Modernidad lacerante y futurista en Arzuaga y Locking Shocking
Andrés Sardá y Julie Sohn disertan sobre la elegancia y la voluntad de estilo
La tercera jornada de Cibeles fue un día feliz para la moda española. Cuatro desfiles de gran altura, cada uno en su esfera y criterios: Andrés Sardá, en oficio y elegancia; Amaya Arzuaga, entregada a la complejidad formalista; Julie Sohn, estilizando al máximo sus líneas tranquilas, y Locking Shocking, desnudando una esencialidad plena de búsqueda futurista, levantaron la moral del auditorio. Antes desfiló Francis Montesinos, que ya es un clásico, y Kina Fernández se fue a 1812 y las campañas napoleónicas de Rusia.
Francis Montesinos propone cambios en su oferta con menos referencia al folclore local; terminó con una reivindicativa boda lésbica: María Reyes y otra modelo aparecieron blancas y radiantes, se besaron y se fueron de la mano. Andrés Sardá es un maestro del buen gusto. Su desfile fue equilibrado y mostró una lencería de altura basada en el negro, el oro y los relieves, en una cuidada presentación donde todo fue brillante. Fue muy llamativa la alusión al rococó francés con los falsos tonelets y el minitutú en tul de apresto. Sardá convirtió a Eugenia Silva en una vestal seráfica con una capa centelleante de Swarovski.
Amaya Arzuaga regresa a Madrid después de una exitosa aventura que la llevó a Londres y a Milán. Su colección estaba profundamente trabajada en su complejidad estructural y de patronaje apoyada en los negros que dan los tejidos tecnológicos y el vinilo, el punto y la piel. Uno de sus hallazgos fueron los drap-pants muy pitillos, con nervaduras y alas laterales. Todo ello muy construido con sutiles y firmes referencias a Saint Laurent y Balenciaga (cuellos, desarrollos trapezoidales), para resumir un regreso brillante.
Nada como un violonchelo para acompañar el sentido poético de Julie Sohn. Sonó en adagio y así fue el desfile, gozando de la evanescencia como sistema. Para ella la prenda debe ser caricia y aire; sus superposiciones no enturbian en conjunto, sino que hacen mosaico en sutiles gamas quietas. Sohn es una grandísima creadora sin pretensiones fatuas, concentrada en un quehacer meritorio, honesto, riguroso.
Kina Fernández, en gama oscura, se mostró vacilante a veces y acertada en los detalles de un cierto aire eslavo.
Locking Shocking cerró el día con su sobrecogedor Loveless: el desamor como un terrible estado de gracia para la creación que empieza en la tentadora trampa del sexo, sigue en el ansia de la seducción y termina en el espejo nocturno. Estética futurista, tejidos que refractan, lanas volátiles que se escurren: una belleza sombría pero atrayente, intensa y exigiendo complicidad del cliente: Ana Locking y Óscar Shocking son la muestra de lo más exigente dentro de la moda emergente española.
Por otra parte, la Asociación de Afectados de Anorexia hizo un comunicado donde rechaza "el perfil de las modelos de Cibeles", en alusión al tallaje, expresando: "Tenemos ingresadas pacientes con más talla que las que desfilan". Leonor Pérez Pita, directora de la Pasarela Cibeles, respondió: "Cedemos las cintas de los desfiles a quien quiera verlas. Este año el cast es muy uniforme y cuidado. Las modelos escogidas no sólo se seleccionan a través de fotos, sino que se las ve primero personalmente. No estoy de acuerdo con planteamientos que no son reales".
Konrad Muhr, secretario general de la Asociación de Diseñadores de Moda de Cataluña, convocó informalmente a la prensa acreditada en Cibeles para asegurar que ninguna institución pública del Estado se ha puesto en contacto con ellos ni les ha tenido en cuenta para la confección de acuerdos para planes de desarrollo de la moda española, en alusión a los reiterados anuncios hechos en Barcelona y Madrid por la ministra de Cultura, Carmen Calvo, de que pondrá en funcionamiento unos planes de presentación y desarrollo de la moda española en el extranjero muy similares a los enunciados en su día por Juan Costa, director del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en la anterior legislatura.
Babelia
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