Manuel Marín defiende la publicación de las balanzas fiscales

El presidente del Congreso, Manuel Marín, defendió ayer la publicación de las balanzas fiscales autonómicas "tal como hace cada año la Unión Europea con los Estados miembros". Marín considera que "es bueno que se sepa que el principal contribuyente neto al Tesoro es Cataluña". En una intervención en el foro Tribuna Barcelona, organizado por El Periódico, argumentó que, con la difusión de las balanzas, "sería mucho más fácil explicar por qué ciertos sectores de la sociedad catalana, básicamente la salud y la educación, necesitan un apoyo del tesoro nacional".

Pero el presidente del Congreso, buen conocedor de la liturgia parlamentaria y de los rituales de la negociación política, considera que los partidos catalanes no lograrán la difusión de las balanzas fiscales si sólo se limitan a reclamarlo: "También hay que saber pedirlo". Y es que en opinión del presidente del Congreso, "si se explica bien, se puede hacer". A pesar de ello, Marín es contrario a que el nuevo sistema de financiación de Cataluña se base en los resultados que arrojen las balanzas fiscales.

Marín, que se refirió repetidamente y de forma más o menos explícita a sus desencuentros con Esquerra Republicana por el uso del catalán en el Congreso, comenzó su discurso utilizando precisamente esta lengua por espacio de unos minutos durante los que se autodefinió como una persona "educada, abierta y viajada" y dejando claro que "cualquier cambio es posible, pero siempre respetando las vías adecuadas".

Por esta razón expresó su "rechazo" a "cualquier tipo de emboscada política" y defendió un cambio en el reglamento del Congreso y, eventualmente también del Artículo 3 de la Constitución para que el catalán, al igual que el resto de lenguas oficiales en España, puedan tener algún grado de representación en las sesiones parlamentarias.

Para dejar claro que no tendría problema alguno en aceptar un cambio del reglamento lingüístico de la Cámara, Marín hizo referencia a sus 15 años de experiencia en diferentes organismos europeos. "Si hay alguien en el Congreso, probablemente el único, que se ha pasado 15 años de su vida profesional con un casquete de traducción simultánea éste soy yo".

Pero el reglamento lingüístico del Congreso no es lo único que necesita una profunda puesta al día. "Hay que cambiar la Ley Electoral, la financiación de los partidos y el reglamento del Parlamento, pero no podemos meterlo todo en el mismo paquete de negociación, ya que si lo hacemos así volveremos a fracasar", afirmó Marín recordando que ninguno de sus predecesores en el cargo ha logrado sacar adelante estas reformas en anteriores legislaturas.

Sin embargo, se mostró dispuesto a promover cambios de envergadura: "La nueva Ley Electoral no sólo debería garantizar la paridad entre hombres y mujeres en las candidaturas, también debería instaurar las listas abiertas y dar así a los ciudadanos la posibilidad de elegir directamente a sus representantes en las instituciones".

A la vez que reiteraba la urgencia de estos cambios legislativos, Marín se mostraba hastiado por la dinámica de una clase política que "nunca considera oportuno abordar reformas institucionales" y que mantiene "petrificado" el sistema parlamentario. "Y cuando finalmente se deciden a llevar adelante las reformas", prosiguió Marín, "se dan cuenta de que las circunstancias han cambiado".