"El Gobierno debe primar la suficiencia frente a la rebaja de impuestos"
Cándido Méndez (Badajoz, 1952) afronta desde hoy el congreso que lo ratificará como líder de UGT otros cuatro años. A las puertas de su cuarto mandato, la situación es muy diferente a 1994, cuando asumió el cargo. Entonces, la economía atravesaba un periodo de recesión y la UGT navegaba en aguas turbulentas tras el escándalo de la cooperativa de viviendas PSV. Hoy, el crecimiento supera con creces la media europea y en el sindicato reina una paz que se ha ido consolidando desde su llegada al cargo. La central acude a su 39º Congreso con el lema Trabajo y progreso. Movilizándonos por los cambios.
Pregunta. ¿Por qué cambios hay que movilizarse?
Respuesta. Estamos firmemente convencidos de que tenemos que movilizarnos por el cambio en el modelo productivo del país y en el Estado de bienestar, después de 15 años de sequía social. Le otorgamos una gran importancia al nuevo derecho de la atención a las personas dependientes.
"No sé si Zapatero será aclamado, pero sí atentamente escuchado"
"Será la legislatura del avance de los derechos de los trabajadores"
"Hay que tomar medidas preventivas ante la deslocalización"
"El PP despilfarró el tiempo y no resolvió los problemas económicos"
P. ¿Casa esto con las reformas que está planteando el Gobierno, especialmente la reforma laboral?
R. La reforma laboral debe encaminarse hacia un cambio de modelo productivo y hacia la igualdad en nuestro mercado, entre hombres y mujeres, fijos y temporales, inmigrantes y españoles. Pero los cambios laborales son una pieza de un mosaico más amplio en el que tienen casi más trascendencia otras iniciativas. La primera es la reforma fiscal. También hay una exigencia hacia el sector empresarial. Frente al diferencial de precios, hay que hacer que prime el valor añadido del producto.
P. ¿Acierta Zapatero con sus propuestas?
R. Hay un acierto básico cuando se pone el énfasis en la productividad. Pero ese debate está en segundo plano en relación con la financiación autonómica, los estatutos, la lucha contra ETA... El Gobierno debería haber hecho mayor esfuerzo en hacer más visibles las iniciativas del diálogo social, como la subida del salario mínimo o las pensiones. A los ciudadanos les importa mucho la política social.
P. Ha mencionado la política fiscal como clave para el cambio de modelo productivo. ¿Va a abordar todas las deficiencias el modelo anunciado?
R. Puede cubrir un objetivo importante: recuperar la equidad fiscal, en tanto que hay un compromiso de mejorar la situación tributaria de los trabajadores. Sigo teniendo la duda de la suficiencia. Es clave garantizar la suficiencia financiera del Estado para abordar las inversiones. Por eso el retraso en la reforma es adecuado. Hubiera sido muy precipitado definir la reforma fiscal sin conocer el impacto real de las nuevas perspectivas financieras [presupuestos europeos] para 2007-2013. El Gobierno debe primar la suficiencia frente a las rebajas de impuestos electoralmente confortables.
P. En política industrial, ¿está el ministro, José Montilla, en el buen camino para recuperarla?
R. Es complejo después de una etapa prolongada de abandono recuperar la política industrial. El Gobierno ha tomado iniciativas interesantes, pero claramente insuficientes, como la creación de observatorios. La política industrial debe ser algo más que el ministerio, debe ser parte de la política del Gobierno. Se necesita hacer un esfuerzo por atraer inversiones, sobre todo en sectores de punta tecnológica. Tiene mucho que ver la inversión en infraestructuras, la mejora en niveles formativos.
P. Un asunto que preocupa mucho es la deslocalización. ¿Cómo luchar contra ella cuando en países como China los empresarios producen más barato?
R. Es un proceso muy complicado que exige, en primer lugar, iniciativa sindical. Ante la deslocalización, hay que tomar medidas preventivas en la negociación colectiva, mecanismos de flexibilidad interna. Además, hay que exigir que las empresas sean socialmente responsables, lo que significa no sólo ayudar a países en desarrollo, sino un compromiso con sus empleados. Y si los procesos de deslocalización son inevitables, se debe tener capacidad para regenerar tejido industrial.
