El Congreso de Francia aprueba la reforma constitucional previa al referéndum europeo

Los diputados y senadores franceses reunidos en Congreso, en Versalles, votaron ayer masivamente en favor de la reforma constitucional, lo que dio luz verde al referéndum sobre el Tratado Constitucional europeo, cuya fecha -entre el 1 de mayo y el 19 de junio- debe decidir esta semana el presidente, Jacques Chirac. La 18ª reforma de la Constitución francesa de 1958 fue aprobada por 730 votos a favor, 66 en contra y 96 abstenciones e incluye una cláusula destinada específicamente a Turquía: establece que las futuras adhesiones a la UE deberán ser aprobadas en referéndum por los franceses.

A lo largo de esta semana, el presidente Chirac recibirá a los líderes de los principales partidos políticos para hablar de la fecha del referéndum, que será vinculante, y la organización de la campaña. El resultado de la votación, muy por encima de la mayoría de tres quintos necesaria, fue el esperado. Sólo los comunistas habían anunciado su voto en contra. Destaca, sin embargo, el hecho de que entre las abstenciones figuran los más de 60 diputados socialistas que ya se abstuvieron en la votación en la Asamblea Nacional, lo que muestra que el rechazo del texto europeo en el seno del Partido Socialista y en importantes sectores de la izquierda sigue latente, pese al resultado ampliamente favorable al sí de la votación interna que tuvo lugar en el partido que lidera François Hollande.

El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, fue el encargado de defender la reforma ante los diputados y senadores. "¿Europa es la buena respuesta a los desafíos del siglo XXI?", se preguntó. "Sinceramente, la buena respuesta es sí", dijo. Según Raffarin, la inminente campaña en la que se explicará el Tratado Constitucional europeo permitirá al pueblo francés elegir su futuro. "Europa no es de derechas, no es de izquierdas, es nuestro futuro, nuestro destino", sentenció. Para el primer ministro "no hay ningún proyecto de recambio".

Tanto el Gobierno como la oposición socialista son conscientes de que el sí en el referéndum no está, ni mucho menos, asegurado. Las tensiones sociales que vive Francia en estos momentos, especialmente las que se derivan de reformas del modelo social, tremendamente impopulares en un país en el que lo público conserva un lustre que ha perdido en muchos otros lugares, pueden engordar las filas de quienes rechazan el texto. El sí sigue siendo mayoritario en todas las encuestas, pero el no sube cada semana. Los analistas apuntan que, hasta ahora, sólo el no ha hecho campaña, de ahí que últimamente se haya creado un cierto sentimiento de urgencia entre los defensores de la Constitución. Hollande pidió ayer que el Estado se implique en una campaña de al menos dos meses.

En este sentido, la intervención de hoy en la Asamblea Nacional del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, puede interpretarse como el inicio de la campaña, ya que tanto el presidente francés, Jacques Chirac, como el líder socialista, François Hollande, acompañaron a Zapatero en actos en favor de la Constitución Europea en la reciente campaña en España. Para el próximo 18 de marzo está prevista una reunión en París de Chirac, Zapatero y el canciller alemán, Gerhard Schröder, al que una gripe impidió acudir al mitin celebrado en Barcelona en enero. La novedad de este encuentro parisino de los tres líderes del actual núcleo duro europeo es que en esta ocasión se les unirá el presidente ruso, Vladímir Putin, según indicaron fuentes diplomáticas españolas.

El jefe del Ejecutivo español es el 14º líder extranjero que ha sido invitado a hablar en sesión solemne en la Asamblea francesa. El primero fue el rey Juan Carlos, en 1993. La intervención inicial de Zapatero será relativamente breve, según indicaron fuentes diplomáticas, e incidirá, además de en las relaciones entre España y Francia, en la construcción europea como proyecto y destino común de los dos países.

A diferencia de quienes le han precedido, el presidente español responderá a las preguntas de los portavoces de los cuatro grandes grupos parlamentarios franceses: la gubernamental UMP, la centrista UDF, el Partido Socialista y el grupo Comunista-Republicano. El jefe de este último grupo, Alain Bocquet, criticó en su momento la invitación por considerarla "propaganda" en favor del sí. La pregunta de los comunistas podría ir en este sentido; sin embargo, fuentes parlamentarias citadas por la agencia Efe aseguran que será el número dos comunista, Jacques Brunhes, quien se dirija a Zapatero.

El presidente del Gobierno español se trasladará por la tarde a Matignon, la sede del Ejecutivo francés, donde mantendrá una cena de trabajo con el primer ministro Raffarin.