Recuperar la elegancia

Pepe Hidalgo, tras la exitosa experiencia de su Viña Pomal Aniversario, donde supo conjugar con maestría la finura y elegancia de los clásicos riojanos de calidad con el imprescindible toque moderno que demandan los gustos actuales, ha volcado toda su sabiduría enológica -¡y no es poca!- en este nuevo tinto de Bodegas Bilbaínas. Lo define como un vino de "estilo libre", sin ataduras, que representa nada menos que la tercera revolución de La Rioja.

Son palabras mayores que exigen hechos a su altura. Represente o no una revolución, algo bastante improbable en el mundo del vino, lo que es seguro es que este Vicuana se inscribe en la actual tendencia enológica: recuperar la elegancia perdida en la persecución del color, el cuerpo y la concentración. Me gusta su nariz compleja y expresiva, con una fruta ácida y silvestre recorrida por el fulgor de las especias. Magistral la madera, discretamente encantadora. Y esbelto el cuerpo, que no renuncia a la musculatura, al tanino opulento, pero que recorre el tramo de la boca al estómago con paso ágil, directo, dejando una estela perdurable.