El 77% de los docentes suspende el examen para el perfil de euskera
Comisiones Obreras exige cambios en la política de euskaldunización del profesorado
El 77% de los profesores que se han presentado a la prueba libre para obtener los perfiles lingüísticos (PL) 1 y el 2 de euskera ha suspendido el examen celebrado el pasado mes de mayo. En total, 3.312 profesores realizaron la prueba inicial, consistente en un test, pero únicamente 785 consiguieron superarla y acceder a los ejercicios escrito y oral. Los resultados de este año vuelven a confirmar lo complicado que resulta obtener el ansiado perfil.
Los docentes que desean obtener el perfil 1 o el 2 disponen de dos oportunidades a lo largo del año. Una es la convocatoria libre, que es la que se acaba de realizar, y otra es la oficial del programa Irale. A la convocatoria libre se presentan todos aquellos profesores que no han sido liberados expresamente por el Departamento de Educación y que se han preparado por su cuenta. Se trata de profesionales que trabajan en el sistema educativo. Mientras, al Irale sólo concurren los docentes eximidos de dar clase para dedicarse exclusivamente a estudiar en un euskaltegi. Los exámenes de este programa serán a mediados de este mes.De los 3.312 docentes que se presentaron a la prueba inicial, 2.422 correspondían al PL 1 y los 890 restantes al PL 2. Los peores resultados, como viene siendo habitual, se registraron entre los aspirantes al PL 2, un perfil que faculta para dar clases de cualquier materia en euskera. Se trata del título más preciado y es equivalente al EGA. Únicamente 106 de los 890 profesores que se presentaron al examen superaron la prueba, lo que supone un 11,9% de éxitos. Se trata de un porcentaje muy similar al registrado en las convocatorias de los últimos años.
En el PL 1 las cosas fueron mejor. El 28% de los candidatos (679) lo logró. Este perfil permite a los docentes mantener conversaciones en la lengua vasca con cierto nivel de fluidez e incluso elaborar materiales didácticos para los colegios.
A diferencia de lo que ocurre con el programa Irale, al que cada vez se presentan profesores con más edad que han ido retrasando la hora de acceder a la liberación de sus tareas docentes, a la convocatoria libre acuden docentes de todas las edades. Unos trabajan en el sistema educativo, otros puede que hayan obtenido la diplomatura recientemente y aún no ejerzan e incluso algunos proceden de otros comunidades a las que marcharon para impartir docencia.
El hecho de que sean profesores de todas las edades, y en una gran parte jóvenes le lleva a Comisiones Obreras, sindicato mayoritario entre los docentes de la red pública, a preguntarse cómo salen de euskaldunizadas las últimas hornadas de diplomados en Magisterio y otros licenciados. El secretario general de la sección de enseñanza del sindicato, Javier Nogales, consideró que los resultados no ofrecen "datos esperanzadores" y reflejan lo "difícil" que resulta obtener uno de los perfiles. Nogales denunció que la política lingüística de Educación está provocando "la desafección hacia el euskera" en un importante colectivo del profesorado.
Más convocatorias
Por eso, apeló a amplios acuerdos en política educativa y lingüística que fijen un ritmo adecuado de euskaldunización para los docentes. Entre otros cambios, Comisiones Obreras sugiere que se aumente a dos el número de convocatorias libres al año y que se establezca la reserva de la parte aprobada de la prueba (escrita u oral) hasta la siguiente convocatoria en el caso de que el candidato haya suspendido una de las partes.
Nogales reiteró, por otra parte, la necesidad de ampliar el cupo de Irale para dar una salida al personal que aún no ha podido obtener el perfil lingüístico. Esta medida beneficiaría especialmente a los profesores que trabajan en el sistema educativo antes de 1993 y a los 157 interinos que han perdido la estabilidad por no saber euskera. Precisamente, el martes se cumplieron 100 días del encierro que alrededor de 60 de estos interinos mantienen en el instituto Bertendona, de Bilbao, para denunciar su situación. La pérdida de la estabilidad, aunque ya es oficial, se materializará en el mes de septiembre, cuando comience el nuevo curso escolar.
Esta es una de las patatas calientes que le espera al nuevo Departamento de Educación y que supone la punta del iceberg de la polémica que acompaña a la euskaldunización del sistema educativo. Diferentes sectores de la comunidad educativa se están replanteando la estructuración actual de la enseñanza en tres modelos -castellano, bilingüe y exclusivamente en euskera- y apuestan por buscar una fórmula más flexible que dote a los centros de mayor autonomía para distribuir la docencia en los dos idiomas de la comunidad.
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