P. ¿Coincide la patronal con su diagnóstico sobre esta situación?
R. Tenemos diferencias, pero también coincidencias importantes. La renovación del acuerdo de negociación colectiva este año es el reconocimiento de la patronal de que la política salarial es la adecuada. No podemos competir en el medio plazo con un sistema de costes laborales baratos. Es un modelo inviable. Por eso negamos que los problemas estriben en el coste del despido o en los costes laborales. Aprovechemos la dinámica para cambiar el paradigma de crecimiento y reorientar el modelo productivo. Si no, podemos quedar como un país de servicios de consumo.
P. Pero la propuesta de reforma laboral del Gobierno insiste sobre todo en los costes, entre ellos el del despido.
R. Pues nosotros hemos manifestado que ahí no está el problema. Hay que incidir en medidas para reducir la temporalidad y el uso inadecuado de los contratos temporales; reordenar contratas y subcontratas. No planteamos erradicarlas, sino ordenarlas.
P. ¿Cómo se reduce la temporalidad en el sector servicios, cuya actividad está muy centrada en épocas determinadas?
R. En las actividades de temporada se debe utilizar el contrato fijo-discontinuo o contratos fijos a tiempo parcial.
P. Un segmento donde la temporalidad es casi absoluta es la inmigración. ¿Qué puede hacer un sindicato para defender los derechos de un colectivo dispuesto a trabajar por menos salario?
R. Lo que hemos hecho, alcanzar un acuerdo para normalizar a los inmigrantes de la economía sumergida. En ese proceso de normalización alguien podía haber planteado una especie de contratación B, pero nadie lo ha hecho. El planteamiento para españoles es aplicable a los demás.
P. ¿Sigue defendiendo la semana laboral de 35 horas cuando en Europa prima lo contrario?
R. Es obvio que la coyuntura es desfavorable a la reducción del tiempo de trabajo, pero hay que mantener vivo el debate.
P. ¿Cómo evalúa ahora la política económica y laboral de los Gobiernos del PP?
R. El Gobierno del PP desarrolló una política económica de coyuntura y no resolvió ninguno de los problemas de la economía. En este caso existe un agravante: que no ha habido una etapa de crecimiento más alto y más estable. Se ha despilfarrado el tiempo.
P. Pero con los ministros de Trabajo del PP hubo entendimiento...
R. Hubo un entendimiento en la etapa de mayoría relativa, aunque los sindicatos y la patronal arrastramos todo el peso. Pero en las administraciones públicas se produjo un aumento tremendo de la temporalidad. El sistema de financiación debería servir para mejorar el empleo público.
P. ¿Cree que la propuesta catalana de financiación es un buen punto de partida para el debate?
R. No estamos buscando modelos de referencia. Se deben buscar referencias reconocidas por todos los actores. Se está apelando a las balanzas fiscales y todo el mundo reconoce que no hay una que refleje en su totalidad los intercambios entre comunidades. Al final es un problema político.
P. Los anteriores enfrentamientos de UGT con el Gobierno socialista no se vislumbra que puedan volver a ocurrir.
R. Nunca se puede decir de esta agua no beberé, pero la situación ha cambiado mucho. Este Gobierno tiene claro que debe desarrollar políticas de fuerte componente social y no tiene por qué plantearse un escenario de conflicto abierto. Tengo el convencimiento de que esta legislatura estará marcada por el aspecto social, será la legislatura del avance de los derechos de los trabajadores.
P. Entonces, ¿Zapatero será tan aclamado en el congreso como lo fue en el anterior, cuando todavía no era presidente?
R. No sé si será tan aclamado, pero sí atentamente escuchado.
P. ¿Va a ir Rajoy al congreso?
R. No lo sé. Quisiera que fuera. Nos sentiríamos muy honrados y satisfechos.
P. ¿Continuará la igualdad entre hombres y mujeres en la ejecutiva de UGT?
R. Sí. La ejecutiva debe seguir con 13 miembros y al menos seis mujeres.
P. Ha conseguido pacificar su sindicato y las antiguas rencillas con Comisiones Obreras están solucionadas.
R. Para nosotros el conflicto que tuvimos en el acuerdo de pensiones [de 2003, que el Gobierno firmó con CC OO y CEOE] está cerrado. Trabajamos al unísono.
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