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EL DEBATE NUCLEAR

Enresa intenta evitar la vuelta de 400 toneladas de desechos de Vandellòs I

Los residuos nucleares generados por la central de Vandellòs I son un quebradero de cabeza para la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). La central funcionó entre 1973 y 1989 (cuando sufrió un incendio) a base de uranio metálico, que después de ser usado como combustible no se puede almacenar en agua, como hacen las centrales españolas.

Las 1.600 toneladas de residuos de alta actividad que generó la central fueron enviados a la empresa Cogema, en Francia, para ser reprocesados. El problema es que 400 de esas toneladas tienen que volver en enero de 2011. A partir de esa fecha, Enresa debería pagar 50.000 euros por día de retraso en el regreso.

El ingeniero y portavoz de Enresa, Jorge Lang-Lenton, explica que la empresa comenzó a negociar con Francia hace tres meses para evitar el regreso de estos residuos: "Es complicado, pero estamos buscando fórmulas para evitar la vuelta". En total, tienen que volver 84 contenedores con residuos vitrificados de 150 litros cada uno y 665 metros cúbicos de desechos en bidones. Es el mayor cargamento nuclear enviado por España al extranjero.

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Uno de los problemas es que la mayoría de estos residuos, al derivar de uranio metálico y no enriquecido, no se pueden almacenar en las piscinas en las que las centrales españolas almacenan sus residuos. Actualmente sería imposible acogerlos. Tampoco se pueden almacenar en el almacén de residuos de baja y media actividad que tiene Enresa.

Entre las opciones contempladas está el cambio de los residuos por agua pesada con una radiactividad equivalente, que sí se puede almacenar en España. La empresa francesa prefiere almacenar definitivamente los residuos a cambio de dinero (mucho dinero) y de nuevos envíos de combustible gastado para ser reprocesados.

513 millones

Enresa ya ha pagado a la empresa pública Cogema 513 millones de euros por el tratamiento de los residuos de Vandellòs I (Tarragona) y aún tiene que pagar 51 millones. Con el reprocesamiento se recupera parte del Uranio presente en el combustible nuclear gastado para volver a utilizarlo.

En 2003, Enresa alcanzó un acuerdo con la empresa británica BNFL parecido al que intenta conseguir con Francia. Enresa ha pagado 34,5 millones al Reino Unido para evitar el regreso de 97 toneladas que la central de Santa María de Garoña envió entre 1971 y 1983. El envío de residuos nucleares al extranjero "es una opción que puede considerarse abierta, aunque con un coste elevado y con el problema del retorno a España de los residuos", según Enresa.

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