La agresión no es la solución
Este es el lema de los carteles que hay en la sala de espera de urgencias de Can Ruti. Trabajo como médico residente en este hospital y me parece indignante que deba temer por mi seguridad en mi puesto de trabajo. La demanda de los pacientes se ve desbordada por el reducido número de residentes, adjuntos, enfermeros, etcétera, que estamos en los puestos de urgencias, lo que hace que la espera para ser atendidos se alargue hasta seis o siete horas. Pero esta situación no da derecho a los pacientes o a sus familiares a insultar, amenazar o agredir a los que estamos allí trabajando. ¡Está claro que algo no funciona! Pero, con las agresiones, lo único que se consigue es deteriorar la asistencia sanitaria.
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