrino, miran las jaulas de Apocalypse now y la colección de oscars del padre y de su hija Sofia, que da nombre a uno de sus vinos.
Siete bodegas y vreintritrantras copas después, el viento fresco y el spa al aire libre del hotelito MacArthur ayudan a despejar la cabeza. Es un remanso de paz con olor a gardenias, masajes de pétalos de rosa, limpiezas faciales de zanahorias, jaboncitos de lavanda, champú y gel ¡de uva pinot noir! Es lo que tienen Napa y Sonoma: con salir de la ducha, ya das positivo.
GUÍA PRÁCTICA
Las bodegas
- Gloria Ferrer Winery (001 707 996 72 56; www.gloriaferrer.com).
23555 Carneros Highway. Sonoma.
- Buena Vista Winery (001 800 926 12 66; www.buenavistawinery.com).
18000 Old Winery Road. Sonoma.
- Marimar Estate (001 707 823 43 65; www.marimarestate.com).
11400 Graton Road. Sebastopol.
- Sebastiani (001 800 888 55 32; www.sebastiani.com).
389 Fourth Street East. Sonoma.
- Niebaum Coppola (001 707 968 11 00; www.niebaum-coppola.com). 1991 St. Helena Highway. Rutherford.
- Robert Mondavi Winery (001 888 766 63 28; www.robertmondavi.com). Highway 29. Oakville.
- Bering Blass Wine Estates (001 707 259 45 00; www.beringerblass.com). 610 Airpark Road. Napa.
Dormir e información
- Hotel Mac Arthur Place (001 707 938 29 29; www.macarthurplace.com). 29 East MacArthur Street. Sonoma. Habitación doble, desde 195 euros.
- Turismo del valle de Napa (001 707 226 74 59; www.napavalley.com).
- Turismo del valle de Sonoma
(001 707 996 10 90; www.sonomavalley.com).
- www.visitcalifornia.com.
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