Paul Rodgers y Brian May, anoche en el concierto de Queen. / CLAUDIO ÁLVAREZ
La reina suplantada
Realmente May y Taylor no necesitaban hacer esto para tener un pretexto con el que tocar de nuevo los viejos éxitos de Queen. Hubiera bastado con que la gira se hubiera llamado May & Taylor & Rodgers. O, mucho mejor, Rodgers & May & Taylor. Porque, con no encajar demasiado en el arquetipo gritón y glamourosamente excesivo del desaparecido Freddie Mercury, el ex Bad Company y ex Free demostró ser un pedazo de cantante de rock como se han visto pocos en la historia del género.