"La restauración de Santa María es una obra ejemplar"
El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga descubrió ayer las similitudes entre sus investigaciones en los yacimientos de Atapuerca y la restauración de la catedral de Santa María de Vitoria: "Al fin y al cabo, los dos proyectos entienden el campo de estudio como un palimpsesto", resumió. Arsuaga ofreció una conferencia dentro de las actividades que organiza la Fundación Santa María, en la que puso en práctica su concepción de los estudios científicos. Defensor de la divulgación de las investigaciones en cualquier campo de la ciencia, propone dos líneas de trabajo complementarias: la que informa a la comunidad científica y la que explica los hallazgos a la ciudadanía, "que, al fin y al cabo, es la que paga con sus impuestos".
Ayer, reconoció en Vitoria que los trabajos de restauración de la catedral de Santa María son, en este sentido, "una obra ejemplar; no conozco ningún caso como éste". Su afirmación surgió durante la visita al templo. Arsuaga, junto a varios periodistas, explicó su agradable sorpresa ante el proyecto de rehabilitación de la seo vitoriana. "Se ha planteado con una claridad de conceptos y objetivos determinante para que salga adelante un proyecto de estas dimensiones".
Además, estableció paralelismos con sus investigaciones en Atapuerca. "Me ha llamado la atención que los responsables de la rehabilitación, Gonzalo Arroita, Juan Ignacio Lasagabaster y Agustín Azkarate, me han insistido en la concepción de la catedral como documento con escrituras superpuestas, como palimpsesto. Es la misma idea que dirige los trabajos de Atapuerca, la lectura del paisaje como acumulación de distintos estratos interrelacionados entre sí", explicó.
Esta forma de entender la investigación supone además un impulso para su difusión. "En general, toda la ciencia camina desde lo analítico a lo global, lo que vale tanto para un yacimiento prehistórico como para una catedral gótica". Arsuaga se puso a sí mismo como ejemplo: "En mis conferencias, nunca hablo de lo que escribo en las revistas científicas, en donde analizo un hueso o una dentadura, sino que trato de llevar a la sociedad lo que descubrimos, porque es la propietaria del patrimonio".
Por supuesto, esta labor de divulgación no supone ningún sufrimiento. "Cuando uno descubre algo, es un placer contarlo a los demás, sobre todo porque mi familia no está dispuesta a escuchar todos los días conferencias sobre Atapuerca", bromeó el responsable de una investigación que aún depara muchas sorpresas.Su equipo investiga actualmente el origen de la conciencia humana, del simbolismo. "Estamos investigando la función del oído, las radiofrecuencias que admitían estos homínidos, que nos sirven para determinar los sonidos que emitían. Llevamos ocho años estudiando en este campo, comparando los resultados de Atapuerca con los de fósiles africanos, muy lejanos del hombre, pero todavía no hay nada definitivo", indicó.
El lenguaje es el gran reto de los paleoantropólogos. "Podemos investigar la morfología humana, la tecnología, la economía,... pero el lenguaje es comunicación por medio de signos arbitrarios: sabemos qué tipo de sonidos emitían, pero no si eran lenguaje o no". Eso sí, según Arsuaga, aquellos sonidos eran distintos de los del chimpancé. Un paso adelante hacia la construcción de la catedral gótica.
