Los análisis confirman que Tutankamón no fue asesinado
Los investigadores no ven indicios de crimen en la momia y se da el caso por cerrado
Uno de los grandes misterios de la historia parece haber sido resuelto: Tutankamón no fue asesinado. Así de rotundamente lo afirma el equipo de expertos que ha estudiado los nuevos análisis practicados a la momia del joven faraón. El escáner realizado al cuerpo en enero ha revelado que no hubo golpe mortal en la cabeza como pretendían los numerosos partidarios de la tesis del magnicidio. Tampoco hay ninguna otra evidencia de crimen. La causa de la muerte sigue, sin embargo, sin descubrirse.
Tutankamón, según los análisis, estaba en buenas condiciones físicas al morir -aunque suene paradójico- y no presentaba signos de malnutrición o cualquier otra enfermedad.
Algunos de los miembros del equipo que ha estudiado la momia han sugerido, según informa Reuters, que Tutankamón, que reinó brevemente de 1333 a 1323 antes de Cristo y falleció cuando contaba unos 19 años, pudo morir al infectársele una herida en la pierna. Los investigadores han hallado una fractura en el fémur izquierdo que no presenta evidencias de haberse soldado, por lo que posiblemente se produjo poco antes de la muerte.
En todo caso, el informe de los expertos niega que el cráneo del rey presente evidencia alguna que apoye la tesis de un crimen. El golpe sobre el que se sustentaban principalmente las teorías de asesinato y que hizo que cayera un fragmento de hueso dentro de la cavidad craneal se produjo con toda seguridad durante el proceso de embalsamamiento, con Tutankamón ya muerto, recalcan los investigadores.
"No sabemos de qué murió el rey, pero ahora estamos seguros de que no fue asesinado", sintetizó el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass.
La idea de que hubo algo turbio en la muerte de Tutankamón empezó a propagarse prácticamente desde que Howard Carter descubrió la tumba en 1922. Históricamente, se apoya en que los de Tutankamón fueron tiempos revueltos: la crisis política y religiosa provocada por el faraón hereje Akenatón, el regreso a la ortodoxia y el fin de la dinastía XVIII. Tutankamón murió joven y sin descendencia y le sucedió el gran visir Ay, que aparentemente ascendió al trono casándose con la viuda. Ay era hasta ahora el principal sospechoso de juego sucio en el caso Tut, como lo denominaron los dos últimos defensores de la hipótesis del crimen, los detectives estadounidenses Greg Cooper y Mike King, colaboradores del FBI.
Hallado el pene
El equipo de expertos ha logrado resolver otro misterio: la desaparición del pene del faraón. El miembro cuidadosamente preservado durante la momificación aparecía en las fotos tomadas al cuerpo en 1925 cuando el equipo de Carter retiró las vendas a la momia. Pero ya no estaba cuando se volvió a examinar en 1968 y circulaban desde entonces las más abracadabrantes teorías acerca de su destino -se llegó a sugerir que un millonario estadounidense había pagado una fortuna por el mísero apéndice-. Finalmente, ha aparecido enterrado en la arena en la que el equipo de Carter dispuso los restos de Tutankamón dentro de su ataúd para disimular el estropicio que habían causado a la momia.
El Gobierno egipcio ha decidido dar por cerrado el caso Tutan-kamón y "no volver a molestar más al rey".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.