Un edil que "nadie quería que dimitiera"
La falta de controles en el distrito arrastró a José Antonio García, un antiguo operario de Renault apreciado por la oposición
"Ha dimitido el que debía dimitir, pero el que nadie quería que dimitiera", advertía ayer un miembro de la corporación municipal. La labor de José Antonio García al frente de la Delegación de Salud y Consumo ha sido a menudo aplaudida incluso desde la oposición, pero la orden de hacerse cargo del distrito Macarena tras la destitución en 2002 de su anterior edil, Carmelo Gómez, era un caramelo envenenado.
El PA y el PP han insistido públicamente en las últimas semanas en que, a pesar de sus denuncias sobre irregularidades en Macarena, no cuestionaban la "honradez" de García. "Él no se ha enriquecido, eso no lo dudamos", asegura un miembro de la oposición. García llegó al Ayuntamiento de Sevilla la mano de Alfredo Sánchez Monteseirín tras las elecciones de junio de 1999. Hasta entonces, trabajaba en la fábrica de Renault.
Alguna vez se ha reconocido ciegamente fiel al alcalde porque la confianza que Monteseirín depositó en él le ayudó a superar el estado de decaimiento en el que se encontraba desde que falleció uno de sus hijos.
Entre sus méritos como concejal, muchos destacan la paz social que consiguió en Mercasevilla o la labor en los mercados de la ciudad. Una de las primeras cosas que hizo como delegado de Consumo, cuando llegó a su cargo, fue recorrer los 19 mercados de abastos de la ciudad en compañía de un fotógrafo para tomar instantáneas de su estado. Así, justificaba la urgencia de las intervenciones y, de paso, tenía la primera prueba del antes y el después. Se hizo cargo de la reapertura del mercado de Triana tras 11 años de obras y los operarios comentaban sorprendidos cuando acabaron los trabajos que el concejal vigilaba la tarea a pie de obra hasta altas horas de la madrugada.
Junto a García dimitió ayer el director del área de Salud y Consumo, José Marín, cuyo nombre saltó a la prensa hace un mes después de que varios medios denunciaran que debía el impuesto de circulación de su vehículo desde 1991 el Impuesto de Actividades Económicas de 1997 y 1998. Asimismo, la oposición denunció que el Ayuntamiento concedió importantes subvenciones a la empresa presidida por su mujer. La sociedad había sido requerida por el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) por varios descubiertos con la Seguridad Social y debía tributos municipales desde 2001.
El PSOE había barajado el nombre de Marín para dirigir el grupo municipal socialista, pero la salida a la luz de estas denuncias hizo dar marcha atrás a los socialistas. Marín también es secretario de la agrupación de Pino Montano, cargo que, según avanzó ayer José Antonio Viera, está previsto que conserve porque se trata de una dimisión de sus cargos institucionales y no órgánicos.
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