"En democracia no tienen cabida quienes pisotean la convivencia"
En vísperas de estas nuevas elecciones autonómicas me gustaría insistirle al próximo lehendakari en lo siguiente:
1. Que las víctimas no somos patrimonio de nadie. Somos patrimonio de nuestra propia dignidad y el respeto que se merece nuestro sufrimiento.
2. Que 21 años de despropósitos han demostrado una evidente falta de respeto hacia las víctimas por parte del Gobierno vasco.
3. Que ejemplos como la denostada frase pronunciada por Xabier Arzalluz, ex presidente del PNV, de que "ETA es como una úlcera que sangra de vez en cuando" sigue siendo otro insulto para las víctimas porque es una herida que sangra de por vida.
4. Que la continua equiparación entre verdugos y víctimas, justificando los crímenes de ETA y comparándolos con los atentados de los GAL o las acusaciones de tortura, es tan execrable como justificar una violación de un derecho humano con otra violación.
5. Que nombrar a Josu Ternera como miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco no deja de ser una broma macabra, como puede serlo la de enviar un observador al juicio de los miembros de Haika, como si España no fuese un Estado de derecho. A las víctimas nos hubiera gustado que el Gobierno vasco, alguna vez, las hubieran acompañado como muestra de solidaridad en los juicios de los asesinos de sus seres queridos. Y suma y sigue.
Ahora, y en vísperas electorales, nos sigue causando dolor e impotencia que jamás haya habido un gesto hacia las víctimas, sino siempre hacia los verdugos y sus familiares, como es el caso de las subvenciones de los viajes de los familiares de etarras que sufragamos, también las víctimas, a través de nuestros impuestos. Qué absurdo y qué cinismo. Como el dolor y la rabia que nos embarga ante el último atentado a la democracia, cuando se pide la legalización del partido que apoya a los terroristas, el partido que no condena los atentados de ETA.
El actual Gobierno vasco no sólo no ha cumplido la sentencia del tribunal, sino que sigue erre que erre con ese argumento interesado, farisaico y peligrosamente simplista de que "todas las ideas y todos los proyectos tienen cabida en la democracia". Y eso no es verdad. Por pura decencia democrática, eso no es verdad.
En democracia y en una Euskadi democrática no tiene cabida ningún proyecto que contemple el acoso y la aniquilación de aquellos que no piensan como ellos. No tienen cabida las personas que jalean, cobijan o ayudan a los terroristas. Y no tienen cabida ninguna idea, ningún proyecto o persona que pisotea la convivencia, que coacciona la voluntad de los ciudadanos libres y que se ampara en la democracia para destruirla.
Bárbara Dührkop es eurodiputada del PSOE y viuda del senador Enrique Casas, asesinado por ETA en San Sebastián el 23 de febrero de 1984.
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