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Kirchner pide al Vaticano el cese de un obispo por atacar a un ministro

"Merece que le cuelguen una piedra y le tiren al mar", dijo el prelado

El presidente argentino, Néstor Kirchner, ha pedido al Vaticano la renuncia del obispo castrense Antonio Baseotto, que la pasada semana envió al ministro de Salud, Ginés González, una carta personal acusándole de "apología del delito de homicidio" por proponer la despenalización del aborto. Baseotto dijo que las acciones del ministro al ordenar el reparto de preservativos y fármacos le recordaban el texto evangélico que dice que "quien escandaliza a los niños merece que le cuelguen una piedra de molino en el cuello y le tiren al mar". Esta declaración fue entendida por el Gobierno como una alusión a las prácticas exterminadoras de la dictadura.

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Néstor Kirchner (que el pasado lunes descabezó la cúpula de la Fuerza Aérea, bajo sospecha por el supuesto encubrimiento de narcotráfico) ordenó el pasado miércoles al ministro de Exteriores, Rafael Bielsa, tramitar la destitución de Baseotto. El obispo castrense posee rango de secretario de Estado y cobra de la Administración argentina 5.000 pesos al mes (1.300 euros), pero depende directamente del Vaticano desde que la vicaría castrense, creada por decreto de la dictadura militar en 1957 y sujeta desde entonces al arzobispado de Buenos Aires.

Por su parte, el ministro Ginés González, en viaje oficial a China, se negó a contestar los términos de Baseotto. Sin embargo, el viceministro, Héctor Conti, se lamentó de que "la fortaleza espiritual de los miembros de las Fuerzas Armadas esté en manos de un nuevo Torquemada como Baseotto", y preguntó: "Si para su eminencia reverendísima lo que el ministro hace al describir un dramático problema de salud pública, como la mortalidad materna derivada de abortos clandestinos, es apología del delito de homicidio, ¿qué es pedir que le tiren al mar con una piedra en el cuello? Parece que monseñor mantiene bien aceitados sus contactos con los represores que sembraron a la Argentina de terror y muerte en épocas que creíamos desterradas. Sólo así puede entenderse que proponga la misma metodología de exterminio con los que piensan distinto que practicaba el ex marino Adolfo Scilingo, sometido a juicio en Madrid por delitos de genocidio".

"Resolución inmediata"

Un portavoz de Exteriores aseguró ayer a este periódico que se habían hecho "consultas" previas con las autoridades eclesiásticas y que se espera una resolución "inmediata y favorable" a la petición de Kirchner. Según Exteriores, el Gobierno desea "fervientemente" que la renuncia se concrete y ni siquiera ha considerado la posibilidad de una respuesta negativa. Las fuentes consultadas coinciden en que, en términos diplomáticos, el caso es similar a la declaración de persona non grata.

El nuncio Adriano Bernardini y el presidente de la Conferencia Episcopal, Eduardo Mirás, hicieron un intento de última hora para rebajar la tensión y pidieron a Baseotto que presentase excusas. El obispo, en una nueva carta, admite su pesar "por la confusión y el malestar" y asegura que no deseaba "alentar un acto de violencia ni ofender la autoridad de un miembro del Gobierno nacional". El cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, apoyó por escrito a Baseotto "ante las absurdas apologías que pretenden defender lo indefendible".

Para el ministro Bielsa, se trata de "una carta personal con algún tipo de intencionalidad, porque ni la Conferencia Episcopal argentina ni la Santa Sede respaldaron las palabras de Baseotto".

En la carta motivo de la polémica, el obispo castrense recriminaba al ministro de Sanidad sus opiniones sobre la despenalización del aborto: "Lo menos que puedo decir es que es anticientífico propiciar el aborto: asesinato de hombres inocentes; y que distribuir profilácticos es propiciar el libertinaje sexual y difundir impunemente el sida, que es ampliar el mercado de los que negocian y lucran con la salud física y moral de nuestra juventud". Y le advertía: desde el Ejecutivo "se está contribuyendo a la degradación de nuestra sociedad con los mismos principios de los emperadores romanos: panem et circenses". En Argentina se realizan entre 350.000 y 450.000 abortos clandestinos al año.

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