La Cámara suaviza sus críticas al tripartito sobre infraestructuras

Cinco días después de haber propinado un tirón de orejas al Gobierno tripartito catalán por "no corregir" los retrasos que en materia de infraestructuras arrastra Cataluña, la Cámara de Comercio de Barcelona difundió ayer un comunicado en el que echa todo un capote al Ejecutivo de Pasqual Maragall. Es un gesto de "pleno apoyo" a la propuesta de financiación autonómica que, para la institución cameral, "debería permitir que Cataluña redujera el déficit acumulado en infraestructuras".

La Cámara de Comercio, que preside Miquel Valls, no necesitaba pronunciarse ayer favorablemente sobre la propuesta de financiación que ha puesto sobre la mesa el Ejecutivo catalán. Ya había dado un paso al frente. De hecho, fue la primera institución en saludar con agrado la iniciativa, y a su evaluación inicial le siguieron los pronunciamientos, en general positivos, aunque con grados, por parte de otras instituciones y patronales empresariales catalanas.

Su comunicado de ayer -que coincide con el consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, en considerar como una "propuesta de máximos y abierta al diálogo" la iniciativa- llega después de que las críticas de la Cámara al tripartito hayan provocado cierto malestar en el Gobierno de la Generalitat.

"No se puede pretender que en un año se resuelva un déficit de 25 años", replicó el secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, en alusión a las críticas en el sentido de que el tripartito no está corrigiendo el tiro tras los retrasos después de llevar gobernando casi un año y medio. La Generalitat, en sus primeros presupuestos completos tras el cambio de Gobierno en Cataluña, aumentó el 65% la inversión en infraestructuras.

"La Cámara de Comercio de Barcelona quiere manifestar su pleno apoyo" a la propuesta presentada por los consejeros Antoni Castells, Joan Saura y Josep Huguet el pasado 28 de abril.

"No depender del subsidio"

La institución repasa -y comparte- los logros que, a su juicio, plantea el Gobierno de Maragall con su iniciativa: desde el aumento de la autonomía en la gestión financiera de la Generalitat hasta la necesidad de garantizar un nivel de recursos financieros suficientes para que Cataluña atienda las necesidades que acarrean las competencias transferidas, pasando por "reclamar un trato más equitativo" para la comunidad.

La Cámara endosa igualmente los mecanismos de solidaridad -la propuesta como tal no los concreta más allá de ciertos principios generales, eso lo deja para el Gobierno del Estado-, que "evitan una dependencia permanente del subsidio, así como el incremento de la transparencia del sistema de financiación autonómica", lo que supone reclamar la publicación de las balanzas fiscales para conocer qué aporta y qué recibe Cataluña.

La institución que preside Valls apuesta por el proyecto porque "debería permitir que Cataluña reduzca el déficit acumulado en infraestructuras (cifrado en 5.800 millones de euros), en educación (2.400 millones) y sanidad (entre 600 y 1.000 millones de euros anuales)".

Estos déficit han limitado el potencial de crecimiento de la economía catalana, que ha perdido peso en el conjunto de España. En su documento de hace una semana, la institución pidió que se despoliticen los proyectos de infraestructuras, cargó contra su falta de ambición e hizo saltar las alarmas por el retraso de todas y cada una de las infraestructuras, y, sobre todo, por la caída de la obra pública licitada por la Generalitat en 2004 (el 65% menos que en 2003).