Fernández de la Vega resalta el valor de la memoria de las presas del franquismo

Un acto multitudinario reunió ayer por la tarde en la Biblioteca Nacional de Madrid a algunas de las protagonistas de Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas (Instituto de Estudios Altoaragoneses). En el estrado se sentó Manolita del Arco. Junto a esta mujer, represaliada tras la Guerra Civil, se encontraban la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; la directora de la Biblioteca, Rosa Regàs; la rectora de la UNED, Araceli Macià Antón, y el editor de la reedición del volumen, Jorge J. Montes.

La historia de Manolita en prisión es una de las más de 300 que aparecen recogidas en Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas. El volumen reúne los tres libros que escribió la también represaliada Tomasa Cuevas Gutiérrez -editados originalmente en 1982 y 1985- con las palabras grabadas en un magnetófono de sus más de 300 compañeras de prisión. La nueva versión, presentada ayer, respeta el texto original al que añade un índice de prisiones y de nombres de las mujeres encarceladas, así como una completa bibliografía sobre el tema.

"Mujeres como ellas perdieron dos veces. Perdieron la guerra, incivil e injusta, y perdieron los derechos que habían logrado durante la República. Su ejemplo de dignidad y coherencia espolea nuestro compromiso por eliminar toda forma de discriminación hacia la mujer y construir una sociedad más igualitaria", apuntó María Teresa Fernández de la Vega. La vicepresidenta primera del Gobierno defendió el valor de la memoria: "Algunos se empeñan en hacernos creer que recordar reabre viejas heridas. Yo creo que no, creo que en este caso, como en otros muchos, es un acto de justicia".

Ataviada con pantalón y camisa a rayas, Manolita del Arco hizo olvidar a los presentes la fragilidad de su figura con la firmeza de sus palabras. En su intervención, rindió homenaje a sus contemporáneas anónimas y denunció la falta de libertades que han tenido las mujeres después de la transición "por culpa de los gobiernos correspondientes y pese a que las luchas se mantuvieron".