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Reportaje:

'Newsweek' seguirá investigando

Las denuncias de profanación del Corán torpedean los planes de Bush para mejorar la imagen de EE UU

"La comunicación estratégica es un componente vital de la seguridad nacional de EE UU (...) cuyas exigencias han cambiado considerablemente debido a factores como el aumento de antiamericanismo en el mundo, el terrorismo y la volatilidad de los conflictos internos y externos del islamismo". El informe de septiembre de 2004 a cargo del Defence Science Board, un organismo independiente que trabaja para el Pentágono, era claro: "EE UU necesita una revolución en comunicación estratégica". Lo ocurrido tras el caso Newsweek despeja cualquier duda.

Pero esa revolución, en la que están empeñadas tanto la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, como Karen Hughes, la asesora y amiga de Bush a la que la Casa Blanca le ha encargado lavar la cara de América en el mundo, se encuentra con enormes obstáculos. Que la primera dama, Laura Bush, viaje hoy a Jordania y siga después a Egipto, o que Rice declare que "EE UU es un país que cree profundamente en la libertad religiosa" y que "jamás se permitiría nada que supusiera una profanación del libro sagrado de una de las grandes religiones del mundo" son cartas importantes que el Gobierno juega a fondo en el cataclismo de comunicación estratégica en el que se encuentra, pero, a corto plazo, no va a apaciguar los tumultos.

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"Harán falta años para reparar esta situación"

Y hay casos que volverán a salir. Entre otros, los investiga -ahora con mucha más razón, porque está en juego su prestigio- el periodista de News-week, Michael Isikoff. Según un compañero suyo de The Washington Post que ha trabajado con él, "es un perro de presa que no abandonará hasta averiguar la verdad". Isikoff, que jugó un papel protagonista en la información de los enredos sexuales de Bill Clinton y Monica Lewinsky, ha declarado a Newsday que seguirá investigando "esta situación tan oscura".

La reacción del Gobierno de culpar a la revista y de pedirle un nuevo esfuerzo para explicar su rectificación trata de difuminar el aspecto más importante de la crisis, escribe Anne Applebaum en The Washington Post:es posible que la historia del Corán en un retrete no sea cierta y que el semanario haya confundido las acusaciones sistemáticas de los prisioneros con la realidad, pero lo importante es "que se trataba de algo enteramente verosímil, porque en Irak y en Guantánamo se han usado técnicas de interrogación diseñadas para ser ofensivas con los musulmanes". Y "culpar al mensajero, incluso por un mensaje chapucero, no elimina las responsabilidades del Gobierno".

En Tejas, mientras tanto, la soldado Sabrina Harman, de 27 años, fue condenada el martes a seis meses de cárcel por los malos tratos en Abu Ghraib. Harman declaró: "Como soldado y policía militar, he fallado en mis obligaciones y en mi misión de proteger y defender". En línea con otros condenados, Harman aseguró que lo ocurrido se debió a su exclusiva responsabilidad. Según el testimonio de dos presos iraquíes, la soldado se distinguió por su trato especialmente suave. "No tiene crueldad. Incluso aunque es una mujer americana, era como una hermana", de acuerdo con la transcripción de lo dicho por Amjad Ismail Khalil al Taie.

Y en Irak, se atribuye al líder de Al Qaeda, Abu Musab al Zarqawi, la justificación de los atentados suicidas en los que mueren cientos de iraquíes. "El asesinato de infieles por cualquier método, incluidas las operaciones suicidas, ha sido santificado por muchos expertos, incluso aunque implique la muerte de musulmanes inocentes", dice en una cinta grabada que se recoge en una página web islamista. Según el supuesto testimonio de Al Zarqawi, "proteger la religión es más importante que proteger las vidas, el honor o la propiedad de los musulmanes", y "derramar sangre musulmana está permitido para evitar un mal mayor, como sería interrumpir la guerra santa".

Un iraní levanta un Corán en una protesta antiamericana en Teherán.
Un iraní levanta un Corán en una protesta antiamericana en Teherán.AP

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