Un libro investiga la represión franquista en Cádiz
Cádiz ha sido considerada tradicionalmente una zona poco afectada por las represiones que sucedieron al levantamiento del 18 de julio de 1936, puesto que los sublevados apenas encontraron oposición en dicha ciudad. Sin embargo, un minucioso estudio de Alicia Domínguez Pérez (Madrid, 1966), doctora en Historia por la Universidad de Cádiz desmiente rotundamente esta versión. El verano que trajo un largo invierno, recién editado por el sello gaditano Quórum, pone de relieve la crueldad con que el franquismo se impuso en el poder y extendió su mano de hierro sobre la vida, bienes, cultura, pensamiento y trabajo de todos los gaditanos, incluida la derecha moderada. El libro, resultado de la tesis doctoral de Domínguez, se acompaña de un volumen anexo y un cd-rom que contienen la sobrecogedora lista de 13.485 ciudadanos encausados en aquel proceso arbitrario y desproporcionado.
Para la investigadora, la única explicación de ese contundente aparato represivo es que tuviera "una función más preventiva que punitiva, tendente a hacer desistir a la población" de cualquier intento de resistencia, y evitar así "que los vencidos levantaran cabeza, y que aquellos que no lucharon desistieran de alzar la voz". El hecho de que hasta ahora todos esos datos hayan permanecido bajo una plancha de silencio no es menos extraño. "La sensación de control fue tan intensa que los vencidos, desde lo más profundo de su miedo y contra su propia dignidad, acabaron enterrando a sus muertos y su memoria, y sellando un pacto de silencio y olvido, con tal de sobrevivir, que duró más de 50 años", añade la estudiosa.
Delaciones anónimas
Para llevar a buen puerto su estudio, Alicia Domínguez, "descendiente de vencidos" como ella misma se proclama, se entrevistó con algunos supervivientes y sus familias, buceó en los Archivos Municipal y Provincial de Cádiz, en el de la Guerra Civil de Salamanca y en algunos documentos conservados en el penal de El Puerto. Pero también ha tenido acceso a abundante material gráfico, donde no faltan espeluznantes delaciones anónimas contra sospechosos de masonería, comunismo o conductas delictivas.
"No se trata de hacer un ajuste de cuentas histórico, ni dialéctico, sino de exponer los hechos y las cifras tal como fueron", asegura la autora, quien lamenta que se ha pasado "la oportunidad de poner en marcha procedimientos judiciales, a diferencia del pueblo argentino, chileno o yugoslavo, que aún puede y de hecho está haciendo recaer el peso de la justicia sobre los ignominiosos responsables de muertes, torturas, privación de libertad que en las últimas décadas destrozaron pueblos enteros".
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