Rajoy considera al Ejecutivo el más sectario desde 1978
El presidente del PP, Mariano Rajoy, arremetió ayer contra el PSOE en su primer año al frente del Gobierno, que calificó como el "año del sectarismo y de la falta de ideas". El líder popular criticó la división generada por los debates acerca de la reforma de la Constitución y de los estatutos de autonomía, así como por ocuparse de temas como la "retirada de estatuas", asuntos que, en su opinión, no preocupan a los ciudadanos y se alejan del interés general. La política exterior del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero también fue objeto de los dardos dialécticos de Rajoy.
"Hace un año que el PSOE no gobierna, sino que se ha instalado en los ministerios", comenzó el dirigente popular, que participó en un acto con militantes de su partido en Rincón de la Victoria (Málaga). Un año, siguió Rajoy, caracterizado por "un sectarismo como nunca ha habido en España desde 1978" y por "una absoluta falta de ideas, y cuando no hay ideas no se atiende lo importante y se genera división entre los españoles", remachó.
"El Gobierno no gobierna para los que no le han votado ni para los que no le bailan el agua", aseguró Rajoy, para quien "sólo se ocupa de la progresía de izquierdas venida a más, de los ricos de izquierdas que no se sabe qué tienen que justificar y de sus socios de Esquerra Republicana y de IU". Según el líder del primer partido de la oposición, esta actitud lleva al Ejecutivo socialista a practicar "políticas sectarias, radicales y alejadas de los intereses generales" y a "derogar la Ley de Calidad de la Enseñanza, cargarse el Plan Hidrológico y colocar a Peces-Barba al frente de no se sabe exactamente qué".
Víctimas maltratadas
Rajoy arremetió contra el alto comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, por haber logrado "algo ciertamente difícil", ya que "nunca las víctimas del terrorismo han sido tan maltratadas, tan discriminadas y tan mal atendidas por un sectario como es el Gobierno de España". También criticó la retirada de una estatua ecuestre de Franco en Madrid. "¿A quién importa, a quién beneficia?", se preguntó. Las mismas dudas que le suscita el debate acerca de la reforma constitucional y de los estatutos, que calificó de "estrafalario", y cuyo único objetivo es "quedar bien con [el líder de ERC, Josep Lluís] Carod Rovira".
El dirigente popular dirigió sus pullas contra la política exterior del Gobierno, que está haciendo "el ridículo internacional" y que se ha transformado, de un "país respetado", en un "adlátere de Francia". Rajoy bromeó acerca de la "colosal afición de los dirigentes socialistas por visitar Cuba". "No sé para qué ha venido el ministro de Exteriores cubano y por qué se obliga al Rey a hacerse una foto con él", dijo. El líder del PP expresó también sus dudas sobre la inexistencia de contactos entre el Ejecutivo y Batasuna, y pidió la convocatoria del Pacto Antiterrorista.
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