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Los interinos cumplen un mes de encierro resueltos a mantener sus protestas

Las vacaciones llegan, los alumnos se van y los profesores encerrados en el instituto Bertendona de Bilbao se quedan. Continúan porque, 30 días después del inicio de su protesta, no sólo no vislumbran una solución, sino que ésta permanece tan lejana como cuando empezaron su protesta hoy hace un mes. Tras cuatro semanas de reclamaciones, declaraciones y movilizaciones para recuperar una estabilidad laboral perdida por no poder acreditar el preceptivo conocimiento de euskera, aquéllos de los 157 docentes afectados que mantienen activa la defensa de sus puestos se aferra a los apoyos y mensajes conciliadores que han recabado en este periodo y tratan de soslayar la actitud de la consejera de Educación, Anjeles Iztueta, de EA, con la que se muestran más que indignados.

"Pese a que nos acusen de vagos, seguimos estudiando, lo que hemos hecho toda nuestra vida"

Ese estado de ánimo ha motivado que los encerrados hayan pasado de la insistencia a la resistencia. Pese a que en los últimos días, y los rostros de algunos así lo confirman, el pesimismo se ha abierto camino, la voluntad de luchar "hasta el final" sigue viva. "De aquí no nos vamos hasta que nos echen, o a palos o porque nos han ofrecido una alternativa", dice Mari Jose, una de las docentes que no está dispuesta a que su reclamación se diluya pese a que, dice, la dirección del instituto en que permanecen les está dificultando el día a día.

Humor, negro, eso sí, y determinación no faltan en el salón de actos del centro, en el que, entre recortes de periódico, pancartas y los etxeko lanak (deberes) de sus clases de euskera, sobresalen las imágenes de la consejera de Educación, a las que han añadido una nariz roja y puntiaguda de cartulina y el calificativo de "mentirosa". Si algo no pueden, y no quieren, disimular encerrados es su "rabia" ante lo dicho por Iztueta la semana pasada.

En su única intervención pública en un mes de confclito, Iztueta, tras hacer numerosos reproches a los docentes afectados, dejó muy claro que para ella la única solución que tienen éstos es "estudiar, estudiar y estudiar" para presentarse a las próximas oposiciones. La consejera puso además en duda la voluntad o la capacidad de los profesores para aprender euskera o superar una oposición, les acusó de malgastar el dinero público, les tildó de "privilegiados" y les recriminó la ruptura del pacto "sagrado" en Euskadi por el plurilingüismo.

Cuando se sacan a colación estas declaraciones, las palabras de los encerrados se agolpan en sus gargantas y los rostros se contraen. Se sienten insultados, difamados e, incluso, atemorizados por la imagen "falsa" que Iztueta ha trasladado a la opinión pública. "Lo que esta señora se olvidó de decir es que, por ejemplo, en la Oferta Pública de Empleo de 2003 no hubo plazas sin perfil [lingüístico]. De hecho, una compañera del encierro consiguió un 10 en el examen y está aquí", recalca Carmen, quien se siente particularmente ofendida por la acusación de que el Ejecutivo se ha gastado 11,5 millones de euros en su euskaldunización. "Ninguno de los que estamos aquí hemos alcanzado los tres años de liberación y sólo 40 hemos tenido dos cursos. Y un curso académico tiene ocho meses, no doce. Si lo que dice fuera cierto, tendrían que preguntarnos dónde tenemos los Audi", apunta.

Todos coinciden en señalar las declaraciones de Iztueta como el peor momento que han vivido en este primer mes de encierro, más aún cuando la posición de la consejera, quien previsiblemente no va a repetir el cargo tras las elecciones, supuso un giro total a las manifestaciones más conciliadoras que habían hecho antes responsables de las formaciones del tripartito, incluido el propio partido de Iztueta, e incluso miembros de ELA y STEE-EILAS, dos de los tres sindicatos nacionalistas firmantes del acuerdo de 2002, base del decreto que les ha llevado a su situación. Todos abogaban por buscar una salida al problema.

Los profesores afectados fijan sus esperanzas en las declaraciones de Josu Jon Imaz (PNV), Javier Madrazo (EB) y Begoña Errazti (EA) y resaltan la soledad de la consejera, a la que no consideran interlocutora válida, y solicitan, por tanto, que el propio lehendakari o el Gobierno nombren un mediador. También sirven para apuntalar su deseo de seguir adelante reacciones como la del Ararteko, que se pronunciaba a favor del mantenimiento de sus puestos de trabajo, o la de movimientos sociales como Aldaketa, así como los apoyos en todo momento del PSE, el PP y los sindicatos UGT y CCOO, éste último mayoritario en la enseñanza.

A la espera de acontecimientos, los encerrados no cejan en sus reivindicaciones y tampoco en sus estudios de euskera, una lengua que no rechazan. "Ojalá pudiéramos dar clase en euskera. La mayoría ya nos defendemos en una conversación, pero impartir una materia es otra cosa. Pese a lo que digan y pese a que nos acusen de vagos, seguimos estudiando, porque es lo que hemos hecho toda nuestra vida", sentencia Lourdes, otra de las afectadas.

Varios de los profesores encerrados en el instituto de Bilbao leían ayer los periódicos.
Varios de los profesores encerrados en el instituto de Bilbao leían ayer los periódicos.TXETXU BERRUEZO

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