Energía eólica, apuesta por Cataluña
El Gobierno de la Generalitat cree en la energía eólica como una de las fuentes energéticas renovables y limpias que necesitamos. El ambicioso objetivo de este Gobierno respecto a la energía eólica es pasar de los 94,4 megavatios (MW) actuales, instalados en los siete parques eólicos que hay en Cataluña, a 1.500 MW en 2007.
Aunque fuimos líderes en el impulso y desarrollo tecnológico de la energía eólica en los años ochenta, los datos nos sitúan hoy entre las comunidades que menos energía eólica producen en España. No es de recibo el retraso actual. Así pues, ha llegado el momento de darle la vuelta a esta situación tan desfavorable. El Departamento de Trabajo e Industria, como responsable de los asuntos energéticos, se ha comprometido de verdad con el fomento de la generación eléctrica a través de la energía eólica y ha establecido un plan de actuación concreto y viable de implantación de parques eólicos en Cataluña.
Hoy Cataluña es una de las comunidades que menos energía eólica produce, tras ser líder en los años ochenta
Con este plan de actuación se busca desbloquear la situación de parálisis que sufría la energía eólica. Bloqueo que se expresa en la esperpéntica situación, generada por la anterior Administración durante la última década, en la que se autorizaba a promotores privados proyectos eólicos que permitían generar 861 MW pero, en cambio, no se creaban las condiciones para que los pudieran llevar a cabo.
Y se preguntarán el porqué. Pues porque las autorizaciones se hacían de forma administrativa y parcial, parque por parque, sin tener resuelto de forma favorable cómo y dónde se tenía que hacer la evacuación de la energía producida. De esta forma, no había manera de que los promotores se pusieran de acuerdo para compartir las infraestructuras imprescindibles y, por tanto, minimizar el impacto medioambiental de los parques. Las consecuencias han sido: decenas de parques autorizados y casi ninguno construido, además de un aprovechamiento escaso de una energía limpia generada por el viento que sopla en Cataluña.
No se trata de conceder autorizaciones administrativas para construir parques eólicos, atendiendo solamente a dos requisitos imprescindibles, que en la zona sople viento y que cumpla las normas medioambientales. Se trata de impulsar y gestionar la energía eólica, y ello supone atender también al territorio, dialogando con los municipios interesados, coordinando todos los proyectos y compartiendo infraestructuras para evacuar la energía en un solo punto de la red eléctrica.
El éxito de la energía eólica en otras comunidades autónomas se basa en la aplicación de estos criterios y prácticas. Estoy convencido de que es así como la energía eólica reanudará de nuevo el camino que nunca debería haber abandonado en Cataluña. Éste es el firme propósito del Departamento de Trabajo e Industria, y, después de un año de trabajo silencioso pero efectivo por todo el territorio, hemos desencallado el problema poniendo de acuerdo a promotores, municipios, Red Eléctrica Española (REE) y compañías eléctricas. El consenso con las partes era imprescindible para resolver un problema peligrosamente enquistado. Este acuerdo ha permitido al Gobierno presentar el plan de actuación para la implantación de parques eólicos de Cataluña.
Los parques eólicos se sitúan principalmente en las áreas de la Terra Alta, Baix Ebre, Les Garrigues, Alta Anoia, la Conca de Barberà y Alt Empordà. La agrupación que hemos hecho no es aleatoria. Los proyectos de parques cumplen todas las condiciones necesarias: están en zonas donde sopla el viento, respetan el medio ambiente de acuerdo con la implantación determinada por el mapa eólico de Cataluña, y tienen garantizada la capacidad de evacuación de la energía eléctrica generada en la red de transporte o distribución.
En principio, los 29 parques eólicos, la mayoría autorizados
hace años, podrán funcionar en el año 2007, con una potencia instalada de 923 megavatios. En estos momentos se están construyendo dos, uno en la sierra de Rubió (Anoia) y otro en Tortosa (Baix Ebre), en cuyo término municipal comenzarán próximamente las obras de construcción de un tercer parque. Para llegar hasta los 1.500 MW, se tendrá que elegir entre los 51 proyectos de parques eólicos para los que se ha solicitado autorización administrativa, con una potencia superior a 1.200 MW.
La apuesta del Gobierno de la Generalitat por la energía eólica no es gratuita. Responde a nuestro compromiso con el medio ambiente. En el sistema eléctrico, cada kilovatio hora no producido con una energía limpia y renovable -es decir, no contaminante como la energía eólica- es un kilovatio hora procedente de otras fuentes como el petróleo, el carbón u otras de origen fósil, con el consiguiente incremento de las emisiones de gases precursores de efecto invernadero.
Por todo ello, queremos incrementar el peso de la energía de origen renovable, que en Cataluña se sitúa alrededor del 2,5% en un año de hidraulicidad media. El plan de actuación para la implantación de parques eólicos que el Departamento de Trabajo e Industria ha presentado hace poco, contribuirá a superar esta cifra. En pocos años, la energía producida por estos parques (1.500 MW) será equivalente al contenido energético de casi 8.000 camiones cisterna de combustible, o al consumo de energía eléctrica de 850.000 familias. En términos medioambientales, los parques ahorrarán la emisión de 1,31 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo equiparable a plantar 354.000 hectáreas de bosque mediterráneo. Con todas estas razones y datos favorables, el fomento de la energía eólica debe ser una prioridad y una apuesta para Cataluña.
Josep Maria Rañé es consejero de Trabajo e Industria de la Generalitat.
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