La izquierda francesa moviliza a sus 'pesos pesados' para lograr el 'sí' a la Constitución
Jospin y Delors irrumpen en la campaña en un intento de dar la vuelta a las encuestas
Con la entrada en escena de los pesos pesados del Partido Socialista (PS) -que intentan darle la vuelta al rechazo que provoca en los votantes de izquierdas el proyecto de Tratado Constitucional europeo según todas las encuestas de opinión-, la campaña para el referéndum del 29 de mayo ha entrado en el tramo decisivo. El ex primer ministro socialista y ex candidato a la presidencia Lionel Jospin salió de su silencio y el jueves por la noche estuvo contundente pidiendo a los franceses que no se equivocaran de objetivo al intentar castigar al presidente Jacques Chirac.
A cuatro semanas del referéndum, el no parece perder fuerza, pero sigue en cabeza. Tres encuestas muestran una recuperación; el instituto IFOP JDD daba 52% al no contra un 48% al sí, un cambio de cuatro puntos en una semana. Lo que todos los sondeos siguen señalando es que el sí se impone con un 60% entre los votantes de derechas, pero pierde por una proporción similar entre la izquierda, y particularmente entre el electorado socialista. Por eso, el efecto Jospin -su intervención fue vista por más de cinco millones y medio de telespectadores- podría ser determinante. "Votar contra el Tratado Constitucional es sancionar a Francia, sancionar a Europa; no es sancionar a quienes ostentan el poder", dijo a los franceses que cargan sobre el Gobierno todos los males que padecen.
Jospin se había mantenido en silencio desde que, de forma sorprendente, fuera derrotado por el ultraderechista Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2002. Había un cierto elemento morboso en la resurrección pública del ex primer ministro, que no decepcionó. Estuvo contundente y elegante en su defensa del voto positivo. Los partidarios del no sacaron de inmediato su artillería contra Jospin como no lo habían hecho contra ninguno de los defensores del texto constitucional. Las críticas más duras le llegaron desde dentro del Partido Socialista.
La entrada en escena de Jospin tenía, además, otra consecuencia, la de añadir ansiedad al de por sí agitado PS, cuyo secretario general, François Hollande, no logra imponerse sobre los rebeldes. Como decía el periódico Libération, tanto si Jospin resucita el sí de izquierdas como si vence el no, "quien no pretende jugar ningún papel, podría verse proponer alguno de aquí a dos años" a candidatura a la presidencia francesa.
El que fuera presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, también salió a la palestra en favor del sí. Delors es rotundo en una entrevista con Le Nouvel Observateur: "Decir no a la Constitución es bloquear la marcha de la Unión, es decir no a Europa. No existe un plan B". "Si se quiere Europa hay que votar sí y si no se quiere se vota no", éste es el verdadero debate".
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