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Reportaje:CRISIS EN EL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA

Malas prácticas heredadas

Los socialistas aseguran que el anterior sistema de contratación favorecía "la pillería, la chapuza y las corruptelas"

Lourdes Lucio

Las irregularidades contables detectadas en el distrito Macarena de Sevilla eran una práctica habitual, según aseguran varios dirigentes del PSOE consultados por este periódico. El sistema es tan simple como fraudulento y responde a una especie de poyaque político consistente en que pues ya que se contrata el acerado de una calle se le pide a la empresa que pinte la sede de una asociación de vecinos, cuyo presidente a su vez es militante, simpatizante o votante del partido en el poder.

Todas las personas que han hablado con este periódico aseguran que las corruptelas detectadas en ese distrito datan de la legislatura anterior, cuando los responsables de esas agrupaciones de barrios disponían de una considerable suma de dinero para hacer obras menores. En el caso de Macarena su anterior responsable, Carmelo Gómez -al que se le abrió un expediente de expulsión del PSOE que luego no prosperó-, dispuso de cantidades para esos fines que, con posterioridad, pasaba a justificación. Eso daba a los responsables políticos de los distritos un enorme potencial para resolver necesidades ciudadanas, pero también fomentaba "las malas prácticas, la pillería, chapuza y el trapicheo" según coinciden en llamarlo varios dirigentes, quienes también al unísono establecen una extraña línea divisoria entre esos calificativos y el término corrupción, entendido este como enriquecimiento personal con dinero público.

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Bajo el amparo de lo que se llama procedimiento negociado sin publicidad los delegados de los distritos pedían tres ofertas para hacer obras y se lo concedían a una. "Eso permite la picaresca y la sinvergonzonería, pero también la agilidad", asegura un antiguo responsable municipal.

Este peculiar sistema de libramientos de fondos públicos, que ha dejado pasmado a un buen número de miembros de la Administración autonómica, cambió al inicio de este mandato municipal en 2003, ya que desde entonces la máxima cantidad que se les facilita pendiente de justificación es de tan sólo 6.000 euros. Las obras de mayor cuantía requieren expedientes administrativos donde supuestamente hay un mayor control.

Red clientelar

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El distrito Macarena es, junto con Sevilla Este, donde el PSOE obtiene en todas las elecciones mayor número de apoyos. En ese distrito hay cuatro agrupaciones socialistas -Macarena, Miraflores, Pino Montano y San Jerónimo- en las que en épocas pasadas han sido frecuentes las denuncias de incrementos súbitos del censo de militantes ante la proximidad de la celebración de congresos y de la existencia de una malla clientelar fuertemente trenzada por la prestación de favores, pagados a través del distrito, según cuentan las personas que han hablado con este periódico. Y a mayor número de afiliados, más delegados en los congresos; y cuanto más delegados, mayor capacidad de decisión e influencia. No obstante, no parece posible que esas prácticas sean las que hagan ganar al PSOE elección tras elección dado el escaso número de militantes -la secretaria del Organización, Susana Díaz, se negó a hablar con este periódico y también a facilitar los datos, aunque algunas fuentes la estiman en unas mil y pico- en comparación con el censo de votantes (124.557, en las elecciones de 2003).

Hasta su segregación, Macarena ha sido la agrupación con mayor número de militantes de Andalucía. En los estertores de la pelea entre guerristas y renovadores fue uno de los últimos cantones del guerrismo y siempre ha tenido una fuerte carga simbólica. Cuando la agrupación la dirigió el citado Carmelo Gómez -que también dirigía el distrito- la entonces ejecutiva del PSOE sevillano tuvo que constituir una gestora. A Gómez se le abrió un expediente de expulsión, pero en los informes que se le envió a la dirección federal no se probaba fehacientemente ninguno de los muchos rumores que le llegaron a la dirección.

Ahora dicen todos, que sus nuevos responsables, el dimitido delegado de distrito, José Antonio García, y el secretario de esa agrupación, Manuel Gómez Lobo, que también rehusó hablar con este diario, se hicieron cargo de una situación "heredada" que no han conseguido, querido o sabido desmontar y a la que la actual ejecutiva socialista está dispuesta a poner punto final definitivo para que no afecte a las siglas PSOE.

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