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Bloom ensalza la sabiduría de los clásicos

El profesor y crítico literario dialoga con Antonio Muñoz Molina en el Cervantes de Nueva York

"No quería hablar de política, pero no he podido evitarlo". El escritor y crítico literario estadounidense Harold Bloom tenía ayer una cita con Nueva York, Madrid, Buenos Aires y Bogotá para presentar mediante videoconferencia de prensa desde el Instituto Cervantes neoyorquino su nuevo libro, ¿Dónde está la sabiduría? (Taurus). Era una convocatoria ineludible con la literatura, con el pensamiento de algunos de los más grandes autores y filósofos occidentales -Cervantes, San Agustín, Montaigne, Shakespeare, Platón...-, en los que Bloom se ha concentrado esta vez para tratar de responder a la pregunta que da título a su libro. Presentado por Antonio Muñoz Molina, Bloom dio una lección magistral de literatura.

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Harold Bloom (Nueva York, 1930) defiende acérrimamente la necesidad de separar política y crítica literaria -"su vinculación constante es uno de los mayores males de Occidente"-, pero, sin embargo, no pudo evitar referirse verbalmente a la situación política de su país, del que dijo apesadumbrado: "Tengo la sensación horrible de que ya no es una democracia, se parece más a una mezcla de plutocracia y teocracia".

Pero con la sabiduría que le otorgan sus 75 años de vida, que aún le permiten ser profesor en la Universidad de Yale, Bloom ofreció desde el Instituto Cervantes, sobre todo, una lección magistral de literatura. "Su defensa quijotesca de la literatura es casi cervantina", dijo, para referirse a su trabajo, Antonio Muñoz Molina, director de ese centro en la ciudad que vio nacer a este escritor y en la que se encuentran muchos de sus detractores. "Sé que tengo muchos enemigos que abanderan la multiculturalidad, pero eso para mí es la no cultura", dijo Bloom, quien afirmó llevar "más de cuarenta años inmerso en la lucha de guerrillas para combatir la falta de imaginación en el mundo anglosajón". Pero quizá el momento más emotivo de su intervención fue, como subrayó el periodista y escritor Juan Cruz, que atendía al encuentro desde el Instituto Cervantes de Madrid, su elogio a la obra de Shakespeare y al Quijote.

"Shakespeare nos enseña a hablar con nosotros mismos, pero no a hablar con el resto de la gente, lo que, en cambio, sí es una enseñanza cervantina. Si yo hubiera aprendido a hablar con alguien de forma tan íntima como lo hacen Don Quijote y Sancho Panza, mi vida hubiera sido mucho más bella. En cambio hablar en exceso consigo mismo puede resultar muy peligroso", reconoció Bloom. Sobre el origen de su nuevo libro, ¿Dónde se encuentra la sabiduría?, el escritor explicó que radica en una crisis de salud que sufrió hace tres años, justo después de de un viaje a España, donde recibió, en Barcelona, el Premio Internacional de Cataluña, y que le obligó a pasar por el quirófano y a someterse a una operación a corazón abierto, de la que se recuperó después de seis meses.

"Antes de la operación había dejado un manuscrito titulado Sabiduría y literatura, pero al salir del hospital lo volví a leer y no me gustó nada. Lo tiré a la basura, cambié el enfoque por otro más severo y moderado, le cambié el título y comencé a escribir de nuevo". Así arrancó su paseo por el mundo de las letras occidentales, abordando primero el análisis de El libro de Job y el Eclesiastés y ahondando a continuación en la confrontación entre los maestros griegos Platón y Homero, a través de quienes trata de buscar las diferentes formas de sabiduría que han construido el pensamiento occidental. En otro de los capítulos, Bloom compara el Hamlet de Shakespeare y el Quijote de Cervantes, dos autores que ya entran dentro de lo que Bloom define como "sabiduría secular". "No hay duda de que después de la literatura antigua, estos dos escritores son los nuevos gigantes de la literatura universal".

Siguiendo el esquema comparativo, Bloom prosigue analizando a Montaigne y a Francis Bacon, a Samuel Johnson y a Goethe, a Emerson y a Nietzsche, y a Freud y a Proust. No hay rastro de mujeres en la obra. "Intenté incluir a Virginia Woolf frente a Freud, pero ella era su discípula y se hubiera enfadado si la hubiera enfrentado al pensamiento de su maestro".

Del libro de Bloom también están ausentes los escritores orientales, algo que el escritor atribuye a su desconocimiento de esa cultura y, citando a Wittgenstein, aseguró que "de lo que no se sabe es mejor no hablar".

Durante la conferencia de prensa, a la que asistieron mediante videoconferencia César Antonio Molina, director del Instituto Cervantes, y María Cifuentes, directora de Taurus, Bloom alertó del peligro de Internet. "La gran amenaza para los jóvenes de hoy no es la televisión, es el vasto océano de Internet, donde hay tantas cosas y la sabiduría flota en medio de una masa informe en la que tienes que tener mucha preparación para no ahogarte". El escritor, que declaró estar dispuesto a seguir enseñando hasta el día de su muerte, definió la pasión por la lectura como "una vocación, una llamada que uno escucha desde niño y que no muere nunca".

Bloom demostró a lo largo de la casi hora y media de preguntas y respuestas tener un fino sentido del humor. Respondió, por ejemplo, a una pregunta sobre los matrimonios gays. "Cualquier persona civilizada tendría que legalizar cualquier tipo de matrimonio al margen del sexo. Pero todos los matrimonios tienen problemas y yo creo que los matrimonios gays beneficiarán principalmente a los abogados especializados en divorcios".

Videoconferencia de Antonio Muñoz Molina y Harold Bloom, en el Instituto Cervantes de Nueva York.
Videoconferencia de Antonio Muñoz Molina y Harold Bloom, en el Instituto Cervantes de Nueva York.RICARDO GUTIÉRREZ

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