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Reportaje:VIOLENCIA CONTRA LA INFANCIA

Un 'canguro' disponible

'Nanysex', el principal implicado en la red pederasta, es introvertido y tiene pocos amigos

Un canguro disponible y barato. Álvaro I. G., de 23 años y al que la policía considera agresor de siete niños (tres en la Comunidad de Madrid y cuatro en la de Murcia), entraba en contacto con los pequeños al ofrecerse como canguro, según fuentes de la investigación. En el caso de cuatro de los niños vejados fueron los progenitores quienes recurrieron a sus servicios, que él anunciaba y ofrecía a un precio asequible (desde tres euros por hora). En otros tres casos, siempre según la versión policial, tenía acceso a los menores porque conocía a los padres, tenía confianza con ellos y se ofrecía a echarles una mano en el cuidado de los pequeños.

Álvaro, originario de Collado Villalba (Madrid), es una persona "introvertida y que apenas tenía relaciones con los vecinos", según algunos comerciantes del céntrico barrio murciano de San Pedro en el que trabajaba en la tienda de informática PC Tunning. La empresa era propiedad de un amigo de su hermano. Este hermano, casado y con un hijo de unos cinco años, pasó ayer el día viendo en presencia de la policía los vídeos grabados por el acusado, con la pretensión de identificar a alguno de los menores violados, todos niños de entre dos y cinco años.

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El informático, uno de los tres detenidos en Murcia, y al que se conocía en Internet como Nanysex o Kova, apodo que dio nombre a la intervención policial, trabajaba desde finales del pasado año en la tienda de ordenadores, situada en el número 2 de la calle Las Cortes de Murcia. Desde hace unos dos años había fijado su residencia en Santiago de la Ribera, donde regentaba con un amigo un cibercafé. Era un joven que se vestía de forma "desaliñada, como se visten muchos jóvenes de 20 años", según explican los vecinos. Pedro Martínez, encargado de una agencia de viajes cercana a PC Tunning, aseguró que uno de los dentistas del barrio se percató tras una visita del presunto pederasta de que tenía toda la boca llena de llagas, lo que a juicio de este doctor se podía deber a que padecía enfermedades venéreas.

El propietario de un bar en el que Álvaro I. G. solía comprar la comida y la cena aseguró que era una persona muy introvertida, que apenas había entablado amistad con los vecinos. "Su hermano era todo lo contrario, y enseguida me presentó a su mujer y a su hijo, de unos cinco años, e incluso nos dijeron a mi mujer y a mi si queríamos salir por la noche con ellos", dice el propietario del local, que asegura que el detenido dormía a menudo en el mismo local. Allí recibía la visita de su único conocido en el barrio, "un joven con barba que hace dos semanas alquiló una vivienda a unos metros de la tienda, en la que entró la policía".

"El chico y su hermano eran muy simpáticos", dice Martínez. "Incluso tenemos un cliente en común que le encargó que tomara el vídeo de un crucero que hicimos recientemente". Muchos vecinos compraban sus ordenadores en la tienda, que era bastante barata. Cuando supieron de la detención pensaron que se trataría de delitos informáticos, "pero nunca de esta barbaridad". Mónica Marín, empleada en una perfumería anexa al local, dijo que la tienda tenía un horario de apertura y cierre "bastante irregular". Marín relató que el cabecilla de la red y su hermano tenían un aspecto "muy informal. Eran dejados, no iban bien vestidos, pero nunca sospechamos nada porque eran normales como vecinos, y su imagen es la típica de los de 20 años".

Gelen Ruiz, que trabaja en una tienda de ropa de la misma calle, dijo que el local de informática no era muy frecuentado y que eso le hacía pensar en que se cerraría pronto.

Anuncio por el que el detenido Álvaro I. G. se ofrecía en Internet para cuidar niños a domicilio.
Anuncio por el que el detenido Álvaro I. G. se ofrecía en Internet para cuidar niños a domicilio.EFE
Álvaro I. G.
Álvaro I. G.

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